1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

  312. Número 312 · Septiembre 2024

  313. Número 313 · Octubre 2024

  314. Número 314 · Noviembre 2024

Ayúdanos a perseguir a quienes persiguen a las minorías. Total Donantes 3.335 Conseguido 91% Faltan 16.440€

Agujetas / Cantaor

"El flamenco es mentira"

El cantaor reflexiona en La Voz del Sur sobre su controvertida concepción del arte jondo: "Esto no lo enseña nadie. Hay quien necesita droga y vino, yo una 'mijita' de agua".

Paco Sánchez Múgica (La voz del Sur) Jerez de la Frontera , 2/09/2015

<p>Manuel de los Santos Pastor durante la entrevista en su casa. </p>

Manuel de los Santos Pastor durante la entrevista en su casa. 

Juan Carlos Toro

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Tarde templada de otoño. Una delgada carretera secundaria. Como una línea de asfalto trazada con carboncillo y jalonada por casas de campo y plásticos de invernaderos de flor cortada. El sol ya no pica al filo de las cinco de la tarde. Término municipal de Chipiona. Zona difusa de la costa Noroeste de la provincia de Cádiz. Tierra de nadie. "En Jerez digo que nací en Jerez; y en Rota, que nací en Rota. Me he criado en los dos sitios", asegura Manuel de los Santos Pastor. Pero no hay partida de nacimiento. "¡Qué más da la edad que tenga un hombre! Tengo un monumento mío en Rota y ahora me van a hacer uno en Jerez", presume Agujetas. El hombre y el mito permanecen apostados en el arcén. En actitud felina, pero conversando amistosamente con un vecino que a ratos se afana en sus labores y a ratos descansa para escucharle. Manuel se tienta la pierna derecha, la circulación no va demasiado bien últimamente. "Me dice el doctor que tengo que andar". Agujetas, qué irónico, se ha hecho hasta acupuntura. "Pero no vale para nada, es mentira. Hincha la aguja y no duele". Y se palpa: "La pierna me quema aquí. Pasear se ha convertido en su rutina, se da sus paseos por la zona agraria y se vuelve a su casa. Nos invita a que le acompañemos y con decisión se monta en el coche. Llegamos a Los milagros. "Aquí vengo con los guardias...", bromea con su mujer Kanako al recibirnos. Como diría Luis Clemente, con Agujetas nunca es posible siempre.

Dos plantas con un gran jardín. Todo modesto. Dos cabras pacen tranquilamente en el césped, junto al pozo, y van apareciendo gatos de diferentes tamaños y colores. Pantalón claro, camiseta negra de cuello vuelto y una frondosa y zaina melena inusual para un hombre de al menos 75 años. O tres más. No sabe exactamente dónde nació pero tampoco cuándo. "Qué más da la edad de un hombre", espeta otra vez tras proclamar también que "el amor no entiende de idiomas". Lo dice él, en su sabio y culto analfabetismo. Y nos reta: "Habla, habla, pregunta lo que quieras...". Ahora empezamos a hablar con el hombre. De repente, Agujetas deja de ser Agujetas para convertirse en el hombre a kilómetros de distancia de su propia leyenda. Agujetas, como hemos dicho más arriba, es Manuel de los Santos Pastor. Autoproclamado 'Rey del cante gitano'. Una especie en peligro de extinción. El último dinosaurio del cante sin concesiones. Paleolítico. Contradictorio. Controvertido. Un gitano, una estirpe, cristal de pureza 100%, que diría Walter White. Incorruptible. Incontaminable. Áspero en el trato, huraño. Pero esta vez no. Ni rastro del personaje, solo la persona.


Manuel de los Santos Agujetas deja atrás a su propio personaje durante unos minutos y se muestra humano y entrañable en el patio de su propia casa. No sabe dónde ni cuándo nació con exactitud, "¡qué más da la edad que tenga un hombre!"

No hay su sequedad habitual con los medios. Ni mucho menos se muestra como una persona arisca o malhumorada, como podría aparentar públicamente. O como se ha empeñado en aparentar. Aquí nos atiende casi entrañable. Entre sonrisas afables habla de una de las cabras, como para romper el hielo: "La compré chiquitita, está preñá, me tengo que distraer con algo. Como ella (alude a Kanako) tiene los gatos...". Antes de las fotos, advierte: "Yo no estoy vestío de artista aquí. Bueno, estamos en el campo, ¿no? Estoy un poquito malo, aunque no soy de estos que tienen así las venas por las piernas". Pasa el umbral de la puerta de su casa. Enseña una reliquia que él mismo hizo con sus manos y que cuelga en el porche, casi como en un pequeño santuario: un extraño crucificado con "más de 40 años". "Soy amigo de todos los pintores abstracto. Éste (señala el cristo) lo hice con una lima que había en una cocina. Pero me castigó. Entonces cogí una neumonía hace 40 años. Cuando ya me curé me dijeron: ya te ha quitado el arresto, recógelo. Ouka Leele me daba 80.000 duros por el Cristo..."

Empecemos Manuel. Para quien no le conozca... Interrumpe la pregunta súbito: "¿Quién no me va a conocer? ¿Dime quién?" (se ríe) Corregimos sobre la marcha... ¿Cómo es su día a día aquí? "Aquí estoy poco, aquí estoy muy poco, a cada instante me voy a Francia o a Japón..." Inciso: "En Japón dicen que hay flamenco pero es mentira, hay cuatro pobrecitos de cuadro, que no tienen otra cosa y se van a Japón. Para cantar tienes que ir a un bar, donde ponen una tabla portátil, bailan y toca la guitarra. Pero la gente va allí a dar clases... A no ser que sea una bailaora... Como yo cuando voy a ver a mi suegra, mando a alquilar un teatro para una actuación. Me cuesta el teatro un millón para ganar dos. Y yo gano aquí dos, ¿para qué tengo que ir yo por ahí?" Pero aun así, viaja mucho. "Viajo, claro, ¿en España quién te va a dar ? Y menos en lo que yo gano. Aquí te puede llamar una peñita, que te da 200, 300... ".

Háblenos de la pureza. De su pureza. De dónde viene. "Yo no he vivido la pureza, yo fui el último que salió. Cuando yo salí llevaba Chocolate treinta años; 30 años, Terremoto; 30 años, La Paquera; 40 años llevaba Mairena... Yo fui el último que salió. Salió un año después el Camarón... Pero como yo he estado luchando por el flamenco puro, ¡joé!, qué he terminado con todos los que hacían clásico. Se está perdiendo . Todo moderno. Yo no paraba de cantar y cantar, y ahora todo el mundo quiere flamenco puro". ¿Se le valora lo suficiente? "Andalucía tampoco es para el flamenco, ni para ninguna música, porque es muy analfabeta. Llego a Francia, empiezo a cantar y no habla nadie. Nadie. Cuando me levanto, los chillíos, mira... Porque son hombres que saben de música. ¿Pero aquí? Aquí no es que no haya respeto, es que no saben". ¿Y en Jerez? "Y en Jerez, que se cree todo el mundo que sabe de flamenco, pues no le echa cuenta nadie y cuando van a escuchar flamenco está todo el mundo hablando o comiendo pipas. Porque se cree la gente que sabe pero no sabe ninguno. No sabe ninguno de cantar ni bailar". Pero Manuel, ¿ni los buenos aficionados? "Hombre a los que le gusta sí, a los que le gusta sí...".

Entonces, digamos, por si remotamente hubiera alguien que no le conociera, que usted es en palabras de Manuel Torre el último sonío negro. "No digas eso. Menos mal que no está aquí Antoñito, si no te pega... Yo no le digo . Este muchacho quiere que la gente le diga que es mejor que su padre, ¿entiendes? Un hombre con cerca de 50 años. Chiquillo, ya te lo dirán. De aquí ha salido llorando. Se fue curando de la droga poquito a poco, lo están llamando, lo han llevado a tres o cuatro lados a cantar... Ahora que se está curando yo le digo: Antonio, eso no es así, es así. Y a veces sale llorando. Donde se lo puede decir su pare es aquí". ¿El cante se enseña? "Esto no lo enseña nadie. Resulta que el que está enseñando a éste (por Antonio Agujetas) cuando viene aquí soy yo. Pero mi pare (Agujetas el Viejo) no enseñó a nadie. A nadie, nooo. Mi pare estaba trabajando en la fragua. Yo ponía el hierro derechito. Mi hermano el otro, el mayor, ponía carbón partío, el otro... Y mi pare cantaba cuando estaba de descanso. Porque eso de trabajar cantando es mentira, es mito, porque no puedes cantar por martinetes trabajando. Cómo vas a decir la letra, tienes que dejar el martilloparao. ¿Entiendes? Eso es mentira . Eso es mentira de la gente, engañando a la gente ¿pa qué? Entonces mi pare hacía un par de cantes, estaba descansando y cantaba. O estaba en un corral o con un amigo en casa y el domingo hacía un par de cantes con los amigos. Y escuchábamos. Ni te pienses que mi padre decía esto es así o es así. Qué va, qué va".

El cantaor repasa vivencias y reflexiona sobre su controvertida, e incluso contradictoria, concepción del arte jondo: "Esto no lo enseña nadie. Hay quien necesita droga y vino, yo una 'mijita' de agua".

Además de arte jondo, ¿escucha otra música? "Yo no escucho flamenco ninguno. De nadie. Una vez que murió mi pare ya no lo escucho más. Guardo el disco ahí, que lo hice yo, y ahí se queda. Pero yo no voy a escuchar a mi pare. Tengo que estar de muy buen... para yo escucharlo. Porque nosotros cuando se muere nuestra familia... se dejan quietos y no se molestan pá ná. Eso es lo que hay que hacer. Entonces, todo es mentira. El flamenco es mentira y los libros que hay de flamenco son mentira. Aquí no ha habido más cantaor que Juan Talega en esa época que yo conocí. Cuando yo lo conocí a los pocos días se murió. Conocí a la Niña de los Peines y a los pocos días se murió. No he conocido más viejos. Y a Antonio Mairena".

¿Se llevaba bien con Mairena? "Me llevé bien... Pocos días. Porque el hombre se enamoró de mí. La gente decía: 'Agujetas le ha pegado a Mairena', ¿tú te ha enterado de algo de eso o no? Agujetas le ha pegado. Yo no le pegué a nadie. Fuimos a un festival juntos y me sacó Melchor de Marchena. Iba Curro Malena conmigo. Había el yunque de oro pero nosotros íbamos al festival, no a premio. Al que mejor cantara, y yo como canté y la gente estaba conmigo, pues el tío le dio el premio a aquel que era el que le hacía cara. Pasó el tío allí treinta sillas al lao mía, me quitaba de una, el tío en otra. Fui a la cárcel media hora, hasta que terminó el festival". Pese al incidente, no oculta su admiración: "Antonio era un maestro. Verdad que era un poco frío. Pero Antonio era un maestro, hombre. Que no hablen cuentos de Antonio. Antonio aprendió de los cuatro viejos de Jerez. Mairena cogió cosas viejas, de mi abuelo, de mi abuela, de Manuel Torre... Saber cantar como Antonio... Sería frío pero era un maestrazo. No le digas eso a los gitanos que los gitanos no quieren. Hay quien no sabe ni abrir la boca, quieren hacer cosas de Mairena, cosas mías... Van todos a dónde los lleven. El flamenco no es nada. Si no me pagan, no hay nada que hacer. La gente va a ver flamenco sabiendo que no es flamenco".

