En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
Se han encontrado, recientemente, las tumbas más antiguas que se conocen. Las anteriores, las que se creían más antiguas, se localizaban en Oriente Medio y en Kenia, y se databan alrededor del 100.000 a. C. Eran, claramente, de Sapiens. Sin embargo estas, halladas en Sudáfrica, se han datado en alguna fecha entre el 200.000 a. C. y el 300.000 a. C., y corresponden al Homo Naledi. Se sabe poco de él porque lleva poco entre nosotros. Fue descrito en 2014. Es un homo arcaico, a pesar de que no es tan antiguo como parece. Tal vez puede retraerse a no más de 500.000 años. Poseía un tórax y unos dientes primitivos. Medía un metro y medio, pesaba unos 45 kilos, y su cerebro era similar al del Australopithecus. Esto es, el doble que el cerebro de un chimpancé, si bien la mitad del nuestro. Otro parecido con el Australopithecus es el extremo de su fémur, aunque sus pies y sus manos son humanas. Si lo viéramos hoy reconoceríamos el parecido con nosotros, pero no la pertinencia. Su descubrimiento fue inquietante. En 2013, y en una cámara subterránea, a 30 metros de profundidad, se encontraron fósiles de varios individuos que no habían podido ser depositados allá por una corriente de agua, lo que daba pie a deducir que habían sido arrojados, ya muertos, por sus congéneres, en una suerte de rito funerario. En 2022 se comunicó que se había encontrado el hábitat cultural de esa especie. Usaban fuego, realizaban dibujos abstractos. Y realizaban, incluso, la más alta abstracción posible: el enterramiento, meditar, conocer, hablar sobre la muerte, tal vez a través de algo parecido a la religión. Es eso lo que testifican varias tumbas –las aludidas tumbas más antiguas que se conocen–, en las que adultos y niños reposan en posición fetal, en las depresiones de una cueva, donde fueron cubiertos por tierra. Uno de los individuos adultos tenía en su mano una herramienta de piedra, como cuando estaba vivo. Todos estos datos lo cambian todo. Siempre se creyó que el dominio de fuego, del arte, y la práctica de abstracciones religiosas, reflejadas en la construcción de tumbas, eran consecuencia de tener un cerebro grande. Eran propias, por tanto, del Sapiens o del Neardental o, en general de homos con un cerebro más grande que el de una naranja grande, como es el caso del Homo Nadeli. Pero no es así. Somos simbólicos desde antes de ser humanos. Desde antes de tener un gran cerebro. Desde mucho antes de poseer una lengua articulada, ya comunicábamos símbolos de alguna manera efectiva.
Todo ello explica que el símbolo no depende de los centímetros cúbicos del cerebro. No depende de la inteligencia. Tanto es así que los primeros símbolos conocidos –tumbas, algo nada rudimentario; es posible que el Homo Naledi no llegara más lejos que nosotros en el momento de explicar, sin palabras, la muerte– no tienen por qué ser una región de la inteligencia, sino que pueden ser, simplemente, una inteligencia más que discreta, o, incluso, una región anterior a ella, previa a la inteligencia propiamente humana. Cuando observas el aumento cotidiano del símbolo, de su uso en la política, en la vida, en todo, debes saber que ello no se corresponde con inteligencia alguna, como sospechabas, como siempre sospechaste mientras intentabas simular que participabas de esos símbolos que te arrojaban, que los comprendías, que eran lo normal, que eras parte del ruido.
Se han encontrado, recientemente, las tumbas más antiguas que se conocen. Las anteriores, las que se creían más antiguas, se localizaban en Oriente Medio y en Kenia, y se databan alrededor del 100.000 a. C. Eran, claramente, de Sapiens. Sin embargo estas, halladas en Sudáfrica, se han datado en alguna fecha entre...
Autor >
Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
Suscríbete a CTXT
Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias
Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí