censura
Los ultras polacos asfixian a la prensa de izquierdas
El gobierno del derechista Andrzej Duda, que ha convocado elecciones para el 15 de octubre, alimenta la falta de pluralidad. Los medios locales han sido absorbidos por la empresa pública Orlen, y el Estado solo subvenciona a medios de ultraderecha
Krzysztof Katkowski 6/10/2023
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El año 2015 lo cambió todo. Fue un año de elecciones presidenciales y parlamentarias, y el partido Ley y Justicia (PiS), liderado por Jarosław Kaczynski, ganó en ambas. El PiS, a pesar de su retórica populista, solo parecía un partido conservador más –algunas personas LGBTI incluso creían que serían ellos quienes legalizarían las parejas del mismo sexo en Polonia–. Sin embargo, resultó ser un partido mucho más de derechas que sus predecesores, y en muchos temas –como el culto a los fascistas polacos de antes de la II Guerra Mundial, la homofobia o el enfoque neoliberal de las transferencias sociales– se parecía más a Vox que al Partido Popular. Así, en un país sumido en un sueño del fin de la Historia que se suponía basado en una alianza entre el liberalismo conservador y la Iglesia, nació de repente el nacionalpopulismo. Recordemos que Polonia ni siquiera se vio afectada por la crisis de 2008. Por eso no ha surgido realmente ninguna fuerza de izquierdas que pueda resquebrajar la hegemonía neoliberal y de derechas.
¿Cómo ha afectado este cambio a los medios de comunicación en Polonia? Primero hay que observar el panorama general. A pesar de algunas similitudes, presenta características diferentes al de los medios españoles. La hegemonía política del neoliberalismo en Polonia no se refleja de forma tan significativa en el panorama mediático… o al menos así era hasta 2015. Desde que el partido Ley y Justicia llegó al poder, el paisaje mediático se ha vuelto marrón. Así que, en este sentido, la situación no es muy diferente a la de España, donde los periódicos más importantes tienden a permanecer en manos del capital y de las ideas del “mercado libre”.
Desde que el partido Ley y Justicia llegó al poder, el paisaje mediático se ha vuelto marrón
En los medios escritos se ve mejor la creciente hegemonía de la derecha y el papel del capital privado frente a las subvenciones gubernamentales en Polonia. Como en cualquier país, en primer lugar hay que distinguir entre medios de comunicación de masas y medios ideológicos o “intelectuales”. En Polonia, como señaló el intelectual liberal búlgaro Ivan Krastev, existe una enorme variedad de revistas “intelectuales”. Las cinco más significativas forman parte del proyecto Spięcie. Organizado por el economista de izquierdas Jędrzej Malko, este proyecto fomenta el intercambio de ideas y la publicación de polémicas por parte de cinco consejos editoriales independientes: dos de derechas, uno de centro y dos de izquierdas. Estos son: Klub Jagielloński y Nowa Konfederacja (conservadores), Kultura Liberalna (los liberales del centro), Krytyka Polityczna (izquierda) y Kontakt (izquierda católica).
Los cinco publican textos de los demás para, según afirman, construir un diálogo interideológico en Polonia frente a la enorme polarización. Sin embargo, todo esto se deriva de los valores de la intelligentsia, un grupo social típico de Polonia, Ucrania o Rusia, formado por funcionarios e intelectuales. Spięcie es, pues, una unión de diálogo, pero un diálogo basado en la pertenencia a un mismo grupo social. No hay ningún medio de comunicación proletario o independiente que pueda cooperar con el resto de estas redacciones.
Otro elemento son los semanarios, es decir, un medio también típicamente intelectual, pero sin embargo más masivo en su difusión. Los más importantes, del lado progresista, son Przegląd (izquierda poscomunista), Polityka (liberales), Newsweek (como en Estados Unidos) y Tygodnik Powszechny (socioliberales católicos). Significativamente, las revistas católicas de Polonia –que sigue siendo un país donde la mayoría de la población se declara católica– a menudo también se posicionan del lado “progresista”, según nuestros estándares. Hablamos no sólo del izquierdista, aunque pequeño, Kontakt o del más grande Tygodnik Powszechny, sino también del democristiano Więź o del dominico Wdrodze.
En muchos temas clave, como la separación de la Iglesia y el Estado o las reformas sociales, son incluso más a menudo aliados de la izquierda que las revistas progresistas pero liberales, como Polityka o, más aún, Newsweek.
La derecha también tiene sus propios semanarios, pero son decididamente reaccionarios y mucho más agresivos que las revistas más bien centristas de los progresistas. Ejemplos de ello son DoRzeczy, que sostenía que Hitler era en realidad “un izquierdista” (sic), Sieci o Gazeta Polska, que vendía pegatinas con la inscripción “Zona libre de LGBT”. También son, a menudo, revistas con suplementos históricos, donde la historia se revisa desde una perspectiva radicalmente de derechas. Son estas revistas, en la actualidad, las que más ayudas reciben de los presupuestos del Estado, junto con la derecha católica, que publica semanarios como Gość Niedzielny y Niedziela. También son muy de derechas y apoyan sin ton ni son todo lo que propone el gobierno de Ley y Justicia.
También hay varios periódicos diarios. Estos son: Dziennik Gazeta Prawna (centrista, pero con mucho contenido de izquierdas), Gazeta Wyborcza (liberal, equivalente al Le Monde francés) y Rzeczpospolita (de centro hacia el conservadurismo). Entre la derecha, destacan Nasz Dziennik (extrema derecha católica) y Gazeta Polska Codziennie (edición diaria de Gazeta Polska).
Por supuesto, la televisión también desempeña un papel importante. Los canales más importantes son tres: TVP (un canal gubernamental, fuertemente financiado), TVN (un medio liberal con capital estadounidense, que apoya a los liberales liderados por Donald Tusk) y Polsat, que pretende seguir siendo neutral, pero en la práctica defiende la hegemonía conservadora-liberal.
Sin embargo, en los medios de comunicación, como en todas partes, todo gira en torno al dinero. Y así como muchos medios de izquierdas sí estaban subvencionados durante el Gobierno neoliberal y conservador de Tusk, ahora la derecha no da dinero ni a los liberales ni a la izquierda.
Y así como muchos medios de izquierdas sí estaban subvencionados durante el Gobierno neoliberal y conservador de Tusk, ahora la derecha no da dinero ni a los liberales ni a la izquierda
Esto queda bien ilustrado por las subvenciones a los servicios públicos desde 2008 a 2023. Según el Dziennik Gazeta Prawna, las revistas de ideas conservadoras y católicas recibieron subvenciones que aumentaron hasta un 128%, y también se crearon varias revistas de ideas de derechas, a menudo de extrema derecha. Los círculos de derecha que apoyan al partido Ley y Justicia, como Nowy Obywatel, vieron un aumento de las subvenciones anuales cercano al 288%. Mientras tanto, las revistas de ideas de izquierdas y liberales ni siquiera suelen recibir subvenciones. Por ejemplo, la ya mencionada izquierdista Krytyka Polityczna actualmente está siendo rescatada con fondos de la Open Society Foundations, como admitió hace un tiempo su fundador y jefe, Sławomir Sierakowski.
Significativamente, PiS también ha puesto más énfasis en los medios sociales y religiosos, quitando subvenciones a las revistas culturales (que se asocian más bien con la izquierda o los liberales). Esto ha llevado a la desaparición de algunas de ellas, como Zeszyty Literackie.
La aniquilación total de los medios locales: el caso de Polska Press
Si no fuera por la ayuda exterior, los medios progresistas más pequeños simplemente tendrían pocas probabilidades de sobrevivir. Sin embargo, el caso de los medios locales es diferente.
Estos, a decir verdad, siempre han estado a un nivel deficiente en Polonia. Suelen ser sensacionalistas o de bajo presupuesto, y tampoco son tan populares como en España o Francia.
En el pasado pertenecían a empresas privadas (principalmente al grupo alemán Verlagsgruppe Passau Capital, propietario de la editorial Polska Press). Sin embargo, el 1 de marzo de 2021 esta editorial fue adquirida por la petrolera estatal Orlen. A su vez, Dorota Kania, periodista conocida en los círculos de extrema derecha, se incorporó al consejo de administración.
El mejor ejemplo de lo que ha ocurrido con los medios de comunicación locales es el del Dziennik Polski y su periodista, Zbigniew Bartuś. Tras 30 años trabajando en esta revista local de Cracovia y Małopolska, se anunció su marcha de mutuo acuerdo. Sin embargo, según uno de los mayores portales polacos de noticias, Onet.pl, la decisión fue de Dorota Kania. Preguntado, para este artículo, sobre esta situación, Bartuś respondió que “hace nueve meses dejé PPG (Polska Press Group) de mutuo acuerdo y por el momento no hago declaraciones sobre la situación en mi antigua empresa”. También se niega a comentar la situación actual de los medios de comunicación locales.
Hay más situaciones como la de Bartuś, y no siempre tienen que ver sólo con las opiniones de los periodistas de los medios locales. Un ejemplo es el caso de Sebastian Białach, descrito por wp.pl, que describió patologías en su Kurier Lubelski (una revista de la región oriental de Polonia). Por último, otro ejemplo es la prohibición, de la que también informa Onet.pl, de escribir sobre la campaña WOŚP, desfavorable al gobierno, y que organiza probablemente el mayor número de voluntarios en Polonia cada año.
Los medios locales se han convertido en revistas completamente serviles a la extrema derecha
Esto ha enterrado por completo a los medios locales en Polonia, convirtiéndolos en revistas completamente serviles a la extrema derecha.
Oportunidades de futuro, o falta de ellas
En resumen, la situación del pluralismo de los medios de comunicación en Polonia es realmente difícil en estos momentos. En primer lugar, se trata de los medios de comunicación locales, que, tras ser absorbidos por la empresa estatal Orlen, prácticamente han decaído. En segundo lugar, se trata de la falta de subvenciones gubernamentales para los medios de comunicación que no sean las que ofrece la extrema derecha. Esto conduce a patologías, porque éstos –especialmente una vez que las fundaciones de Soros se hayan retirado de Polonia– también buscarán apoyo en el sector privado, rindiéndose probablemente a la tradición neoliberal.
El año 2015 lo cambió todo. Fue un año de elecciones presidenciales y parlamentarias, y el partido Ley y Justicia (PiS), liderado por Jarosław Kaczynski, ganó en ambas. El PiS, a pesar de su retórica populista, solo parecía un partido conservador más –algunas personas LGBTI incluso creían que serían ellos quienes...
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