La Celebración, de Thomas Vinterberg, cuenta esta historia: un padre millonario convoca a su familia a celebrar sus 60 años en una casona de la campiña danesa. La invitación es generosa, de esas que incluyen al novio de la prima del hijo. Una cena de chef, cocina industrial, ayudante, mozas atentas, bandejeo de champán, platos exquisitos. En un momento se escucha el trinar de una copa: tilín, tilín. El hijo mayor quiere decir algo importante. Se cruzan las miradas con el padre. La tensión indica que va a explotar una bomba. Y explota.  

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Por estos días, el presidente Milei invitó a un gran asado para festejar el último triunfo legislativo de su gestión. El mitin fue para agasajar a los 87 diputados que ratificaron su veto a la ley que proponía un leve aumento a los jubilados. “Son héroes”, les dijo el presidente. Leve aumento no, 13.000 pesos. Algo así como diez euros. Un par de cañas y unas patatas bravas. Para evitar el menú pensionado, el Gobierno ordenó una represión conjunta de todas las fuerzas federales y despejó de viejos la plaza durante la votación. En medio del operativo los efectivos de la Policía Federal gasearon a una niña de diez años en la cara. 

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El hijo del patriarca danés le dice a todo el mundo que su padre lo violó a él y a su hermana durante años y por eso ella se suicidó. Antes de volver a sentarse, dice: “Gracias por estos maravillosos años. Feliz cumpleaños”. Parece un show de bajo presupuesto. Los invitados se incomodan pero no le creen. Un poco de zozobra y sigue la cena. El padre dice que no sabe de qué está hablando. El shock se pasa.   

El mitin fue para agasajar a los 87 diputados que ratificaron su veto al aumento de las pensiones de los jubilados. Aumento de 13.000 pesos (10 euros)

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El padre libertario no se inmutó por los llantos de la nena y salió a festejar. Dijo que su alegría obedecía a que, por suerte, el equilibrio fiscal no se iba a romper con las cañas y las papas bravas. Por suerte no. Gracias a los héroes. Para ellos organizó la cena en la residencia de Olivos. Los diputados –eso sí– tenían que pagar el cubierto, 20.000 pesos. Porque el ajuste –ya se dijo– lo pagará la casta. De la cena trascendió poco. Que algunos diputados habían llevado ensaladas muy ricas. Que no se sabe a quién le transfirieron el dinero. Que no podían ingresar con móviles pero algunos llevaron dos, uno lo dejaron y entraron con otro. Que se tomó vino de una bodega boutique de Mendoza. 

Muy rico todo, señor presidente. 

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Tilín tilín. El hijo del patriarca danés vuelve a tomar la palabra. Esta vez es directo. Le dedica el brindis al asesino de su padre. Le dice así, “asesino”. La zozobra pudre el ambiente. Los invitados se desesperan por escapar. Huyen de esa casona de pervertidos. Solo queda la familia más cercana. La madre sale en defensa de su marido. Dice que su hijo nunca supo diferenciar fantasía de realidad; un chico especial, con atributos de escritor, con una gran capacidad para inventar historias. Tilín tilín tilín, otra vez el hijo. Remata: cuenta que su madre fue cómplice del violador de su padre. 

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Mientras el Gobierno terminaba de hacer las tarjetas de invitación a la cena de héroes, el canal oficialista La Nación (LN+) recibió un video esclarecedor. En exclusiva. El momento en el que se ve como una manifestante le arroja un polvo extraño a la nena. Ahora sí. Era mentira entonces. El policía no había sido el responsable. El sueño húmedo de la ministra de Seguridad duró poco. Antes de que las imágenes rebotaran en otros canales, los mismos periodistas que habían presentado el video como la prueba para exculpar a la policía, tuvieron que admitir que se trataba de una operación. De un invento. Estaban siendo parte de una maniobra de la ministra. “A mí no me van a usar para esto. Ni a mí ni a este canal”, dijo el hiperoficialista y figura de la derecha televisiva Eduardo Feinman. El video de la mujer era falso. Las fotos y los videos que mostraron la secuencia completa del policía vaciando el gas en el rostro de la nena se habían viralizado al mismo tiempo que el Gobierno iniciaba la opereta.

Desde que asumió Milei, el tren aumentó casi un 400 por ciento y el colectivo (Bus) un 600 por ciento  

Antes ya habían comenzado a circular imágenes de trabajadores caminando paralelamente a las vías del tren para esquivar los controles y no pagar el boleto. En los videos se ve cómo la gente camina en fila. Se los ve tranquilos. En una acción más parecida al paseo que a una protesta o una fuga. Muy distinto a las imágenes de días atrás, cuando un grupo de personas se enfureció con la policía porque quería llevarse detenido a un hombre después de que saltara el molinete en la terminal de Constitución. Desde que asumió Milei, el tren aumentó casi un 400 por ciento y el colectivo (Bus) un 600 por ciento. 

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La familia danesa estalla en furia contra el hijo. Nadie le cree. Al contrario. Es un provocador delirante. Lo sacan a golpes. Su hermano y otros familiares lo llevan hasta el bosque y lo dejan atado a un árbol. Ya entrada la noche, logra desatarse. En la casa la fiesta continúa sin culpa. 

Las líneas que marcan la opinión entre los que creen que la gestión es muy buena (44,2%) o muy mala (54,2) se distancian en 10 puntos

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En Argentina aumentó la temperatura y no es por la llegada de la primavera. Las últimas encuestas mostraron el comienzo del deshielo libertario. El estudio de la consultora local Zuban Córdoba de septiembre expuso el descenso de la credibilidad del Gobierno. Entre otros ítems, el 70,6 por ciento cree que es mentira que “el poder adquisitivo de jubilados voló” y un porcentaje aún mayor (76,2 por ciento) opina que es mentira que “las tarifas de agua, luz y gas están regaladas”. En el mismo estudio se muestra que 2 de cada 3 jóvenes cree que la situación económica no mejoró. El 71,3 por ciento de entre 18 y 30 años dice que recurre a los ahorros para llegar a fin de mes.

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Golpeado pero entero, el hijo mayor regresa del bosque. Lo que tenga para decir ya no le importa a nadie en la familia que sigue de fiesta y comilona. En ese momento, aparece una carta. Es de la hermana muerta. Se la dan a leer a la otra hermana. Lo hace delante de todos. Cuenta de los abusos que sufrió a manos del padre. El mismo relato pero en la voz de la víctima muerta instala definitivamente el estupor. 

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Por primera vez desde que asumió como presidente, las líneas que marcan la opinión entre los que creen que la gestión es muy buena (44,2%) o muy mala (54,2) se distanciaron en diez puntos. Durante todo el año se mantuvieron en paridad pero después de la celebración se terminaron por abrir. Así lo mostró el trabajo de la consultora Tres Punto Zero. 

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A la mañana siguiente de la fiesta, la familia danesa desayuna con total normalidad. Llega el padre junto a su mujer. Sus hijos le piden amablemente que se busque otro lugar en la casa.