1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

  312. Número 312 · Septiembre 2024

  313. Número 313 · Octubre 2024

  314. Número 314 · Noviembre 2024

  315. Número 315 · Diciembre 2024

  316. Número 316 · Enero 2025

Reportaje

La incertidumbre abraza a los kurdos en Siria

El pueblo kurdo fue perseguido y discriminado bajo el régimen de los Assad, pero también se enfrentó a las peores atrocidades del Estado Islámico y a los ataques de Turquía en los últimos años

Santiago Montag Damasco , 4/01/2025

<p>En el barrio kurdo de Damasco, Rukn al-Din, un hombre posa junto a pintadas de la bandera de la revolución siria y la bandera palestina. / <strong>S.M.</strong></p>

En el barrio kurdo de Damasco, Rukn al-Din, un hombre posa junto a pintadas de la bandera de la revolución siria y la bandera palestina. / S.M.

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

La caída de Bashar al Assad el 8 de diciembre llenó de personas las calles de Damasco. En las inmensas avenidas, arrebatadas de carros de combate militares abandonados por las tropas del régimen, los sirios festejaban lo que perciben como su “libertad”. Desde niños hasta jóvenes, adultos, familias enteras con sus bebés participan en cada evento que conmemora el día que fueron destruidas las estatuas de Bashar al Assad y de su padre, Hafez al Assad. “Ahora puedo ver los colores de los edificios, de las plantas de los balcones, de la ropa de mis amigos, hasta hace unos días el mundo era gris para mí” decía sonriendo Nayef, un joven que ondeaba la nueva bandera del país negra, blanca y verde con tres estrellas rojas en el medio.

El derrumbe del régimen trajo alegría, pero también preocupación para todos los sirios. A pesar de las celebraciones cotidianas en la Plaza de los Omeyas, los festivales, los rezos colectivos en las mezquitas, y una juventud que no deja de entonar las canciones revolucionarias de la Primavera Árabe, la incertidumbre recorre el pensamiento de millones de personas. Especialmente, de las del pueblo kurdo.

En la calles, en los bares, todos comparten el mismo interrogante: ¿qué hará el nuevo gobierno con las minorías?

En la calles, en los bares, en los taxis, las peluquerías, todos comparten el mismo interrogante: ¿qué hará el nuevo gobierno con las minorías? La Organización por la Liberación del Levante (HTS por sus siglas en árabe) tiene una larga reputación de vínculos con grupos terroristas como Al Qaeda y Al Nousra que no se diferencian del Estado Islámico, cuyo desprecio a los otros grupos religiosos y étnicos es una constante. Así lo es el caso de los kurdos, un pueblo que lucha por su autodeterminación al menos desde la caída del Imperio Otomano y que se enfrentó a las peores atrocidades del Estado Islámico y a los ataques de Turquía en los últimos años. Este momento se percibe por muchos de ellos como la oportunidad de rediscutir su lugar dentro de la nueva Siria.

Milicianos celebran la caída del régimen de Asad en un coche por las calles de Damasco. / S.M.

El régimen de Hafez y la destrucción de la identidad

Muhamad Ibsh vive en el barrio kurdo de Rukh al-Deen, recostado sobre las montañas al norte de Damasco. Con sus pequeñas callejuelas y húmedas escaleras es uno de los barrios más pobres de la ciudad donde viven miles de personas desplazadas de los suburbios destruidos por la guerra. A días de cumplir 70 años, Ibsh esperaba en un rincón oscuro de un shisha bar del centro damasquino para tomar la entrevista. “Estamos viviendo una pequeña ventana de libertad, es preferible mantenerse en las sombras”.

El kurdo con bigote blanco se crió en Afrin, al norte de Siria, pero pasó gran parte de su vida en Damasco, ya que tras salir de prisión tuvo prohibido su regreso. Ibsh se mueve con cautela, pues “durante los años de Assad no podía caminar por la calle sin cuidarme las espaldas de los servicios de inteligencia que me perseguían por mi actividad política”. Su vida atravesó todos los grandes acontecimientos del país desde que el partido Baath, junto a otros partidos políticos, tomaran el poder mediante un golpe de Estado en 1954, lo que le permite comparar entre generaciones. “La realidad de los kurdos de otras regiones de Siria es diversa, incluidos sus objetivos políticos. En Damasco es imposible observar alguna de las banderas de la nación kurda” explica exhalando una nube de humo con aroma a frutos proveniente del narguile.

