Querida comunidad: 

Creo que estamos asistiendo a un fenómeno de exterminio que nuestras generaciones no habíamos conocido con tanta cercanía. Yo, desde luego, nunca pensé que iba a contemplar matanzas de seres humanos como en Gaza. Todo está siendo terrible. 

Actos de barbarie así, que no son siquiera objeto del odio y la venganza, ambos perniciosos, sino algo más, producto de una acción premeditada y sistemática para acabar con otro pueblo que molesta, parecía que eran cosas del pasado. Ha habido muchos otros depredadores antes. Los exterminios fueron realizados, mayoritariamente, por sociedades ricas y poderosas, las que tienen más capacidad para hacerlo. Sí, ese sector del mundo al que pertenecemos. Yo, en mi ingenua esperanza, pensé que esto, no las guerras sino el exterminio, era cosa del pasado o de tierras lejanas.

Y lo grave es que el Gobierno y el ejército de Israel están haciendo su holocausto palestino con el beneplácito y el apoyo de los gobernantes que teóricamente nos representan, me refiero a la Unión Europea. También con el de los grandes medios de comunicación. Si alguna autoridad osa dar cuenta del genocidio que se está ejecutando, o simplemente alude a ello, es llamado al orden y acusado de comportamiento inmoral por el ultraderechista Gobierno de Netanyahu. Qué gran paradoja: el primer ministro de Israel está acusado de al menos cuatro casos muy graves de corrupción por la policía y la fiscalía de su país.

El secretario general de la ONU, António Guterres, se ha visto acosado y descalificado por el Gobierno de Israel por asegurar lo evidente: que los ataques de Hamás, a los que condenó de antemano, “no surgieron de la nada”, ya que “el pueblo palestino lleva sometido a 56 años de asfixiante ocupación”. Israel ha pedido la dimisión de Guterres y además ha anunciado que no expedirá más visados al personal de la ONU. Un compatriota suyo ya fallecido, José Saramago, Nobel de Literatura, concedió una entrevista en 2002, tras visitar Cisjordania y Gaza. Es extraordinaria y muy reveladora de lo que está ocurriendo. CTXT la ha publicado en su mayor parte y la ha titulado con una frase del escritor: “Israel es rentista del Holocausto”. Eso encierra parte de lo que sucede ahora. Su lectura es muy recomendable 

Pero el exterminio del pueblo palestino ha activado otras alarmas. Desde que existe, la Unión Europea ha actuado con frecuencia favoreciendo a los privilegiados, tanto países como empresas. Se comprobó su comportamiento neoliberal antes y durante la crisis financiera. Ahora es mucho más que eso. La respuesta genocida de Israel le ha llevado al desprecio más absoluto a la población europea: a lo que sienten, piensan y demandan los ciudadanos de la UE y a lo que establecen los acuerdos internacionales, que Israel incumple cada día. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, se ha arrogado el papel de jefa de Estado y ha instalado un modelo de Unión Europea que ignora cualquier atrocidad de Netanyahu y justifica sus ataques contra los palestinos, porque Hamás es terrorista. En Europa, estamos en una deriva autoritaria que no permite ni exhibir banderas o simples pañuelos palestinos, sencillamente porque a Israel no le gusta. 

Otra reflexión entre lo que separa a poderosos y “pringaos” es la falacia y la desvergüenza con que se está construyendo la narración mediática sobre el genocidio palestino. Se ha dicho muchas veces que en una guerra la primera víctima es la verdad. Obviamente esto no es cierto. La primera víctima de la guerra o mejor, las primeras víctimas son aquellas y aquellos cuyos cuerpos han sido destrozados por un bombardeo. Sin embargo, para poder actuar con más comodidad, el exterminador y sus cómplices deben de contar con cierta comprensión de los ciudadanos cuando se sientan en su casa frente al televisor. Y para ello hay que mentir: explicar que las terribles imágenes de Gaza, de sus habitantes y de sus hospitales destruidos son, en muchos casos, obra de terroristas palestinos que yerran el tiro o la consecuencia de utilizar a civiles como escudos humanos. Para algo están los grandes medios. 

Ello hace no ya necesarios, sino imprescindibles, medios independientes y libres como CTXT, no vaya a ser que, aunque estemos lejos del horroroso escenario, nos amputen la realidad.

Un abrazo, Emilio.

* Israel no quiere testigos, ¿nos ayudas a conseguirlos?. Estamos cerrando acuerdos con medios y periodistas locales para cubrir el genocidio de Israel en Gaza. Creemos que es nuestra obligación moral como periodistas y ciudadanos dar a conocer lo que está sucediendo. Y por eso necesitamos tu ayuda. 

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