“Una parte del periodismo deportivo es prensa rosa y se llama prensa deportiva porque son ‘las novias de’ y esos ‘de’ son futbolistas” (Alexia Putellas, futbolista internacional con España)

Katie Ledecky volvió a batir el récord del 1.500 con una marca colosal (15:25.48) para clavar la bandera del deporte femenino en la luna de la natación. En dos años, la nadadora norteamericana ha bajado en 17 segundos el récord mundial batiéndolo cinco veces, en el transcurso del Mundial de Barcelona en 2013 al de Kazán en 2015. Una bendita locura, si se tiene en cuenta que se trata de un récord que en 25 años las mujeres sólo habían recortado en 10 segundos, de Janet Evans (15:52.10) en 1988 a Ziegler (15:42.54) en 2007, la marca vigente hasta la irrupción de la genial Ledecky.

El 1.500 es una prueba que no estuvo en el itinerario femenino de los Mundiales hasta 2001 y que no se encuentra en el ramillete de pruebas olímpicas. Por tradición era considerada una prueba para hombres. Sin embargo, la estadounidense Ledecky reivindica como nadie la esencia de la prueba y ha reducido la brecha del rendimiento entre hombres y mujeres. Su marca le hubiera dado el oro en los primeros Mundiales de 1973 y 1975. Su tiempo es mejor que el de 18 nadadores masculinos que disputan el Mundial de 2015 y sería el récord masculino en 54 países. La diferencia entre el récord del mundo masculino y femenino de 1.500m era de 1 minuto y 11 segundos en 2013; con Ledecky es ahora de 54 segundos. 

En el libro Del Juego al Estadio (Clave intelectual), Jacobo Rivero y Tamburrini explican que para que el público deportivo comience a percibir la equidad genérica, las mujeres tienen que ganar espacio y pelear de igual a igual con los hombres en las disciplinas masculinas. En un futuro algo lejano puede que hombres y mujeres compitan juntos en diferentes disciplinas deportivas.

La siguiente Ledecky estará más cerca de luchar de tú a tú con los hombres en las pruebas de resistencia. A pesar de que la mayoría de disciplinas han sido creadas sobre la base de las características fisiológicas del hombre, el deporte no es patrimonio de la masculinidad. La resistencia y la elasticidad de la genial Ledecky son atributos femeninos que están rompiendo barreras en el deporte, el bastión de la ideología más retrógrada y reaccionaria.

Pero, mientras tanto, la portada del diario más vendido de España y el único periódico leído por el presidente de nuestro Gobierno carpetovetónico no será para la mejor nadadora de nuestro tiempo, sino para el gol de Bale en un amistoso, que para eso manda Florentino Pérez. En las webs deportivas seguirán vendiendo muslos y tetas en busca de clics, y Ledecky continuará haciendo historia. Porque, como dijo la nadadora Mireia Belmonte, aquí importa más el pelo de Sergio Ramos que sus récords.