SI BREVE...
El muerto
El referéndum es el cadáver de otra época, transportado al siglo XXI. Una práctica de algo extendido en la política que habla del mundo. Se trata de algo que requiere de la complicidad del espectador: la falsedad
Guillem Martínez 6/04/2024
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1- El interés de describir la política no es tanto el detalle particular como el universal. No es tanto el caso Ayuso, sino la universalidad de ese caso, lo que explica el mundo al mundo desde rincones pequeños del mundo. El mundo, por otra parte, siempre suele hablar de eso, de lo mismo, en todas sus épocas: de la época.
2- Sobre la época. Desde los ochenta del siglo XX está habiendo un, primeramente, lento cambio cultural en la política, que parece intensificarse cada vez más y cada vez más rápido. Es el neoliberalismo, un cambio absoluto de paradigma, que sucede, zas, en todos los Estados, instituciones políticas e instituciones supranacionales. Es importante explicar lo que sucede en esos ámbitos, pues esos ámbitos dibujan el mundo. Un mundo, por cierto, en guerra, o en el que la guerra parece inevitable. No lo es. Lo único cierto, lo único que explica esa progresiva defensa de la guerra por parte de nuestros políticos es una dinámica previa a la guerra: la idea de que en política, desde los ochenta, no existe la libertad de elección, sino que todo es inevitable. Incluso una guerra. Ya saben, “There is no alternative”, como dijo Margaret Thatcher, la mujer que inauguró esta época, cuando aún no sabíamos que era una época. Se trata de una sentencia tan citada que ya ni se cita. Tan solo se cita su acrónimo, TINA. Es más rápido y permite no pensar en ello.
3- En el momento en el que escribo estas líneas faltan pocas horas para que se cierren oficialmente las listas para las elecciones catalanas del 12M. Son importantes, en tanto a) hablan del mundo. De un mundo b) TINA, en el que en ocasiones no son tan importantes las elecciones como las listas, esas cosas que explican ese primer paso a la ausencia de alternativas. En los próximos días iré analizando varias listas. Hoy es el momento de ERC. Al cabo, el partido gubernamental, el más TINA.
La sequía parece ser una Historia de Catalunya portátil
4- La legislatura de ERC –ojo: la primera legislatura ERC desde los años treinta del XX– no ha sido muy lucida. Ha habido serios problemas en consellerías como Interior, Sanitat o Educació, que se han solucionado únicamente con el paso del tiempo. Es decir, del hartazgo, del olvido. La metáfora de este govern poco operativo del siglo XXI ha sido la dificultad para luchar contra un problema medieval: la sequía. Esta sequía de tres años de duración –Catalunya es el polo con menos lluvias de la península, se dice rápido– está siendo dramática y tendrá consecuencias, incluso políticas. La razón: la sequía parece ser una Historia de Catalunya portátil. A saber: Catalunya ha ido tirando con las obras estructurales que el tripartit hizo ante una sequía –entonces muy dramática, si bien solo duró 19 meses–, y que fueron detenidas, suspendidas, aplazadas, tras la llegada de Artur Mas al govern. Y la de Puigdemont. Y la de Torra. Cuando todas las políticas posibles fueron reducidas a ninguna / TINA.
5- Sorprende, por eso mismo, que la lista de ERC integre muchos consellers de este govern, en vez de, pongamos, esconderlos. Si se repasan las conselleries, una por una, hay pocas que no hayan tenido un momento sáquenme-de-aquí. Justícia es una de esas pocas, por cierto. Por decisión de su consellera, ha trabajado por aligerar ese trámite de la pobreza denominado condena-penal, consistente en recluir en un edificio el número de pobres más elevado de Europa, intentando con ello contener, poner límite a la pobreza, el principal cultivo TINA. Se ha facilitado, así, la exteriorización de personas, el tercer grado. Pero, en lo que es mala suerte –en ocasiones, sin la mala suerte, no habría ningún tipo de suerte–, y debido a un reciente homicidio, imprevisible, inevitable, en una cárcel, esa conselleria parece haber sido un tanto vilipendiada por sindicatos del ramo de la porra, y por medios y políticos de grandes convicciones, cuando se habla de pobreza o inmigración.
6- Y aquí viene lo bueno. Un gobierno estadísticamente tan inoperante, que no ha sabido defender las perlas del autogobierno –esas conselleries en las que se distribuye el bienestar, y que justifican la existencia del mismísimo autogobierno–, y que no ha sabido siquiera –lo que tendrá serias consecuencias a corto y medio plazo– defender jurídicamente, y ante una comisión del Europarlamento, el modelo pedagógico del catalán, ¿es percibido como fracaso? No necesariamente. No por ellos, al menos. Lo que es el partido, su staff intelectual, está sumamente complacido. Ven que ERC ha cumplido sus objetivos. Donde sus objetivos son los habituales en un partido de la época. Haber llegado, haber permanecido y haber creado cuadros, pirámides, arribas y abajos, gracias al reparto de cargos y de sueldos de distinta intensidad. Lo que puede ser indignante, pero que es algo habitual en un gobierno europeo, y de manera más descarnada, en uno peninsular.
