La gesta del Inmortal
Toni Cruz 27/05/2015
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En Girona aún no se lo imaginan. El representativo de su ciudad, el Girona Fútbol Club, se encuentra a dos victorias de subir a Liga BBVA. A Primera. Después de vencer a sus vecinos de la UE Llagostera (1-0), si hacen lo propio con el Mallorca -que no se juega nada- y el Lugo -que muy probablemente tampoco tenga tareas pendientes en la última jornada- ascenderán. Será su primera experiencia en la élite.
A Girona la historia la ha retratado como la “tres vegades immortal” (“tres veces inmortal”) por su capacidad de resistencia ante los asedios. Su equipo también ha resistido momentos muy duros a lo largo de su historia. Pepe Sierra, que precisamente pertenece a la Peña Immortal, recuerda con crudeza las fases de ascenso falladas. Una a Segunda en el 92 e incluso otra ante el Eldense que no les permitió subir a Segunda B en 2006. Fracasos mínimos, porque en esa saca no se puede meter la oportunidad de subir desaprovechada en 2013. Ese año un desconocido entrenador como Rubi –que luego firmó por el Barcelona y que ahora dirige al Valladolid- fue capaz de colarse en la final del play-off ante el Almería con un equipo que partía con el reto de la permanencia.
Antes, muy lejos en el recuerdo, queda la anterior ocasión en la que el Girona olió la Primera. En la temporada 1935-36 el club recibió del Barça una buena cantidad de dinero -15.000 pesetas concretamente- por el traspaso del mítico Domènec Balmanya, y la directiva lo empleó bien. Fueron campeones de Segunda, pero en la liga de promoción quedaron últimos por detrás de Celta, Zaragoza, Arenas, Murcia y Jerez. Luego llegó la Guerra y el Girona perdió su brillo y poderío.
La afición lo ve muy cerca. Tanto como para temer que el tren a Primera se les escape. Gerard Martí, joven aficionado de 25 años, asume que “estar en la LFP es tan bonito que el miedo a perderlo es mucho mayor”. Recuerda, claro, el penalti de Kiko Ratón. “Todos los rivales ganaban y nos íbamos al pozo con 51 puntazos, no sé ni cómo entró la pelota. Me caí por las escaleras del campo al ir a celebrarlo. Y luego también el partido de Ponferrada del año pasado, donde estuvimos unos diez minutos en Segunda B, también fue muy duro”. Se refiere Gerard a cuando, en la 2011-2012, el Girona salvó la división in extremis, en el último minuto de su partido ante el Murcia –que finalmente descendió- gracias a un penalti que entró llorando. Y habla también de lo que él denomina “espíritu de Ponferrada” y que es una de las claves que explica la actual situación del club.
Cuando asumió la dirección técnica Pablo Machín –marzo del año pasado- el Girona era colista y se encontraba a cinco puntos de la salvación. Su llegada no fue un revulsivo inmediato, pero logró, poco a poco, avanzar hacia la salvación, lograda al vencer los dos últimos encuentros de la temporada. Machín es un joven (40 años) soriano forjado en el Numancia que, tras vestir la rojilla como mediocentro, fue segundo de Arconada, Kresic y Unzué antes de asumir su banquillo durante dos temporadas seguidas. Machín dejó su casa voluntariamente, convencido de que se le abrirían otras puertas.
A Girona la historia la ha retratado como la “tres vegades immortal” por su capacidad de resistencia ante los asedios. Su equipo también ha resistido momentos muy duros a lo largo de su historia
Explica Iván Quirós (34 años), que Machín “decidió usar un esquema ofensivo a la desesperada y funcionó. Este año, con valentía, lo ha vuelto a emplear desde el inicio y eso, unido a la seguridad y moral adquirida en el tramo final de la temporada anterior, ha hecho que se haya prolongado la racha”. Porque Machín emplea un 3-5-2. Una disposición extraña a la que los rivales no pueden o no saben responder.
Pero no sólo de esquemas vive el Girona. Unidad, trabajo, ganas, ilusión, esfuerzo… y buenos futbolistas. Ninguno de los consultados se pone de acuerdo sobre qué jugador está siendo el más valioso durante esta temporada brillante. Si para Pepe Sierra lo es el delantero Jaime Mata (10 goles este año), porque “se ve que es un superclase” que “llegará y estará muchos años en Primera”, para Gerard Martí sería Pere Pons: “No encuentro ningún mediocentro como él, tiene una capacidad de recuperar balones como no he visto en mi vida. Te roba el balón como si nada, y en un segundo ya está enfilando hacia la otra portería. Con 22 años mucho tiene que torcerse para no llegar a ser un buen jugador de Primera”. Iván Quirós, por su parte, se queda con otro joven mediocentro, Álex Granell.
El once base del Girona lo han formado durante toda la temporada Isaac Becerra como portero; Lejeune, Ramalho (lesionado de gravedad y renovado por el Athletic, el club que posee sus derechos) y Richy como centrales; Juncà y Cifuentes de carrileros; Eloi, Pere Pons y Granell en el centro del campo y Fran Sandaza, Felipe Sanchón y Mata turnándose en los dos puestos de ataque.
Jordi Roura, periodista del Diari de Girona, cree que la explicación hay que buscarla en la “inercia del año pasado, que les supuso salvar la categoría de auténtico milagro. Al descubrir el 3-5-2 Machín el equipo se ha ido haciendo más suyo”. Ya en pretemporada, explica Roura, “lo ganaron todo. Se forjó un grupo de gente con hambre, muy ambiciosa. El mejor ejemplo lo vimos en septiembre, cuando empataron en El Molinón en el minuto 94 con un gol de Juncà y todos lo celebraron como si hubieran ganado la Champions”.
Su entrenador decidió usar un esquema ofensivo a la desesperada y funcionó. Este año, con valentía, lo ha vuelto a emplear desde el inicio y se ha prolongado la racha
La situación deportiva de la entidad gerundense tiene aún más mérito si se conoce, como cuenta Roura, que el aún propietario del club, Josep Delgado, está “desaparecido de la Justicia desde hace cuatro años. Se encuentra en busca y captura por la Justicia polaca. Por Semana Santa se decía que lo iba a vender, pero no se ha revelado aún a quién. Se rumorea que pudiera ser a alguien vinculado a Mediapro”. En todo caso, han aparcado las comunicaciones sobre tal respecto hasta que se consume el ascenso.
Éste es el Girona. El equipo que está a un paso de subir haciendo la mejor temporada como visitante de la historia de Segunda (ha ganado ya en doce ocasiones lejos de Montilivi). Ni Pepe Sierra –el chaval de once años que desde la infancia iba un día al campo de fútbol y otro al cine- ni Gerard Martí –que le puso los cuernos a la lógica y al Barça a base de informarse en la prensa local- ni Iván Quirós –cuya infancia son recuerdos de Delfí Geli como delantero y de rojiblanco en los ochenta- se fían de lo que les queda. Pero todos coinciden en una cosa. En Primera verán, por fin, su ciudad entregada a su equipo. Una ciudad Inmortal para un club que está haciéndose inmortal esta temporada.
En Girona aún no se lo imaginan. El representativo de su ciudad, el Girona Fútbol Club, se encuentra a dos victorias de subir a Liga BBVA. A Primera. Después de vencer a sus vecinos de la UE Llagostera (1-0), si hacen lo propio con el Mallorca -que no se juega nada- y el Lugo -que muy probablemente tampoco tenga...
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Toni Cruz
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