Como un castillo de arena comido por la marea, Manuel derrumba las leyendas urbanas jondas. Esas que conforman su más honda mitología. La mística de la noche oscura del alma o el tronco negro del faraón. Como eso de lo de los soníos negros, que revelaba Alberti que no era más que la obsesión de Torre por el sonido de los sostenidos o bemoles del piano. Las teclas negras, los soníos negros, pedía al parecer. Agujetas no ofrece género de dudas cuando se le pregunta por el duende, ese otro gran desconocido: "Es mentira, es mentira, eso es mentiiiiraaa... Aquí no hay duende ni . Yo no sé de eso. El duende es como para los niños el tío, qué viene el tío, el coco. Iguaaaaa. Yo no sé de eso. No entiendo qué es eso del duende. No tengo ni idea". Nuevo paréntesis: "Y mi pare, como te voy a decir, en aquella época era un hombre que trabajaba; y teniendo nueve hijos no se puede ser artista. Hay que ser como yo que no tenía a nadie... Tenía una novia y cuando ya vi que tenía los dos hijos, Antoñito y Dolores, me dio por ser artista, po carajo, me fui de artista. Aquí no ha pasado . Ahora, mandaba el dinero que ganaba a mi niña. Como no estaba aquí... como todos los artistas. A los artistas de cine les pasa igual, les mandan el dinero a sus hijos y a su mujer, pero si el hombre se va a América y vuelve y no trae un duro, pues no hay papá. Si trae dinero, hay papá, ¿has escuchao? Ea pues ya está, que lo sepas". Recupera acto seguido eso que hablaba de la trola del duende: "Pero todo eso es mentira. La verdad es que no hay duende, coco y eso". Y dice a palo seco:"Cantar". "Hay quien necesita droga, vino y eso. Yo no necesito nada. Me tomo una mijita de agua y canto. ¿Por qué me va a dar vergüenza de cantar (se ríe) si yo vivo de eso?"

¿También es incierto lo de esa juerga enorme que necesitan los flamencos para estar a gusto y rebuscarse de verdad en el cante? ¿No ha sido usted de juergas flamencas? "Nunca, nunca, ni una, ni una. De juerga nada. Ahí lo tienes. Son unos embusteros y dicen en libros que yo he estado en tos laos y yo no he salido de mi casa. Canto y dormí. Otros se lían a decir que yo fui con ellos a no sé donde y yo, Dios mío de mi alma, si no he ido a ningún lao. Una vez con el tío de ese (señala al fotógrafo, en alusión a su tío el pintor Paco Toro). Con el único que yo tomé una copita en la Feria y en su casa con su mujer y sus hijos. Jamás, con Toro más. Pero juerga jamás... Jamás. ¿Qué te parece? Es mentira todo después. También decían que Manuel Torre se acostó con la mujer del hijo. Eso es mentira todo. Manuel Torre, ¿un hombre como ese se iba a acostar con la mujer del hijo?"

Ahora todo el mundo quiere flamenco puro pero el duende es como el coco, no existe

Cuánta confusión entre qué es flamenco y qué no lo es, ¿verdad? "No hay confusión ninguna. Confusión es la de la gente que va a verlo, que le gusta eso que no es. Un libro de flamenco no puede haber porque eso no es flamenco ni , eso es una basura". ¿Y el mercado discográfico? "Han terminado con los discos, ya no hace ninguna casa discos. Nadie. ¿Me entiendes? Ahora hacen un disco dos o tres juntos, se juntan tres pero lo venden, ¿a quién?, ¿a los amigos? Antes llegaban a mí: 'Agujetas queremos un disco tuyo'; '¿Cuánto quiere por él?'; 'Seis, siete millones y el 10%'; 'Pues me lo llevo'. Ahora, ¿dónde voy a ir a hacer un disco ahora? Si nadie me llama. Me sale uno que quiere dos cantes conmigo. Dos cantes. Le cobro lo que sea y ya está. Yo tengo mis actuaciones pero las actuaciones que tengo son afuera. Yo no tengo ni representante porque no vale pa , a mí me llaman directamente a mi casa".