7- ¿Puede una lista incompetente ganar unas elecciones –ganar, en este contexto, es ganar a Junts; en Catalunya, en fin, la política real es esa irrealidad; la buena noticia es que eso permite ahorrar millones de euros en estructuras ante una sequía–? Sí, puede. De hecho, esta es la segunda ocasión en la que ERC accede en pelotas, como partido gubernamental, a unas elecciones. Veamos cómo le fue, y cómo superó ese engorro, en la primera.
Es la segunda ocasión en la que ERC accede en pelotas, como partido gubernamental, a unas elecciones
8- La primera vez que ERC se presentó sin nada en las manos a unas elecciones fue en 1936. En 1931 había prometido a) proclamar la República –no aclaró si española o catalana, así que proclamó ambas–, algo parecido a un b) subsidio de desempleo –no solo no se hizo, sino que la represión con tecnología nativa al movimiento obrero fue notoria y llenó la Modelo; se fletaron, por cierto, trenes a Murcia con inmigración, que la poli iba recogiendo por la calle, de manera desinteresada; hoy por tí, maña por mí, etc.–, y c) el impago de la deuda de la Expo de 1929 –que, por cierto, se acabó de pagar en los 70 del XX, cuando Abba cantaba Chiquitita–. Si sumamos a esos logros los hechos dadá del 34, ERC tenía poco que explicar en 1936. Por lo que, en aquellas elecciones históricas, no explicó nada, sino que sacó la vena patriótica. El cartel electoral, en lo que fue una metáfora, pasó a ser una foto del ya fallecido –a finales de 1931– President Francesc Macià –un señor mayor, mitificado y de otra época; un significante vacío–, bajo el cual aparecía un texto programático: “Catalans!”, que les impidió tener que hablar de política. Arrasaron, no por esa manera de hacer, sino porque, por otros motivos, hasta la CNT votó masivamente a esa ERC sin nada que decir. Arrasaron. Sin política, sobre una sociedad rota por la desigualdad, que, en ese mismo año, en julio, cuando estalló la guerra, ensayó, con cierto éxito, una solución a la desigualdad fuera de la política y de los políticos.
9- En esta ocasión, la lista de ERC solventa sus posibles carencias con la misma metodología. Donde el muerto es sustituido por otro. El referéndum.
10- Referéndum, pequeña historia. En 2010 era posible un referéndum. Tras la sentencia del TC sobre el Estatut, un proceso de consultas más o menos populares por todo el territorio, y cierta cohesión social –algo que ya no existe, tras más de diez años sometiendo a la sociedad al abuso de la propaganda–, hubiera sido posible una victoria del sí. La idea fue una Iniciativa Legislativa Popular (ILP), según la cual se hubiera podido convocar un referéndum constitucional, a partir de la Llei de Consultes Populars per via de referéndum –aprobada por el tripartit, cuando el tripartit–, para solicitar a la ciudadanía su parecer para una reforma constitucional, que permitiera crear un Estado indepe. Obviamente, esa reforma nunca se hubiera hecho. Pero la unidad del Estado hubiera sufrido un serio varapalo, y la posibilidad de independencia hubiera sido probable. O, al menos, más probable que en cualquier momento posterior. Ni el Govern Mas, ni ERC, permitieron que esa propuesta iniciara trámite parlamentario. Mas/ERC solo se animaron a anunciar referéndums cuando esa posibilidad ya era impracticable, por sentencias del TC. Es entonces, cuando con la garantía explícita de que ese referéndum no se hará de forma legal, se inicia la fiebre referéndum, en 2014, en 2017. Y, con menor intensidad, y solo para muchos menos usuarios y por muchos menos días –una precampaña y una campaña–, ahora. Se trata de un referéndum muerto, que se exhibe ahora, en campaña, en modo “Catalans!”, esas exclamaciones patrióticas que se dicen, en todo el mundo, cuando no hay nada que decir.
11- El referéndum es el cadáver de aquella primera campaña sin nada que decir, transportado al siglo XXI. Vamos, que debe de cantar la Traviata. La primera vez fue la práctica de algo extendido en la política, que hablaba del mundo, de su época: la mentira. Hoy es la práctica de algo extendido en la política, que habla del mundo, de su época. Se trata de algo más intenso, alto, ancho y largo que la mentira, tanto que, como la magia en el circo, requiere de la complicidad del espectador: la falsedad.
12- Detrás del cadáver de esta emisión están las siglas TINA. Poco más.
1- El interés de describir la política no es tanto el detalle particular como el universal. No es tanto el caso Ayuso, sino la universalidad de ese caso, lo que explica el mundo al mundo desde rincones pequeños del mundo. El mundo, por otra parte, siempre suele hablar de eso, de lo mismo, en...
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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