Audioscopio
Un paseo con los clásicos (del R&R y el R&B)
JD McPherson y John Paul Keith son dos de las estrellas del Azkena Rock Festival 2015, donde mostrarán su visión del rock & roll y el rithm & blues más clásicos.
Marta Castro Berthelin 17/06/2015
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Para los más puristas no hay duda. Lo de JD Mcpherson es más que un simple revival. Su admiración por estilos tan dispares como el punk, el hip-hop o el rock alternativo ha sido la puntilla perfecta.
McPherson se crió en una familia de vaqueros de Broken Arrow, Oklahoma. En un estado en el que el country lo inunda todo, JD conoció el Delta blues y el jazz gracias a su padre. El punk y el rock de T-Rex vinieron a buscarle al instituto y poco después cayó en sus manos un recopilatorio de las canciones de Buddy Holly de su etapa en Decca. De ahí, el salto al rock & roll negro de los 50 era inevitable.
Entre 2008 y 2011, este rockero de pantalones remangados y tupé engominado dio clases como profesor del departamento de arte en un instituto de Tulsa. Sus alumnos fueron testigos de sus variados intereses musicales, ya que en sus clases se colaban referencias al hardcore de Bad Brains o el rap de Run D.M.C.
The Starkweather boys fue el primer grupo con cierta relevancia en el que participó McPherson y su disco Archer St. Blues (2007) reunía una enorme variedad de estilos de raíces como honky tonk, rockabilly, smokehouse blues o hillbilly. El productor y excelente bajista Jimmy Sutton (The Mighty Blue Kings) quedó impresionado con la voz de McPherson cuando éste contactó con él a través de su myspace para que escuchara a su grupo. En cuanto le comentó su intención de grabar un disco en solitario, Sutton le ofreció su propio estudio para publicarlo en su sello, Hi-Style.
North Side Gal (Signs & signifiers, 2010)
En Signs & Signifiers (2010), McPherson estaba arropado aunque también intimidado por el talento de músicos de bandas como The Del Moroccos, The Modern Sounds y The Four Charms. Los guiños a los clásicos eran innumerables pero él mismo insistió en explicar la influencia de sonidos más recientes. El trémolo con que comenzaba la canción Signs & signifiers evocaba al de Bo Diddley en la canción que llevaba su nombre de 1955. Sin embargo, JD hizo hincapié en la manera en que lo utilizó Johnny Marr en How soon is now (1984) de The Smiths. Otra de sus revelaciones fue la de que los loops de Wu-Tan Clan le inspiraron para su versión del Country boy de Tiny Kennedy.
A gentle awakening (Signs & signifiers, 2010)
Cuando su apretada agenda de conciertos se lo permitió, McPherson publicó el homenaje a Bob Willis Good old Oklahoma (2013) junto a su compañero de sello, Pokey LaFarge, y el EP de versiones The Warm Covers (2014).
El listón estaba tan alto que al escuchar Let’s the good times roll (marzo de 2015) el entusiasmo ha sido generalizado. Ha conseguido repetir la fórmula mejorando el resultado aunque hay algunas novedades que marcan la diferencia. Jimmy Sutton alterna entre el bajo eléctrico y su fiel contrabajo y destaca la incorporación al grupo de Jason Smay, batería inigualable de Los Straitjackets. La voz de McPherson y el resto de instrumentos pasan de la crudeza más rockera (Bossy) al soul más emocionante (Bridgebuilder), todo medido por la producción impecable de Mark Neill. Canciones como Head over heels demuestran que las palmas, los coros, los bajos sinuosos y los pianos rítmicos suenan tan modernos como lo hacían hace más de medio siglo.
Let the good times roll (Let the good times roll, 2015)
Y eso mismo debe pensar el cantante y guitarrista John Paul Keith quien se maneja como pez en el agua en los sonidos de los 50 y los 60.
En su largo recorrido musical probó numerosas fórmulas pero el éxito siempre se le escapaba. Procedente de Knoxville, Tennessee, empezó a escuchar a Chuck Berry y B.B. King en el camión de su padre. Ya en su adolescencia formó parte de The V-roys (1994), un grupo de country alternativo, al que abandonó justo antes de que Steve Earle y Jack Emerson decidieran grabarles un disco en su sello E-Squared Records. Corriste demasiado, Keith.
Después perteneció a The nevers y a Stateside, grupo nacido de los Pinkhearts de Ryan Adams entre los que también estuvo Keith. “Gran oportunidad”, podría pensarse, pero el neoyorquino acabó reclutando a otros músicos para los Cardinals, la banda que aún le acompaña y ahí se acabó la historia entre Keith y Ryan Adams.
Y tras el enésimo intento de grupo, Keith se mudó a Memphis donde, en 2009, su primer disco en solitario, Spills and thrills, hizo que esos quince años de mala suerte cobraran sentido. Este álbum y su sucesor, The man that time forgot (2011), estaban llenos rockabilly, country, r&b, y garage. Canciones que le permitían lucir su voz y su Telecaster, desde una rabia deudora de Steve Cochran al encanto de Del Shannon, acompañados por instrumentos perfectamente arreglados de acuerdo con los parámetros de cada género.
En 2013, John Paul Keith y Amy LaVere publicaron Motel Mirrors, una preciosa colección de duetos rockabilly y country al estilo Loretta Lynn y Conway Twitty, de raíces mucho más profundas que las de los volúmenes de She & Him.
Motel mirrors en la sala C-Boys Heart & Soul (Austin, Texas, 6 de abril de 2015)
Su tercer álbum, Memphis Circa 3AM (2013), fue producido por Roland Janes, uno de los responsables del sonido rockabilly de Sun Records, y está formado por un montón de clásicos atemporales que recuerdan a Roy Orbison y a Buck Owens pero que suenan tremendamente frescos.
Baby we’re a bad idea, (Memphis Circa 3AM, 2013)
El propio músico ha anunciado que está trabajando en su próximo disco mientras no deja de girar por Estados Unidos. El único parón se debe al breve pero enorme salto que dará para tocar en el festival de Vitoria. Con su amor por los clásicos, John Paul Keith y JD McPherson no viajarán al pasado. Son Buddy Holly, Little Richard y todos esos pioneros quienes están invitados a pasearse por este 2015, tan clásico y tan moderno.
Para los más puristas no hay duda. Lo de JD Mcpherson es más que un simple revival. Su admiración por estilos tan dispares como el punk, el hip-hop o el rock alternativo ha sido la puntilla perfecta.
McPherson se crió en una familia de vaqueros de Broken Arrow, Oklahoma. En un estado en el que el country...
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Marta Castro Berthelin
Documentalista y enamorada de la música.
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