Y aun así dice Manuel, que tiene pasaporte japonés y residencia norteamericana fruto de sus dos últimos matrimonios, que ha recorrido el mundo "dos veces, menos Australia". "La primera vez que yo fui a América, a Nueva York, yo no iba a cantar, iba con una gachí. Llegué a un restauran, había flamenquito, con nombres de España, pero allí no había españoles; y ahora tienen hasta bares por ahí. Y fíjate cómo sería que en la calle había un kiosco con un periódico colgando y vi que era yo. Lo compré y le dije a la muchacha que lo leyera.Primera figura de España en Nueva York (risas)... Lo tengo yo ahí el papel. Conocía todos esos países como... si hubiera nacido ahí. Parece que yo había nacido por ahí. Le conté a mi pare eso: mira opá yo para mí que había nacido por América. Y me dijo: 'porque tú tío estuvo por ahí, llevaba pollos ingleses'.

Pero ya no viaja en avión. "El médico me ha dicho: 'Tiene usted las cañas tapás. Estaban tapás y están. Pero el médico no opera enseguía. Ya no puedo ir en avión, ya me da el miedo con la sangre. Yo ahora me voy a ir a Japón, me voy a hacer un viaje bonito. Cuando termine una cosa en París y lo de Jerez, voy a coger el tren por Moscú, me meto en Moscú, y después me voy dos días de barco a Japón. ¡Dos semanas en tren (risas)! El avión ahora no. Dos semanas en el tren, una estación, otra estación. Pero viendo paisajes... Da miedo, no te vayas a creer. Esos barcos estarán preparaos. Los barcos que hay también se los lleva el agua, si se tiene que ir para abajo, se va".Entre tanto viaje, ¿tiene ganas de volver a cantar en Jerez? "Si no me pongo malo, canto. El que arme escándalo, pa la calle. Yo canto en tós laos bien y ya está. Para el pobrecito que no sepa puede ser que tenga más responsabilidad. ¿Qué me van a decir a mí? Yo todas las noches ensayo. Hasta durmiendo. Me levanto por la mañana, me duele la cabeza, me enjuago la cara pero yo ensayo diario. Esto no se puede quedar parao(se señala la garganta). Y muchas veces hago voz sentao aquí, una hora o una cosa así. Porque si no, se cierra la voz. La boca tiene que estar abierta. Si te quedas parao se va cerrando y después, ¿cómo va a salir la voz? Yo no tengo papeles ninguno, empiezo una letra y me salen 300. Según me voy encontrando, con la ayuda del de arriba".

Corta de pronto. Vuelve Agujetas: "Bueno, ya está, si no vas a gastar la máquina. Y van a ver la gente, ojú lo que ha dicho Agujetas. Ya has hecho lo que no ha hecho nadie en su vida con dinero. Yo lo he hecho por ustedes. (Risas) Os vais a quedar asombraos, el otro día vino aquí la televisión de Moscú para que hablara dos palabras y me daba cuatro mil dólares. Yo no ha hecho ná, ¿vale? Ya está bien. Eso no lo ha hecho nadie, lo he hecho yo porque me hiciste un póster", recuerda a Juan Carlos, cuyo foto mural de Agujetas brotó de un viejo muro durante algunas semanas en la ronda de San Telmo de Jerez. E insiste: "¡¡¡4.000 euros!!!" Le digo que no doy crédito, que no me puede creer que nos haya permitido entrevistarle en su propia casa. Tan humano, tan entrañable. Tan lejos del Dios flamenco que es para quienes lo aman. También para quienes le odian. "(Se ríe) ¿Qué no te lo crees? Noooo... Que te lo puedes creer. Tú di que Agujetas te ha cobrao bien. Venga, que vas a llegar tarde". "¿Habéis sacado la entrada ya?", cuestiona. Punto y final.

Tarde templada de otoño. Una delgada carretera secundaria. Como una línea de asfalto trazada con carboncillo y jalonada por casas de campo y plásticos de invernaderos de flor cortada. El sol ya no pica al filo de las cinco de la tarde. Término municipal de Chipiona. Zona difusa de la costa Noroeste de...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes iniciar sesión aquí o suscribirte aquí

Autor >

Paco Sánchez Múgica (La voz del Sur)

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí