Daniel Albarracín / Miembro de la Comisión Internacional sobre la Deuda Pública de Grecia
"La UE es responsable consciente y trata de ocultarlo"
Gorka Castillo 3/07/2015
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El economista y sociólogo Daniel Albarracín (1973) cuenta que sintió escalofríos al empezar a cruzar los primeros datos sobre la deuda griega recibidos por la comisión internacional de la que forma parte. "No sabemos dónde acabaremos pero lo que ya hemos descubierto es surrealista", dice. Y grave, demasiado preocupante para una Europa transformada otra vez en un campo de batalla, sólo que ahora los soldados lucen traje y corbata, sonríen como si nada ocurriera y disponen de armas financieras en lugar de cañones.
Albarracín, miembro de Podemos, asegura que "lo más impactante es comprobar la complicidad íntima que se ha creado entre gobiernos y grandes empresas, especialmente de la banca privada", para provocar el endeudamiento feroz de las economías periféricas que sólo cabe encontrar tras la Gran Guerra. El economista español participa en la comisión internacional cuyo coordinador científico es el politólogo belga Eric Toussaint, y en la que también interviene el economista Sergi Cutillas, miembro de la Plataforma de Auditoría Ciudadana de la Deuda (PACD).
¿Cuál es la aportación más importante que ha realizado la Comisión de la Verdad de la deuda griega?
Identificar el origen de la deuda pública en Grecia. Hay que distinguir varios periodos. El primero es el de los años 90, en el que un efecto de bola de nieve, fruto de los altos tipos de interés, condujo a un incremento muy rápido de la deuda. En la etapa de la implantación del euro el crecimiento fue menor, porque se desplomaron los tipos de interés. Si bien hay un alto gasto militar, en condiciones de corrupción. Pero el periodo más problemático es el de los dos memorandos de entendimiento (MOU, por sus siglas en inglés), tras 2010.
“La deuda odiosa no habría que pagarla, y debería encausarse a los culpables. La ilegal debería conducir a denuncias penales. La ilegítima no se paga y la insostenible debe ser reestructurada”
En ese periodo se producen varios fenómenos que destrozan la economía griega. Primero, las condiciones impuestas, de marcado carácter neoliberal, que hunden literalmente la economía del país. Segundo, los mecanismos aplicados para generar una prisión de deuda. Se sustituye la deuda en manos de acreedores privados --sobre todo banca alemana y francesa--, a los que se compensa, por acreedores públicos, generando una inmensa operación de socialización de deuda a cargo de la población europea. El mecanismo consiste en dar deuda para pagar la deuda, evitando el default técnico que pudiese activar los efectos de los derivados (seguros de impago), muchos de ellos en manos de la banca norteamericana. Así se esquivan y transgreden los Tratados europeos. El Banco Central Europeo especula con los bonos, los compra a la baja y luego exige su devolución al precio original. El BCE discrimina del acceso a determinadas líneas de crédito a Grecia, y no reconoce la deuda griega como colateral. Una lista incompleta de países de la UE montan el ilegal Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, y su sucesor, el MEDE, como un instrumento financiero de dominación, fuera de los tratados, prestando a un país bajo unas condiciones antidemocráticas. En total, el 80% de la deuda griega está hoy en manos de instituciones públicas europeas.
¿Qué nivel de colaboración han encontrado en Grecia?
Importante por parte de los ministerios y de algunas autoridades públicas. Ha habido aportaciones que no nos esperábamos de personas importantes. Pero el Banco Nacional de Grecia no ha cooperado.
¿Por qué?
Porque estamos hablando de asuntos que afectan a los intereses de altísimos funcionarios griegos que ellos tratan de ocultar.
¿Han recibido presiones?
Indirectamente, fuera del país, por la composición de la comisión, por parte de algún medio... Las comunicaciones de algunos miembros de la Comisión han sido intervenidas.
Resulta difícil de entender que la UE no conociera la existencia de esas irregularidades financieras hasta el comienzo de la crisis, ¿cómo fue posible tanta permisividad?
La UE es responsable consciente de lo sucedido. Y ha hecho lo posible por ocultar la realidad.
¿Debe el Gobierno de Tsipras pagar esa deuda?
En términos generales, no, pero hay que definir lo concreto y para eso sirve la auditoría que estamos realizando. En mi opinión, la única deuda que debería pagar es la que afecta a los pequeños ahorradores, fondos de pensiones, etcétera. La deuda odiosa no habría que pagarla, y debería encausarse a los culpables. La ilegal debería conducir a denuncias penales. La ilegítima no se paga y la insostenible debe ser reestructurada.
Entonces, ¿cree que podría existir una responsabilidad penal por esta actuación en los dirigentes europeos, tal y cómo apunta el Nobel de economía Joseph Stiglitz?
Sin duda. Pero el problema es que los tribunales forman parte del establishment y, por lo tanto, resulta difícil pensar que actuarán como deberían actuar, es decir, con la justicia debida.
¿Han sugerido al Gobierno griego que inicie acciones penales contra los responsables de la deuda?
No está sobre la mesa. Por el momento, hemos concluido el informe preliminar y empezaremos a trabajar en la siguiente fase. Paso a paso.
“El problema de que Grecia demande a la UE es que los tribunales también forman parte del ‘establishment’ y no hay garantías de que actúen con justicia”
Visto el resultado de las negociaciones, ¿considera que Atenas ha pecado de una cierta ingenuidad al creer que era posible un acuerdo cordial entre las partes?
En mi opinión, sí ha pecado de ingenuidad porque desde el principio ha apelado a la inteligencia racional de la Troika, y aquí ha jugado la fuerza, especialmente la financiera con el apoyo de los medios de comunicación. Un ejemplo es la filtración al Financial Times de la carta firmada por Tsipras con el objetivo probable de generar inquietud y disputa en las filas de Syriza y del propio Gobierno griego.
¿Se refiere a que se está chantajeando a Grecia para que acepte las condiciones exigidas por la Troika?
No cabe ninguna duda.
“La única deuda que debería pagar Grecia es la que afecta a los pequeños ahorradores y a los fondos de pensiones”
Hay quien considera que el objetivo último es derrocar al Gobierno de Syriza.
Ese es el objetivo principal, pero hay otros. Esta crisis puede servir a los defensores de las reformas de la UE para dar un golpe en la mesa y activar una serie de medidas enfocadas a cambiar las reglas de juego en términos regresivos. Uno de ellos es el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble. Existen también objetivos geoestratégicos, como el de garantizar el pago de las deudas aunque sea a costa de someter la soberanía de los Estados por parte de las economías más poderosas.
¿Qué consecuencias tendría una salida griega del euro? ¿A quién perjudicaría más?
Perjudicaría a todos. Sin embargo, también liberaría la soga que ahora aprieta el cuello de miles de griegos. El impacto en Europa podría ser del 2% del PIB en forma de recesión y un descrédito del euro, que podría acarrear la salida de otros países de la Eurozona en un tiempo no demasiado largo.
¿Cuál está siendo la respuesta del Gobierno de Grecia hacia su trabajo?
Lo sigue con interés porque se trata de un instrumento de diagnóstico sobre la verdadera situación del país. Luego decidirán lo que consideren oportuno. Es decir, si deciden negociar o no. A fin de cuentas, ello son quienes gobiernan.
El economista y sociólogo Daniel Albarracín (1973) cuenta que sintió escalofríos al empezar a cruzar los primeros datos sobre la deuda griega recibidos por la comisión internacional de la que forma parte. "No sabemos dónde acabaremos pero lo que ya hemos descubierto es surrealista", dice. Y grave,...
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Gorka Castillo
Es reportero todoterreno.
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