1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

  312. Número 312 · Septiembre 2024

  313. Número 313 · Octubre 2024

  314. Número 314 · Noviembre 2024

Ayúdanos a perseguir a quienes persiguen a las minorías. Total Donantes 3.340 Conseguido 91% Faltan 16.270€

responsabilidades

Gaza: ante la guerra y la emocionalidad mediática

La llamada comunidad internacional ha asistido de manera pasiva al debilitamiento de la Autoridad Palestina, que quizá podría haber sido el único interlocutor posible para negociar algún tipo de paz

Paco Audije 14/10/2023

<p>Paisaje desolador de la Franja de Gaza tras cinco días de ataques aéreos de Israel, el 12 de octubre. <strong>/ DW Español</strong></p>

Paisaje desolador de la Franja de Gaza tras cinco días de ataques aéreos de Israel, el 12 de octubre. / DW Español

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

La actualidad mediática y las redes sociales nos empujan sin remedio hacia las emociones. Es inevitable. Pero quizá también debemos aportar un esfuerzo de reflexión, para pensar en aspectos que consideremos básicos. Debemos centrarnos en la necesidad (planetaria) de una resolución futura (lo más pronto, mejor) de la larga serie de estallidos violentos palestino-israelíes.

Asesinar civiles indefensos no puede ser considerado un acto de resistencia

VÍCTIMAS. Las víctimas merecen siempre compasión y solidaridad, dondequiera que se originara su dolor y su muerte. No es aceptable contemplar los asesinatos de civiles israelíes (por parte de Hamas) como si no fueran otra cosa que un hecho inesperado que se interpone en nuestro discurso político rutinario, en nuestra voluntad de apoyo a la causa palestina. Cito el comunicado de un grupo de reflexión madrileño (propalestino) agrupado bajo el pseudónimo Léodile Bera: “Nada perjudica más a la causa de Palestina que su imitación del terrorismo indiscriminado que sistemáticamente ha llevado a cabo el Estado de Israel. Las imágenes de milicianos de Hamas matando a civiles desarmados o secuestrando familias enteras, repugnan e indignan a millones de personas que apoyamos la causa palestina en todo el mundo”.

Asesinar civiles indefensos no puede ser considerado un acto de resistencia. Desde luego, es asimismo repulsivo y condenable que Israel utilice su aplastante superioridad militar para vengarse contra los dos millones de civiles atrapados en el gueto de Gaza. La política israelí ha creado esa enorme prisión a cielo abierto y, de ese modo, ha potenciado la desesperación de los palestinos. Ahí brotó Hamas.

No hay equivalencias entre el poder de Israel y el del pueblo palestino. Humanizar nuestra perspectiva no es lo mismo que olvidar la distinta responsabilidad de unos y otros.

GUERRA INDEFINIDA. Si en algún momento, los geoestrategas pensaron que el conflicto Palestina-Israel había pasado a ser un conflicto de baja intensidad, los hechos demuestran ahora que se equivocaron. Décadas de guerras, masacres y enfrentamientos lo prueban de nuevo y sin ninguna duda.

Destruir casas donde viven familias, niños, personas inocentes y cortar el agua a los civiles no es combatir el terrorismo

CIVILES Y SEGURIDAD. No hay nada que justifique el asesinato de civiles, ni en Gaza, ni en Israel, pero los sucesivos gobiernos israelíes lo han justificado durante décadas con diversos pretextos de seguridad. Al condenar los asesinatos de Hamas, tampoco se puede escamotear lo anterior como si fuera relativizable. El derecho de legítima autodefensa, que alegan los sucesivos gobiernos israelíes, no puede servir para legitimar cualquier acto indiscriminado y brutal contra civiles palestinos.

Quienes utilizan el argumento de la legítima defensa de Israel, no pueden apartar de un manotazo las prácticas de castigos bíblicos colectivos, como lo que está sucediendo hoy en Gaza. Esas prácticas no pueden ser toleradas. No pueden olvidarse.

REPRESALIAS COLECTIVAS. Destruir casas donde viven familias, niños, personas inocentes y cortar el agua a los civiles, apagar el suministro eléctrico de los hospitales, no es combatir el terrorismo. No se puede aislar el terrorismo indiscriminado de Hamas (cuando lo practica) si nos olvidamos de que las represalias colectivas israelíes son constantes y suceden ante la tolerancia exterior. No sólo del llamado Occidente, también –no lo olvidemos– de la mayoría de los países árabes. Esas represalias colectivas también pueden ser consideradas terrorismo y atizan odios colectivos que terminan siendo imposibles de contener. Se convierten en irreductibles.

DÉBIL AUTORIDAD PALESTINA. Durante años, la llamada comunidad internacional ha asistido de manera pasiva al debilitamiento de la Autoridad Palestina, que quizá podría haber sido el único interlocutor posible para negociar algún tipo de paz. Será difícil revertir esa percepción.

EL ALIENTO DE HAMAS. Israel dejó crecer a Hamas en Gaza. Puede pensarse que le insufló su aliento inicial para propiciar el debilitamiento del gobierno palestino. El monstruo tiene hoy múltiples facetas, ramificaciones y alianzas en el exterior. Volverá a resurgir, aunque ahora el Tsahal (ejército israelí) llegue a liquidar a todos sus dirigentes.

ASENTAMIENTOS Y PAZ. Los asentamientos han destruido toda posibilidad de coexistencia, toda posible relación pacífica. No hay ninguna racionalidad en discursos políticos que basan su implantación colonial en prédicas religiosas milenarias (trátese de la Biblia o del Corán). Puede haber creyentes, de uno y otro lado que busquen sinceramente la paz y trabajen por ella, pero las creencias en dichos textos sagrados no pueden ser la base de ningún arreglo, de ningún reparto territorial. Jamás.

PUEBLO SIN TIERRA. Las ideas de sectas cristianas protestantes, partidarias de aplicar al pie de la letra citas bíblicas, abrieron a mediados del siglo XIX el camino hacia el lema “Una tierra sin pueblo, un pueblo sin tierra”. Sucedió incluso antes del crecimiento del movimiento sionista y de la declaración de Lord Balfour (de 1917). Ese germen ideológico sigue presente en los cabildeos de la política de Estados Unidos y de otros países. Obvia y olvida, al otro pueblo, el que nunca dejó de vivir en Palestina.

COLONIALISMO Y SIONISMO. El empuje y crecimiento del movimiento sionista no fue unilateral, ni reducido a una sola orientación ideológica. Su implantación paulatina empezó durante la última fase de poder del Imperio Otomano sobre Palestina y siguió oficialmente bajo Mandato de la Sociedad de Naciones (precedente de la ONU) administrado por el gobierno de Londres y como si fuera un caso particular vinculado al Imperio Británico.

En todas esas fases históricas –y después– los palestinos han sido un pueblo sometido a poderes ajenos (turcos, británicos, israelíes) que administran su propia tierra. Desde ese punto de vista, la vejación colonial y las variantes de la humillación y la represión persisten. Y periódicamente, vuelven incluso a agravarse.

COMPLEJIDAD Y MEMORIA OTOMANA. Antes de la Primera Guerra Mundial, las potencias europeas y Estados Unidos sólo tenían su propia perspectiva que era la de los imperios coloniales que estaban en su apogeo. Londres, París, Berlín, sobre todo, se habían repartido África (conferencia de Berlín, 1884-85) y apenas pensaban en los judíos sionistas o en los palestinos, sino en las posibilidades que les ofrecía a cada una de esas potencias la decadencia del Imperio Otomano, su dominio sobre Jerusalén y sobre el resto de Palestina. Al final de la Gran Guerra, los judíos eran sólo una décima parte de los habitantes de aquel territorio.

Sin embargo, cuando uno lee con detalle la distribución de las llaves de los templos, sinagogas, mezquitas, etcétera, en Jerusalén, por parte de la vieja administración otomana, podemos atisbar un esfuerzo político destinado a pacificar aquella complejidad. Algunos elementos de entonces, y otros nuevos, pudieron estar presentes en los acuerdos de Oslo (así como en otros anteriores y posteriores). Desgraciadamente, todos esos acuerdos no han seguido adelante. Ningún discurso simple funcionará.

La ONU atribuyó a los israelíes un 55 % de Palestina; pero al final, Israel nació controlando un 78% del territorio

SURGIMIENTO DE ISRAEL. Incluso al final del Mandato británico y al surgir el Estado de Israel, la población judía (que había crecido) representaba apenas un tercio de los habitantes del territorio en disputa.

No es posible desconocer cómo se han ido modificando los porcentajes poblacionales de unos y otros, cómo se ha alterado (mediante el uso de distintos tipos de violencia) el reparto de la tierra y los recursos.

REFUGIADOS Y TERRITORIO. Ya en 1948, la ONU atribuyó a los israelíes un 55 por ciento de Palestina; pero al final de aquel primer conflicto con los árabes, Israel nació controlando un 78% del territorio. Las masas de refugiados palestinos se crearon entonces mediante el uso de métodos que hoy definimos como “terrorismo”.

GUERRA Y PAZ. La guerra de 1948, el conflicto multinacional que empezó en torno al control del Canal de Suez (1956), la guerra de los Seis Días (1967), la del Yom Kippur (1973), el auge de las diversas variantes terroristas, las revueltas populares palestinas (Intifadas), así como los distintos procesos de negociación, no han dado resultado definitivo.

DIVISIONES POLÍTICAS. En el lado israelí, han aumentado los halcones políticos y persiste la obsesión de dominar toda la tierra bíblica; en el lado palestino, su propia división política y el resquebrajamiento de la idea de solidaridad árabe también dificulta el camino hacia la negociación y la paz. Pero es injusto atribuir la misma responsabilidad a unos y a otros. Los acuerdos que ha habido han sido desiguales y siguen contribuyendo a desequilibrar la balanza contra los palestinos.

ESTADO FALLIDO. Si las zonas atribuidas a la Autoridad Palestina pudieron ser hace tiempo un germen de Estado, éste ya no es posible tal como lo pensaron esos acuerdos del pasado. Esa Palestina débil y troceada se parece demasiado a un singular Estado fallido, a un no-Estado que controla Israel bajo (otra vez) la vieja idea de la colonización. No podrá haber paz si los israelíes no renuncian a esa falsa lógica.

PUEBLOS Y GOBIERNOS ÁRABES. No importa que sucesivos gobiernos de países árabes normalicen sus relaciones con Israel (Egipto, Jordania, Marruecos, Emiratos Árabes, Sudán, etcétera). Incluso si lo hiciera del todo Arabia Saudí, los pueblos árabes seguirán sin soportar la humillación de los palestinos. En ese sentido, los movimientos como Hamas seguirán obteniendo el beneficio (y la simpatía solidaria) de buena parte del mundo árabe y/o islámico (es decir, también de Irán, Pakistán, Indonesia, etcétera).

Tiene que haber voluntad negociadora por ambas partes, excluyendo los maximalismos

JERUSALÉN. No habrá acuerdo si no lo hay sobre Jerusalén, ni sin reconocimiento de un verdadero Estado palestino. El paso dado por Donald Trump, al reconocer a Jerusalén como capital de Israel, no se hará del todo efectivo como por arte de magia. La idea de establecer una capital de dos Estados distintos en la misma ciudad es difícil, pero no imposible. Tiene que haber voluntad negociadora por ambas partes, excluyendo los maximalismos. Y la comunidad internacional tendrá que contribuir a contener a los grupos y líderes más extremistas. Con Benjamin Netanyahu y sus aliados gubernamentales será imposible. Con Hamas, tampoco.

Como acaba de declarar la periodista y profesora valenciana, Lola Bañón en El Punt (la televisión valenciana), ante el estallido actual, “la comunidad internacional tiene que evitar los análisis emocionales actuales”.

Y como recuerda Pascal Boniface, director del IRIS (Institut de relations internationales et stratégiques de París), Joe Biden no ha desmentido, “ni anulado las decisiones tomadas por su predecesor” [Donald Trump] en lo que se refiere al conflicto central de Oriente Medio.

Boniface concluye así: “De modo que la cuestión palestina, aunque llegara a desaparecer de la agenda diplomática, seguiría siendo una realidad estratégica. Ya hubo una guerra en 2021 entre Hamas e Israel. Se acordó un alto el fuego que no logró sino establecer una tregua que sólo podrá ser provisional mientras no se firme una paz verdadera y hasta que no se reconozcan de verdad los derechos de los palestinos”.

La guerra actual ha probado el acierto de esas líneas (publicadas en un libro titulado sencillamente La Géopolitique, Éditions Eyrolles, París, abril de 2023). Los desacuerdos, las distintas perspectivas, pueden ir en un sentido o en otro, pero el eje central de la paz no podrá dejar de lado los derechos –históricamente ignorados– de los palestinos.

El anunciado apocalipsis militar israelí contra Gaza no podrá borrarlo.

---------------

Este artículo fue publicado originalmente en Periodistas en español.

La actualidad mediática y las redes sociales nos empujan sin remedio hacia las emociones. Es inevitable. Pero quizá también debemos aportar un esfuerzo de reflexión, para pensar en aspectos que consideremos básicos. Debemos centrarnos en la necesidad (planetaria) de una resolución futura (lo más pronto, mejor) de...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes iniciar sesión aquí o suscribirte aquí

Autor >

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí