La política alemana Sevim Dagdelen, de 48 años, hija de padres turcos, ha sido diputada en el Bundestag alemán desde 2005. Primero, y hasta finales del año pasado, fue responsable de Die Linke en las comisiones de Exteriores, Defensa, Interior y Economía. Ahora es la portavoz de asuntos internacionales del grupo parlamentario del partido de Sahra Wagenkecht, BSW, y es miembro del Comité de Asuntos Exteriores. A comienzos de año publicó un librito con motivo del aniversario de la OTAN, sobre la historia de la organización transatlántica, que se convirtió en un éxito de ventas y que ahora ha sido traducido al inglés (NATO. A Reckoning with the Atlantic Alliance, LeftWord Books, 2024). CTXT ha preguntado a Dagdelen sobre las consecuencias de la guerra de Ucrania para Europa. La entrevista se realizó por correo electrónico, ya que la diputada se encontraba en Washington, donde participó en una cumbre alternativa por la paz con el título “No to NATO-Yes to Peace”. En este enlace puede escucharse y en este puede leerse su discurso en dicho encuentro en inglés. 

Muchos españoles ven la guerra en Ucrania como algo lejano, aunque el presupuesto de Defensa ha aumentado mucho. ¿Qué les diría a las personas que no son conscientes de los riesgos que conlleva ser parte de la OTAN?

La estrategia de la OTAN, que apunta tanto a la intensificación de la guerra subsidiaria en Ucrania como a una expansión contra China, es extremadamente peligrosa. Arriesgarse a una guerra directa con Rusia es sumamente irresponsable. Al mismo tiempo, el aumento del gasto militar de la OTAN se traduce en una guerra social contra la propia población, en este caso, de España. Se recorta en educación, salud e infraestructuras, mientras se obstaculiza un alto el fuego en Ucrania y se gasta cada vez más dinero de los contribuyentes para aumentar las ganancias de los accionistas de las empresas fabricantes de armas.

¿Qué supone para Europa y, en particular, para Alemania la influencia de Estados Unidos, y cómo se ejerce esta influencia a través de la OTAN?

Los miembros europeos de la OTAN han sido reducidos al nivel de Estados-cliente. Los respectivos gobiernos acatan las decisiones más absurdas dictadas por la política exterior estadounidense en fracciones de segundo. Los países europeos se perjudican a sí mismos con la guerra económica contra Rusia y ahora con los aranceles de la Unión Europea contra China. En esta vinculación tan estrecha de decisiones con Washington juegan un papel crucial tanto las redes transatlánticas que existen en los medios de comunicación y en la política, como la participación decisiva de fondos de inversión estadounidenses en las grandes empresas alemanas y europeas. 

En su libro critica también el papel de la OTAN en la guerra entre Israel y Gaza y habla de una doble moral. ¿Podría explicarlo?

En el sur global, la OTAN ha perdido toda credibilidad moral debido a su apoyo incondicional al gobierno de Netanyahu, de extrema derecha, en Israel. Nadie puede entender por qué la alianza militar sigue apoyando a Netanyahu después de la muerte de más de 15.000 niños palestinos, mientras los principales miembros, entre ellos Estados Unidos y Alemania, continúan suministrando armas para los crímenes de guerra israelíes. 

Sin embargo, hay que recordar que la OTAN nunca ha tenido problemas con las dictaduras y los crímenes de guerra. A menudo se olvida que durante la dictadura de Salazar, con sus sangrientas guerras coloniales y campos de concentración para africanos que se resistían a la explotación racista, Portugal fue miembro fundador de la OTAN. Estados Unidos apoyó al dictador español Franco con un acuerdo de seguridad, aunque éste asesinaba demócratas o perseguía los movimientos de autonomía en Cataluña y el País Vasco. La imagen de la OTAN, que presume de defender la democracia y los derechos humanos, no se corresponde con la realidad, dadas sus guerras de agresión ilegales, el apoyo a dictaduras como Arabia Saudí o el funcionamiento continuo del campo de tortura de Guantánamo. 

La OTAN puso en marcha de forma oficial en 2020 un programa llamado “guerra cognitiva”, que usted menciona en su libro. ¿De qué se trata?

Desde 2020, la OTAN lleva a cabo una nueva forma de guerra psicológica, conocida como guerra cognitiva, que es una forma avanzada de manipulación. La psique humana se ha convertido así en el objetivo directo de la propaganda de la OTAN. El objetivo es hackear nuestras mentes como si fueran computadoras, utilizando medios como el militarismo esotérico, entre otros. Un ejemplo: una propagandista de la Escuela de Defensa de la OTAN en Roma declaró en un programa de televisión alemán que no se puede lograr un alto el fuego en Ucrania porque cada guerra tiene un despertador en su interior y ese despertador aún no ha sonado. 

En su libro habla sobre la historia de la OTAN y comenta episodios que son claramente ilegales. ¿Cómo es posible que nuestras democracias participaran en tales acciones ilegales? ¿Y cómo debería ser el futuro de la alianza, según su opinión?

Las guerras de agresión de la OTAN en Yugoslavia o Libia son prácticamente invisibles en nuestros medios de comunicación. Las violaciones del derecho internacional por parte de Estados Unidos con su ataque a Irak, por ejemplo, no se atribuyen a la OTAN en su conjunto, aunque no son compatibles con la carta fundacional de la OTAN y se trata claramente de un acto de una parte que al final representa al todo. Para la OTAN todo se reduce a la violencia, con el fin de evitar la caída del hegemón global, Estados Unidos, a toda costa. Incluso a costa del bienestar de los demás miembros de la OTAN. 

En cuanto al futuro de la OTAN, sería importante detener al menos la expansión en Europa contra Rusia, y la palabra clave aquí es Ucrania. Y parar también la expansión en Asia contra China a través de tratados bilaterales con los llamados AP4 –Japón, Australia, Nueva Zelanda y Corea del Sur– así como Filipinas y Taiwán. Tanto la escalada en Ucrania, mediante el suministro de más armas, con permiso para atacar en suelo ruso, como el establecimiento de una misión propia de la OTAN en Ucrania, deben detenerse urgentemente. Necesitamos un alto el fuego inmediato en Ucrania y en Gaza. ¿Por qué deben morir más personas por esta locura?