Gaza vive con indiferencia la campaña israelí
Escasa esperanza de cambio ante los comicios del 17 de marzo. Netanyahu, Livni, Herzog... "¿Acaso son diferentes?", se preguntan los gazatíes.
Isabel Pérez Gaza , 12/03/2015
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Comienza la cuenta atrás, una vez más anticipada, para las elecciones israelíes. El 17 de marzo se elegirá, bajo sistema proporcional, a los políticos que ocuparán los 120 asientos del Parlamento israelí (Ha-Knesset). En el panel realizado por el periódico hebreo Haaretz basándose en los resultados de varios sondeos, figura un promedio de todos ellos. Es "el sondeo de los sondeos", Poll of Polls, que deja al partido Likud del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu y a la Unión Sionista, una coalición formada por el partido Laborista de Isaac Herzog y el partido de la exministra de Justicia y de Asuntos Exteriores Tzipi Livni prácticamente igualados, con 23 escaños. Aunque el resultado varía según otras encuestas.
Al Likud y la Unión Sionista les siguen, con 13 escaños menos, la Lista Árabe Unida de los árabes israelíes y Hay Futuro del periodista Yair Lapid, ex ministro de Finanzas. Poco ha influido en los votantes israelíes el discurso que ofreció Netanyahu en el Congreso estadounidense, la misma indiferencia con la que la opinión pública palestina tiene claro que el discurso de Netanyahu en el Congreso, a pesar de las reticencias del presidente Barack Obama, no ha significado el fin de las buenas relaciones entre Estados Unidos e Israel.
Hamas, cabeza de turco
Ha tenido especial incidencia en la campaña electoral del partido Likud, en la del partido Casa Judía del exministro de Economía, Naftalí Bennett, y en la de Israel Nuestro Hogar del ex ministro de Asuntos Exteriores, Avigdor Lieberman, donde el partido islamista palestino Hamas ha tenido un papel protagonista. Hamas, "el enemigo acérrimo de Israel", Hamas "el terrorismo que pone en peligro la seguridad de Israel", Hamas "es Daesh".
La existencia de Hamas significa un importante apoyo a favor de la perpetuación de estos partidos y sus políticas, tanto en el interior como en el exterior, con el objetivo de cimentar un Israel fuerte y seguro. Desde el punto de vista palestino, en cambio, se resumen en políticas orientadas a la adhesión de más territorios palestinos ocupados, la potenciación de la judaización, más casas palestinas demolidas, más prisioneros y más guerras.
"Si Herzog y Livni vencen, Hamas estará en el corazón de Jerusalén", amenazaba el Likud al referirse a su principal contrincante en la región.
"¿Acaso son diferentes?"
En la Franja de Gaza la población está expectante ante los posibles resultados del 17 de marzo. "Preferiría que ganara Nentanyahu", dice un joven palestino. "Al menos ya lo conocemos y sabemos lo que puede hacer con Gaza". "¿Acaso son diferentes? Si gana Netanyahu, seguramente, tendremos guerra, y si ganan los sionistas unidos, probablemente, también", añade una mujer gazatí.
Es la contundente sensación general entre los gazatíes que han comprobado los efectos, incluidas varias operaciones del Ejército israelí, de los nueve años que Netanyahu lleva gobernando Israel. Sometidos a una crisis económica que reduce cada día las expectativas de vida y de cambio de los casi dos millones de habitantes, viviendo las posguerras más duras y largas como consecuencia del bloqueo que no cesa, los gazatíes están convencidos de que, "pase lo que pase, gane quien gane, los palestinos saldrán perdiendo".
Cuando las autoridades israelíes anunciaron la decisión de disolver la Knesset, Hamas se apresuró a declarar que “el colapso de la coalición de Netanyahu es una prueba más del triunfo de la resistencia palestina y de que Netanyahu está pagando el precio de su derrota en la Franja de Gaza". El enemigo número uno de Israel desestima que haya diferencias sustanciales en lo que le deparará al territorio palestino, gane uno u otro partido israelí.
"Hemos pasado por todos los partidos israelíes, desde 1948 hasta ahora. Todos han cometido crímenes de guerra contra los palestinos", cuenta Fawzi Barhum, portavoz de Hamas. No hay diferencia, todos han matado palestinos. Todos están obsesionados en que Israel se convierta en un Estado más importante, excluyendo los derechos a los palestinos. Tras las elecciones es posible que ocurra cualquier cosa. "La mentalidad israelí se basa en hacer la guerra o prepararse para una nueva guerra contra los palestinos."
De hecho, los analistas palestinos tampoco ven una gran contradicción entre los partidos israelíes. "La Unión Sionista dijo que si gana las elecciones seguirá construyendo asentamientos y judaizando Jerusalén", comenta Talal 'Okal, periodista palestino jubilado y ahora analista en varias cadenas de televisión. "Sin embargo, jugarán a la paz con la Autoridad Palestina para impedir que se produzcan pasos extremistas desde el punto de vista internacional; como presentar casos contra Israel en la Corte Penal Internacional o suspender la coordinación de seguridad con Israel como han anunciado algunos países que lo harán próximamente".
Respecto al bloqueo sobre la Franja de Gaza, 'Okal asegura que la Unión Sionista se limitará a atenuarlo levemente, pero que será incapaz de tomar la decisión de levantarlo. "La situación de Gaza es estratégica y de seguridad, según las estimaciones del Ejército y de los servicios de seguridad israelíes, que en realidad son los que dirigen las decisiones políticas del país. Nadie en Israel acepta que en Gaza existan cohetes y armamento", continúa 'Okal.
Resistencia política
Todos los partidos que se presentan a las elecciones son de tendencia sionista, excepto la Lista Unida Árabe, que aglutina a los partidos Hadash (Frente Democrático para la Paz y la Igualdad), Asamblea Nacional Democrática (escisión del Abna al-Balad), Ta’al (Movimiento Árabe para la Renovación) y el Movimiento Islámico. Los sondeos sitúan la lista árabe entre el tercer y el cuarto partido más votado.
La Lista Unida Árabe, y los partidos árabes en general, nunca han gozado de un peso significativo en las decisiones de la Knesset. En cambio, se han hecho muchos esfuerzos para dificultar la presencia de candidatos árabes israelíes. En marzo de 2011 se aprobó la modificación de la Ley Electoral que apunta que el número de votos para obtener un asiento aumentaba un 3,25%. Y ésta es la razón por la que los partidos árabes han decidido, por primera vez, presentarse en una única lista.
Aunque cuando se habla de "resistencia política" palestina en el Parlamento israelí es imposible no comenzar por Haneen Zoabi, de la Asamblea Nacional Democrática. Participó en la Flotilla del Mavi Marmara que en 2010 intentó llegar a las costas de Gaza, además de ser la primera mujer palestina elegida en la Knesset. Zoabi no podrá presentarse a estas elecciones israelíes por haber sido inhabilitada tras la decisión del Comité Central de Elecciones.
Éstas son las razones por las que el Frente Popular para la Liberación de Palestina lanzó una campaña de boicot dirigida a los palestinos israelíes de los llamados Territorios del 48 (Israel), para que no acudan a votar el 17 de marzo.
"La Knesset no es un Parlamento, es un consejo legislativo construido sobre las ruinas de nuestra gente, nuestro derecho a la libre determinación y la construcción de nuestro Estado", declaró a los medios Mohamed Kanaaneh, del movimiento Abna el-Balad, organización hermana del FPLP con el que comparte línea política e ideológica. E insiste en que el boicot no está dirigido contra la Lista Unida Árabe, sino contra la "ocupación y su encarnación en el máximo órgano del Estado" representado en la Knesset, que significativamente tiene su sede en Jerusalén, y no en Tel Aviv, la capital israelí .
La discordia palestina
La Unión Sionista, el Likud, la Casa Judía, Israel Nuestro Hogar, o el Shas (Guardianes Sefarditas), un partido ultraortodoxo de judíos de Oriente Próximo, alardean de que Jerusalén es la capital única y eterna de Israel. A lo que se añade que todos los partidos israelíes, sin excepción, son contrarios al derecho al retorno de los refugiados palestinos.
"La diferencia entre los partidos sionistas israelíes aparece en la tendencia y el enfoque que anuncian sobre cómo dirigir el Estado de Israel, o en cómo tratar a los palestinos. Para ellos la división de los palestinos es importante. De hecho, el presidente de Israel hasta 2014, Shimon Peres, dijo que la división palestina es el tercer logro estratégico más importante del sionismo".
Las palabras de Talal 'Okal recuerdan la desunión que están protagonizando las dos principales facciones palestinas, Fatah y Hamas, en Cisjordania y en la Franja de Gaza, algo que termina colocando a los palestinos en una situación de grave precariedad política y social.
Hamas, el tan molesto vecino del sur de Israel, se siente más herido que nunca después de que un tribunal egipcio estimara la posibilidad de incluir a la organización en la lista de grupos terroristas. "Hamas no es un grupo terrorista, Hamas defiende al pueblo palestino", aseguró el portavoz del movimiento, Fawzi Barhum. "Terrorismo significa matanzas colectivas. Pero nosotros no estamos en contra de judíos o cristianos, sino contra los israelíes que ocupan Palestina. Hamas es islam moderado, mientras que el terrorismo es islam extremista".
La única salida al exterior para los gazatíes, el paso fronterizo egipcio de Rafah, ha abierto solo ocho días desde finales de octubre de 2014. El desánimo de la población, que comprueba cómo ni la comunidad internacional ni los países árabes les apoyan y presionan para que cambie su situación. Y esa es la razón por la que a menudo piensan, como dice el refrán árabe: Jarak el-qarib wala akhook liba'i d (Mejor vecino cercano que hermano lejano), y tener que esperar a que un Gobierno israelí decida firmar la paz con los palestinos y hacer justicia.
Comienza la cuenta atrás, una vez más anticipada, para las elecciones israelíes. El 17 de marzo se elegirá, bajo sistema proporcional, a los políticos que ocuparán los 120 asientos del Parlamento israelí (Ha-Knesset). En el panel...
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Isabel Pérez
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