Uno de los debates de este año ha sido la recuperación de letras comprometidas, que planteen contrapoderes y que bordeen los límites del humor sin caer en la chabacanería o en el insulto grosero. Las manifestaciones identitarias no están eximidas de someterse a crítica. Incluso el propio carnaval es criticado en sus coplas. Hay modalidades, como el cuarteto y la chirigota que se deben al humor crítico, a la ironía fina pero ácida y a la burla zahiriente.

El cuarteto –que en Cádiz puede tener tres, cuatro o cinco componentes– es una modalidad que está en decadencia, salvo excepciones como este grupo, El Cuarteto del Gago. Es de los pocos cuartetos que mantienen verso rimado en la parodia y de los pocos que se atreven con maneras y contenidos irreverentes. El espacio del cuarteto, en la calle, lo está ocupando otra modalidad: el romancero que, además, cuenta con su propio concurso.

Nombre: Punk y circo, la lucha continúa

Autor: Miguel Ángel Moreno

Modalidad: Cuarteto

Tipo de copla: Cuplé

Título: Una noche que me lié

Y si queréis leer un artículo de CTXT relacionado con el tema del cuplé, aquí os dejamos este fragmento de Joaquín Urías:

La falsa religiosidad uniforme arrasa con lo identitario de esta semana. Quien se llena la boca de fervorosas hermandades o de nuestro padre Jesús de lo que sea, le roba a la ciudad los nombres que el pueblo les dio a las hermandades y que son, por eso, mucho más auténticos. La pérdida de lo popular, sustituido por una nueva religiosidad de mercadillo, destroza nuestra identidad

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