A través de una comunicación virtual, el jóven Mustafa, de 25 años, explica por teléfono desde Kobane, una región al norte de Siria gobernada por la AADNES (Administración Autónoma Democrática del Norte y el Este de Siria), que “el gobierno del partido Baath se lo considera uno de los periodos más injustos para los kurdos, ya que se nos negaba sistemáticamente nuestra existencia”. Pero la persecución política a los kurdos no sucede solo en Siria, también en Turquía, Irak e Irán. El objetivo de estos Estados ha sido impedir la autodeterminación de la nación kurda, es decir que controlen su propio territorio y el destino de su pueblo, lo que implicó una aparato de leyes racistas y represión.

En 1974 Hafez puso en marcha el Cinturón Árabe, que consistía en confiscar tierras de kurdos a lo largo de la frontera sirio-turca y dárselas a campesinos árabes

Cuando Ibsh era estudiante en 1970 empezó a militar en el Partido Democrático Kurdo para conseguir derechos civiles y democráticos dentro de Siria, donde a cientos de miles se les negaba la ciudadanía. Al año siguiente, Hafez al Assad tomó el poder. En 1974, el gobierno buscó destruir la identidad kurda “cambiando la demografía de las zonas kurdas mediante el proyecto del Cinturón Árabe”. Este proyecto consistía en confiscar tierras agrícolas propiedad de residentes kurdos a lo largo de la frontera sirio-turca en Hasaka y dárselas a campesinos árabes traídos de las provincias de Raqa y Alepo, tras inundar sus tierras con agua del lago de la presa del Éufrates.

Al padre de Ibsh “cuando estuvo en prisión le expropiaron las tierras para dárselas a extraños, y cuando quedó libre ya estaban en manos de árabes que provenían de otras partes del país, pero al salir sobre todo había perdido sus derechos civiles”. Ni siquiera podía ponerle nombres kurdos a sus hijos. El régimen de Hafez al Assad, dice Ibsh, “cambió los nombres de muchas ciudades y pueblos para que nunca vuelvan a ser áreas kurdas”.

“Nunca tuvimos una ciudadanía igualitaria en este país” explica Ibsh, “el sufrimiento kurdo se fue volviendo insoportable, mi organización en esos años estaba estancada, así que decidí alejarme e integrarme en organizaciones que luchan para encontrar una solución a la cuestión kurda”.

“Nuestro mayor terror procedía del Mukhabarat, porque sabíamos que irrumpía en las casas y se llevaban a familias enteras a destinos desconocidos”

Para llevar adelante el plan de exterminio de la cultura kurda, las autoridades prohibieron su fiesta nacional: el Newroz, realizada cada 21 de marzo. Hafez al-Assad “promulgó el Decreto nº 104 de 1988, que convertía este día en el Día de la Madre oficial del país para marginar la celebración kurda”, dice Mustafa. “Tampoco se nos permitía utilizar nuestra lengua materna”, cuenta Ibsh.

Por otro lado, la marginación y la discriminación llevaron a una reducción de las oportunidades de trabajo y acceso a la educación. Mustafa cuenta que “cualquier actividad política o cultural kurda fue severamente reprimida, y los servicios de seguridad vigilaban constantemente”.

Así le sucedió a Ibsh, que lo vivió en carne propia al haber estado 12 años encarcelado, “Si pertenecías a alguna organización o movimiento kurdo eras detenido arbitrariamente y torturado en prisiones como las de Saydnaya o Palmira. A mí me tocó en la conocida Rama Palestina, así fue como llegué a Damasco y nunca más me pude ir”.

“Nuestro mayor terror procedía del Mukhabarat [NdE: el cuerpo de inteligencia interna], porque sabíamos que irrumpía en las casas y se llevaban a veces a familias enteras a destinos desconocidos”.

Además, las zonas kurdas fueron deliberadamente marginadas y víctimas de la desinversión de infraestructura, lo que provocó una pobreza y un desempleo generalizado como se observa en Ruk al-Deen. Mustafa comenta además que “nos vimos obligados a desplazarnos a grandes ciudades como Damasco o Alepo para trabajar en profesiones mal pagadas, donde sufríamos una discriminación adicional”.

Los años de Bashar al-Assad

La muerte de Hafez al-Assad en el 2000 dio lugar a la llegada de su hijo al poder: Bashar al-Assad. Ese mismo año nacía Majd Al-Din Hussein en la ciudad de Alepo, al norte de Siria, aunque su familia kurda es originaria de Afrin. En sus 24 años de vida, cuenta conversando en el balcón de su casa en el barrio de Sheik Massoud en Alepo, experimentó la hostilidad del régimen hacia los kurdos.

El joven Majd nunca salió de su ciudad natal durante la guerra civil iniciada en 2012. “La vida bajo el régimen de Assad era como estar en una prisión, independientemente de tu etnia: kurda, árabe o cualquier otra”. Aquí “había retratos de Assad por todas partes: en persianas, paredes, oficinas, tiendas, rotondas e incluso en el material escolar. Era como si Assad fuera un dios” dice el joven tomándose la frente. Hoy todos esos pósters y carteles pueden verse quemados o arrancados de las paredes, y las persianas de los negocios donde estaba pintada la bandera siria están siendo reemplazadas por los nuevos colores.

Durante los años que se refiere Majd, la principal política de Bashar estuvo centrada en el “arabismo” de Siria: reforzó la identidad árabe del país privilegiando a un grupo étnico (árabes) y religioso (los alauitas), lo que reforzó la división de la sociedad, e implicó ignorar deliberadamente los derechos de los otros grupos.

Incluso se suprimieron las libertades más sencillas: “Llevar gafas de sol de marcas conocidas o incluso pronunciar la palabra ‘dólar’ podía desencadenar graves problemas”. También, agrega Majd, la educación era para unos pocos: “Para asistir a cualquier escuela o universidad pública, había que afiliarse al Partido Baath”. 

Cuando Mustafa vivió en Damasco mientras estudiaba, cuenta que veía a la gente muy asustada. Se podían encontrar carteles o pintadas por todos lados con el lema “Assad por siempre” o “Assad o incendiar el país” en todas partes. Algunas de las prácticas del régimen eran que “sus miembros obligaban a los ciudadanos a votar por Bashar al Assad en las elecciones”, agrega el joven de Alepo. “Algunos se ponían tinta en los dedos dentro de sus casas para demostrar que habían votado”.

“Si sabían que eras kurdo, empezaban a insultarte, y a veces las fuerzas te golpeaban con el pretexto de que eras un separatista kurdo, aunque no era cierto”, cuenta.

Además, las oportunidades laborales se redujeron considerablemente. Si bien “recibimos ayuda de las Naciones Unidas, la Cruz Roja y la Media Luna Roja Siria, muchos alquilaban casas sin colchones, puertas o ventanas”, “Mientras tanto, los oficiales vivían con todo el lujo, gracias a los negocios y sobornos”.

La situación en Alepo “se fue volviendo cada vez más complicada”, recuerda Majd. La guerra de Afrin en 2018 consistió en los bombardeos criminales de Turquía y del Estado sirio, lo que trajo más penurias para los kurdos. Esto llevó a que “muchos residentes fueran desplazados a campamentos en Shahba y Tell Rifaat, y más tarde en estas zonas, muchos huyeron a Tabqa y Deir ez-Zor”, relata el joven Majd. “Actualmente estas zonas están sufriendo conflictos, lo que obliga a nuevos desplazamientos”.

En estos momentos, aunque “algunos consiguieron regresar a sus hogares, otros viven en el barrio de Sheikh Maqsoud, luchando por sobrevivir sin poder volver a Afrin”. Además la situación está bajo violencia cotidiana, ya que “las facciones que controlan Afrin imponen fuertes impuestos a la población” explica el joven.

Un miliciano posa con su arma en un mercado de Damasco. / S.M.

¿A dónde va la cuestión kurda después de Assad?

Tras la caída de Assad, acelerada por la avanzada de las fuerzas del HTS y el Ejército Nacional Sirio, los kurdos no bajan la guardia. El señor Ibsh dice que se siente “feliz pero preocupado: estamos en un período peligroso, debemos tener cuidado”.

Las últimas semanas fueron de gran conmoción para Mustafa, pero “la situación se ha complicado aún más”, porque, dice, “los kurdos ahora tratan, por un lado, de garantizar sus derechos en la nueva Siria y, por otro, se enfrentan a las constantes amenazas de Turquía”.

En contexto, desde el establecimiento de la Administración Autónoma en el norte y el este de Siria durante la guerra civil, pero también en el enfrentamiento contra el Estado Islámico, Turquía intenta invadir la región y apoya a grupos armados como el Ejército Nacional Sirio (ENS) para liquidar la experiencia de autogobierno allí construida. Mustafa comenta varios crímenes de estos grupos. “Les hemos visto entrar en Manbij y Shahba, matando a civiles, saqueando sus casas y cometiendo violaciones como detenciones arbitrarias y ejecuciones públicas”. En estos momentos “quieren invadir Kobane con apoyo turco, con el pretexto de que los kurdos son separatistas y quieren dividir Siria”.

Los kurdos han sido una ficha más en el tablero geopolítico de Estados Unidos, Turquía, Europa, Rusia, y los Assad

Existe entre algunos sirios cierto optimismo vinculado a los cambios de postura del líder de HTS, al-Joulani (ahora bajo el nombre de Ahmad al-Sharaa), en relación a las formas de gobernar alejadas del radicalismo islámico. En ello entra la cuestión kurda siria, donde incluso muchos kurdos en Damasco creen en una resolución y están en contra del proyecto del norte y noreste. Por eso, hace pocos días, salió a la luz un vídeo donde el nuevo líder del país afirmaba que los kurdos forman parte de Siria. Pero como explica Mustafa “esto no ha supuesto ningún cambio en la realidad”. “Aunque al-Joulani se haya quitado la capa islámica suní y se ponga un traje formal, se saque fotos con la prensa, prometa salarios más altos y el fin del servicio militar obligatorio, sigue habiendo preocupación por parte de otras minorías”.

Existe una inquietud constante por el futuro de los kurdos, pero como plantea Ibsh, la fragmentación política y territorial juega en su contra. Dice que “los kurdos deben unirse frente a estos desafíos porque es un momento clave para su destino, sobre todo porque Turquía busca cualquier debilidad para ampliar su influencia”.

Los kurdos han sido una ficha más en el tablero geopolítico de las potencias como Estados Unidos, Turquía, Europa, Rusia, y los Assad, por eso explica Ibsh que en este momento que “estamos a merced de lo que decidan los gobiernos extranjeros, sobre todo Donald Trump”.

Por su lado, Majd es prudentemente optimista. Su posición es que “hay posibilidades de que se produzcan cambios positivos, sobre todo si no aumentan las tensiones sectarias entre los drusos, chiitas, sunitas, cristianos, etc”. Además explica que “la reapertura de las rutas comerciales y los mercados podría insuflar vida a la economía”. Sin embargo, piensa que “todo el mundo en Siria vive hoy con miedo a lo desconocido”.

Esto nos lleva al gran interrogante: ¿seremos testigos del nacimiento de una nueva Siria o el país volverá a caer en los conflictos entre facciones y la violencia sectaria? 

El caos no abandonó el país. Mustafa describe un panorama desolador, “Siria se enfrenta a una guerra sectaria en curso”, dice. Aún “continúan las detenciones arbitrarias y las ejecuciones sobre el terreno, especialmente contra alauíes y partidarios del antiguo régimen”. Además, “la bandera negra del ISIS aún puede verse en zonas controladas por Hay'at Tahrir al-Sham y el Ejército Nacional Sirio”.

Desde Kobane, Mustafa finaliza con la clara demanda de su pueblo. “No nos importa quién gobierne, lo importante es que haya justicia y nos concedan a cada individuo y región sus derechos a practicar libremente su vida y la identidad cultural que les representa. El nuevo gobierno debe ser el consenso de todos los sirios y debe basarse en un sistema político que responda a las aspiraciones del pueblo sirio en todos sus componentes, mediante elecciones libres y justas supervisadas por comités internacionales”.

Lejos de la estabilidad que buscan mostrar los grandes medios tras la caída de Bashar al-Assad, Siria se encuentra en un proceso de reconfiguración y balance de poder interno que implica enfrentar un doloroso pasado para construir la paz del futuro entre los pueblos que la habitan. Pero, ¿existe tal cosa?

La caída de Bashar al Assad el 8 de diciembre llenó de personas las calles de Damasco. En las inmensas avenidas, arrebatadas de carros de combate militares abandonados por las tropas del régimen, los sirios festejaban lo que perciben como su “libertad”. Desde niños hasta jóvenes, adultos, familias enteras con sus...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes iniciar sesión aquí o suscribirte aquí

Autor >

Santiago Montag

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí