CARTAS DESDE BAIRES
La política del tero
Mientras Alberto Fernández es denunciado por violencia de género por su esposa, Milei aprovecha la causa para que no se hable de la crisis económica y el crecimiento de la pobreza, ubicada en torno al 50%
Emiliano Gullo 21/08/2024
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Una de las aves más conocidas en Argentina es el tero. Básicamente por una característica: pone el huevo en un lugar y grita en otro. Lo hace para despistar a sus depredadores. Para que los enemigos confundan su debilidad. Los huevos son la promesa de que el tero seguirá existiendo, una garantía de futuro que, a la vez, es vulnerabilidad en el presente. Su nido es precario, hecho de ramas secas sobre la superficie de un campo. La forma de cuidarlo no es, como hace la mayoría de las especies, escondiéndolo más o protegiéndolo con fuerza. Para cuidarlo, el tero se hace el asustado, exagera su miedo, y grita en distintos lugares como si sus pichones estuvieran a punto de ser descubiertos. El Gobierno de Milei grita como el tero desde que asumió en diciembre pasado. El equilibrio fiscal y el dólar devaluado –sus pichones– demandan ajuste, recesión y represión. La inversión de 100 millones de euros para espiar, manejar causas judiciales y alimentar el ejército de troles en las redes no es otra cosa que la industrialización de la técnica del tero. El show de la confusión. Milei sigue gritando. Aunque la escena que más entretiene al público, hoy, la protagonice otro.
La denuncia por violencia de género contra el expresidente Alberto Fernández fue un misil contra el peronismo en particular y contra la clase política en general. Una historia imposible de imaginar. Imposible de contar. Demasiado real para ser cierta. Demasiado creativa para ser ficción. Una película a la que sólo había que darle al play. Alberto presidente, dirigida por M. Night Shyamalan y con guion de Alejandro Amenábar, se acaba de estrenar en todas las salas del país. Los libertarios, sentados en primera fila, pelean por los pochoclos antes de que arranque la función.
Alberto presidente (Argentina, 2019) empieza con un despiste gracioso, auspicioso. En un momento de su discurso de asunción quiere decir “mejores”, intenta explicar que su fuerza política, con Cristina Fernández como vicepresidenta, vuelve mejor que antes, que ha aprendido de los errores. Y dice: “Volvimos y vamos a ser mujeres”. Los psicoanalistas que están en la plaza se abrazan de emoción. Alberto, el que regresa al poder hecho mujer. El presidente del pañuelo verde. El padre públicamente orgulloso de su hijo drag queen. El general del ejército de aborteras. El presidente del Ministerio de la Mujer.
Albert-a. Como president-a. El tío Alberta protege a los ciudadanos en la pandemia. ¡Atención, habla Alberta! Los reta en televisión. Las filminas de Alberta detallan la lucha contra el virus. Pobre Alberta. No aguantará mucho. Poco a poco, su propio espacio político se lo comerá. Intentarán sacarle el poder para dárselo a Cristina. El estadista sensible, finalmente, termina devorado por los suyos. Ya sin poder ni respaldo marcha, derrotado, a su exilio español. La película se desinfla en esta parte, parece irse a un fade off triste y aburrido. Pero queda un giro inesperado que lo cambia todo. O, mejor dicho, le da sentido a todo. Claro que sí. Esto es un thriller de Shyamalan y Amenábar.
La película –que ya es un éxito de taquilla– se encuentra en fascículos digitales de diarios y revistas, así como en todas las plataformas de redes sociales.
Un estudio de agosto de la consultora Zuban Córdoba aporta el primer dato sobre el impacto del caso Fernández en la agenda política. El 60,5 % de sus entrevistados aseguró que los libertarios aprovechan la causa judicial contra el expresidente para que no se hable de la crisis económica y el crecimiento de la pobreza, ubicada en torno al 50%. Mientras que el instituto de estadísticas oficial (INDEC) la sitúa en el 41,7%, otros estudios de universidades privadas la cifran entre el 50,5 y el 54,6 %. Como sea, unos veinte millones de personas no llegan a cubrir la Canasta Básica Total. Esto es salud, educación, alimentos, vestimenta, transporte, servicios públicos, comunicación, artículos de limpieza y otros.
El otro índice, que divide básicamente quién logra comer y quién no, está definido por la Canasta Básica Alimentaria. Aquí también los porcentajes sufren una inestabilidad. Para el INDEC, el último dato es del 11,9%. Para la Universidad Católica es de 16,5%; alrededor de 7,5 millones de personas que no pueden comprar comida.
Mientras tanto, el último presidente tiene que dar explicaciones ante la justicia por los golpes y las amenazas que aplicó sobre su esposa, según ella misma denuncia. No le va a quedar otro remedio que dárselas. Y, si no quiere terminar preso, también tendrá que demostrar que las fotos son falsas, las acusaciones infundadas, los chats inventados y que los testigos mienten.
Al peronismo no tendrá que darle ninguna explicación. El partido ya se encargó de proceder. Desde Cristina Kirchner hasta la joven exlegisladora y estrella de la juventud peronista, Ofelia Fernández. O el dirigente más a la izquierda dentro del mismo movimiento, Juan Grabois. Todos le soltaron la mano antes de que pudiera responder ante el juez. Desde hace algunos días, además, Fernández dejó el cargo de presidente del partido.
Javier Milei todavía le da las gracias. Cada vez que tiene oportunidad. Ante banqueros o legisladores. Sin nombrarlo, repite siempre como un mantra, un poco para tranquilizarse él mismo. Un poco para intranquilizar al que lo escucha. “Lo mal que habrán hecho las cosas para tenerme a mí de presidente”.
Como un techo con los desagües tapados que empieza a acumular agua durante una tormenta y presiona y presiona, y se abre una fisura, y la gota rápido se convierte en un chorro de agua que abre el cielo raso como cuchillo y, en segundos, ya deja de ser un techo que se cae; es en un bombardeo de escombros y de agua turbia.
Las fuerzas del cielo –ese club espiritual de los libertos–, dicen ahora. “Paguen con sus vidas, con sus trabajos, con su salud. Frenamos la inflación, controlamos al dólar, y los salvamos de estas lacras, que siempre robaron y que, además, violentan a sus mujeres embarazadas”. La pandemia de la covid hizo de la cotidianidad una incertidumbre total. El gobierno de Fernández la verticalizó hacia el abismo. Quizá ahí haya algo de explicación en la paciencia con el modelo Milei. La previsibilidad del cementerio, una previsibilidad al fin.
Una de las aves más conocidas en Argentina es el tero. Básicamente por una característica: pone el huevo en un lugar y grita en otro. Lo hace para despistar a sus depredadores. Para que los enemigos confundan su debilidad. Los huevos son la promesa de que el tero seguirá existiendo, una garantía de futuro que, a...
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