77º FESTIVAL DE CANNES
El legado de Barbie en la Croisette
La cineasta Greta Gerwig, presidenta del jurado este año en Cannes, deja huella galardonando películas feministas como ‘Anora’, de Sean Baker, y ‘All we imagine as light’, de la india Payal Kapadia
Enric Bonet Cannes , 26/05/2024
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Greta Gerwig ha dejado una impronta evidente en las películas premiadas en Cannes. Después de dirigir Barbie –la obra cinematográfica con una mayor repercusión social en 2023–, la cineasta estadounidense, de 40 años, fue designada como presidenta del jurado de la edición de este año del prestigioso certamen. Su sensibilidad feminista se ha notado en los filmes galardonados en la ceremonia de clausura del sábado 25 de mayo.
Esta edición de Cannes ha tenido el mérito de premiar a cinco películas que abordan el feminismo desde vertientes diversas: desde las trabajadoras sexuales hasta la revuelta de las mujeres en Irán, pasando por las personas trans, la sororidad en India y la presión sobre el cuerpo de la mujer que ejerce la mirada masculina. Todas ellas darán que hablar en los próximos meses. De hecho, una de las peculiaridades del festival ha sido la abundancia de personajes femeninos relevantes, a pesar de tratarse de un certamen con una gran mayoría de directores hombres.
De los 22 filmes en la competición oficial, solo cuatro contaban con una autoría femenina. Esta escasez de directoras chirrió aún más teniendo en cuenta el elevado nivel mostrado por esas cuatro: All we imagine as light de la india Prayal Kapadia, The Substance –una peli de terror sobre el infierno en que puede convertirse la mirada del hombre sobre el cuerpo de las mujeres– de la francesa Coralie Fargeat, Bird de la británica Andrea Arnold y Diamant brut de la gala Agathe Riedinger. Tanto Kapadia como Fargeat se llevaron galardones destacados, como el Gran Premio del Jurado (equivalente de la Palma de plata) y el mejor guion, respectivamente.
De los 22 filmes en la competición oficial, solo cuatro contaban con una autoría femenina
En muchos de los filmes de la competición aparecían protagonistas femeninas en obras dirigidas por hombres, ejercicio que ha hecho estrellarse a algunos reputados cineastas. Así ha sucedido con el último largometraje del italiano Paolo Sorrentino. Pese a la belleza de su estilo manierista y el sugerente retrato de Nápoles con toques de realismo mágico, Parthenope deja un regusto extraño por la manera en que Sorrentino graba a la actriz Celeste Dalla Porta. No queda claro si parodia la mirada masculina o se ha equivocado con un esteticismo añejo y algo machirulo. En el caso de la irregular Megalópolis, uno de sus errores más flagrantes (no es el único) son sus personajes femeninos muy planos.
La española Karla Sofía Gascón, primera mujer trans premiada en Cannes
En cambio, otros directores sí que han demostrado su capacidad para crear personajes femeninos genuinos, además de grabar potentes películas feministas. Es el caso de Anora, del estadounidense Sean Baker, la gran triunfadora del festival al haberse llevado la Palma de Oro. Pero también ocurre algo parecido con The Seed of the Sacred Fig (“Las semillas de la higuera salvaje”), del iraní Mohammad Rasoulof –un potente filme político sobre la revuelta en 2022 por la liberación de la mujer en Irán–, así como Emilia Pérez, de Jacques Audiard, recompensada con el Premio del Jurado (la Palma de bronce).
La habilidad del director francés para reinventarse ha desembocado en este musical queer sobre un narcotraficante mexicano que cambia de sexo. Ha catapultado, además, a una nueva estrella del cine español: la actriz trans Karla Sofía Gascón, de 52 años y hasta ahora muy poco conocida en España, se ha convertido en la primera actriz trans galardonada en Cannes, todo un símbolo en medio de la actual oleada de discursos tránsfobos. “Este premio tiene una parte especial para aquellos actores que se pasan el día abriendo puertas y solo reciben portazos. También va dedicado a las personas trans que sufrimos todos los días”, aseguró la carismática Sofía Gascón durante uno de los discursos más emotivos de la gala.
Con una decisión poco habitual, el jurado premió como mejor interpretación femenina a las cuatro actrices de Emilia Pérez. Es decir, Sofía Gascón comparte el galardón con las estadounidenses Selena Gómez y Zoe Saldaña, además de la mexicana Adriana Paz. Se trata de un premio ex aequo que enfatiza la sororidad de los cuatro personajes femeninos, uno de los aspectos más lúcidos de la arriesgada obra de Audiard. Aunque causó sensación durante la primera semana del festival, vio cómo al final la eclipsaban dos largometrajes presentados durante los últimos días: Anora y All we imagine as light.
“Sus historias no cambiarán el mundo, pero merecen ser contadas”
La Palma de Oro consagra a Baker como uno de los nombres más relevantes del panorama actual en el cine independiente en Estados Unidos. “Dedico mi Palma a todas las trabajadoras sexuales (…). Espero que sirva para eliminar los prejuicios sobre estas personas”, declaró en la sala de prensa el director estadounidense, de 53 años, que ha logrado el reconocimiento de la crítica una vez pasado el ecuador de su carrera. “Quizás sus historias no cambiarán el mundo, pero merecen ser contadas”, añadió el autor de Anora, quien ha hecho de los y las trabajadoras sexuales su principal temática durante la última década.
Sean Baker ha hecho de los y las trabajadoras sexuales su principal temática
Después de haber grabado en 2015 con su iPhone Tangerine, un filme sobre las prostitutas trans en Los Ángeles, Baker ya había participado en la competición en Cannes con Red Rocket, sobre un actor porno en declive. La Palma de Oro para Anora no resulta una gran sorpresa, ya que se trata de una de las obras más consensuales en un certamen en que la crítica estuvo muy polarizada, sobre todo a causa de la irregular Megalópolis y la imperfecta Emilia Pérez.
Inspirada por el humor de los hermanos Cohen y con evidentes referencias a Reservoir Dogs de Quentin Tarantino, la película triunfadora sobresale por su tacto y sensibilidad humana con sus personajes, sobre todo en el caso de su protagonista, Anora. Ella trabaja como estríper en un club de alterne en Brooklyn y vive un idilio imposible (incluso se casan) con el hijo mimado de unos oligarcas rusos. Sin ser una película política, humaniza a las trabajadoras sexuales y reivindica a los mal llamados loosers.
La sororidad de tres mujeres en India, una de las revelaciones del festival
También destaca por su sensibilidad All we imagine as light (“Todo lo imaginamos como una luz”), de Prayal Kapadia, cuya presencia resulta habitual en el certamen pese a su relativa juventud (tiene 38 años). Este filme indio no solo ha entusiasmado a la crítica, sino que también ha consolidado a Kapadia como uno de los nombres a tener en cuenta en el presente y futuro del cine asiático.
All we imagine as light cuenta, con una gran sensorialidad, una historia de apoyo mutuo entre tres mujeres en Bombay. La poesía de sus imágenes y la exaltación artística del detalle la han convertido en la obra más interesante a nivel formal de esta edición del festival. Gracias a su delicadeza y su fuerza expresiva, retrata la sororidad de manera más sutil, pero también acertada, que Emilia Pérez. El proyecto de Audiard da a veces la sensación de ser la obra de un converso reciente a las teorías queer, y en algunas secuencias apuesta por un feminismo de brocha gorda.
De las distintas películas con temática feminista, no hay ninguna duda de cuál es la más política: The Seed of the Sacred Fig, de Mohammad Rasoulof. Condenado a principios de año a una pena de ocho años de cárcel por el régimen fundamentalista de la República islámica, este cineasta huyó andando de Irán y se exilió en Alemania. La emoción por sus circunstancias personales marcó la presentación de su ambiciosa obra el 24 de mayo, penúltimo día del festival. La película trata sobre la revuelta de 2022 en Irán a raíz de la muerte de la joven kurda Mahsa Amini, apalizada por no llevar bien puesto el velo islámico.
El filme de Rasoulof retrata la revuelta feminista en Irán a partir de las tensiones en el seno de la familia de un juez
El jurado lo recompensó con un premio especial. A pesar de su significado político –o más bien dicho, a causa de él–, ese galardón ha dejado un gusto amargo en una parte significativa de la crítica, que considera que la película merecía más por puros méritos cinematográficos. Por un lado, el filme de Rasoulof ha sorprendido por su inteligencia, al retratar la revuelta feminista en Irán a partir de las tensiones en el seno de la familia de un juez instructor del régimen, padre de dos hijas que simpatizan con las protestas. Por el otro, sigue la estela de maestros del cine persa, como Jafar Panahi o Asghar Farhadi, con un largometraje realista y político que cuenta con una minuciosa puesta en escena. The Seed of the Sacred Fig representa un himno a la libertad y los derechos de las mujeres.
Marcada en un inicio por la posible publicación de una lista de directores y actores franceses acusados de agresiones sexuales –todo quedó en un mero rumor–, la 77ª edición de Cannes concluyó con uno de los palmareses más feministas de los últimos años. Ha sido uno de los aspectos positivos del certamen, que ha decepcionado al ponerse de perfil ante el sufrimiento de los palestinos. La indiferencia ha predominado en ese sentido.
Greta Gerwig ha dejado una impronta evidente en las películas premiadas en Cannes. Después de dirigir Barbie –la obra cinematográfica con una mayor repercusión social en...
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