La victoria póstuma de Alegría
Caixa Catalunya tendrá que devolver 40.500 euros que había colocado en preferentes a una anciana de L´Hospitalet de Llobregat, año y medio después de su fallecimiento
Elise Gazengel Barcelona , 9/09/2015
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Se estima que 700.000 españoles fueron estafados por la comercialización irregular de participaciones preferentes. Alegría Castarlenas era uno de ellos. En otoño de 2013, cuando salió a la luz su historia en varios medios de comunicación, la llamaron “la yaya de las preferentes”. A sus 94 años, la anciana se decía dispuesta a “luchar hasta el final” para recuperar lo invertido, tanto por el dinero en sí como por sus derechos.
A esta viuda sin hijos y sin estudios, Caixa Catalunya le había colocado entre 2008 y 2010 --es decir, cuando ella tenía entre 88 y 91 años-- preferentes y deuda subordinada por 40.500 euros. Esta suma representaba todos sus ahorros, fruto de una vida sirviendo en casas y de una indemnización por los cinco años que pasó injustamente en prisión tras haber sido encarcelada durante la Guerra Civil.
Alegría falleció en febrero de 2014, sin haber podido recuperar su dinero. “Era su última voluntad”, cuenta Elena, que cuidó de ella en sus últimos años. Las dos mujeres se habían conocido en 2006, en la finca donde vivía Alegría. Poco a poco, se hicieron amigas y acabaron siendo casi familia.
Gracias a Elena, Alegría había encontrado las fuerzas para luchar, acercarse a un abogado y reclamar justicia. “Si tú me ayudas, lucharé”, le dijo la nonagenaria antes de empezar los trámites. Pero, como siempre ocurre cuando un afectado por las preferentes fallece, son los herederos los que deciden si seguir o no con el juicio y Alegría no tenía familia.
“Hubo que esperar a pedir copia del testamento y se vio que el heredero universal de Alegría era la Asociación Española contra el Cáncer”, señala José Miguel Blasco, abogado de Alegría y amigo de Elena. “Una vez lo supimos, hubo que tirar del hilo hasta encontrar a la persona indicada de la asociación de patrimonios; les explicamos el tema con Elena y aceptaron seguir”. El pasado 30 de julio, año y medio después de la muerte de Alegría, se dictó la sentencia que condenó a la entidad bancaria a devolverle todo el dinero. Una victoria para la posteridad.
Una vida sirviendo y limpiando casas
Repasando las decenas de fotos de comidas, cenas y eventos familiares a los que Alegría acudía, Elena retrata a una mujer divertida y feliz, a pesar de haber tenido una vida complicada. Nació en Huesca en 1919 y se instaló en Cataluña con 15 años, para “servir en casas”, como ella decía. Pero cuando estalló la Guerra Civil, volvió a Binéfar con su familia. Encarcelada a los 16 años, condenada a muerte con 18 años, pasó cinco años en la cárcel por error. Se fue a limpiar casas a París y finalmente volvió a L'Hospitalet de Llobregat, en la periferia de Barcelona, donde vivió el resto de su vida.
El único hijo que tuvo lo perdió cuando tenía cuatro años, y su marido murió de cáncer años antes de que Caixa Catalunya le empezara a vender productos tóxicos. La primera vez fue en marzo de 2008, Alegría tenía 88 años y compró cinco títulos de 1.500 euros cada uno (7.500 euros). En octubre del mismo año, le colocaron 10.000 euros en participaciones preferentes y, un mes después, 18.000 euros en deuda subordinada. En junio de 2009, otros 1.000 euros y al año siguiente, con 91 años ya, 4.000 euros. Un total de 40.500 euros.
“No tenía familia, gastaba muy poco y su dinero era para que pudiera acabar de la mejor manera”, cuenta una amiga
“Para ella, todo era depósito”, explica Elena. Pero en verano de 2013, cuando Alegría se da cuenta de que no le van a devolver su dinero, le explica todo a su amiga de confianza. La vida les había hecho familia. “Alegría se enteró por Elena de que fue estafa, porque Elena era la que le acompañaba al médico, al banco… era como si fuera su nieta”, relata José Miguel Blasco.
“No tenía familia, gastaba muy poco y su dinero era para que pudiera acabar de la mejor manera”, cuenta Elena. Comer la mejor carne, comprarse el mejor pescado o los mejores zapatos eran los únicos lujos de Alegría. Pero el drama llegó cuando tuvieron que pensar en una residencia. Alegría ya no podía vivir sola pero tenía miedo y le decía a Elena:"Yo no quiero estar en una cárcel porque ya he estado”. Pero, en Barcelona, estar en una buena residencia puede costar 2.000 o 3.000 euros al mes. La gran inquietud de Alegría era “¿Y si después no puedo pagarlo?”.
El banco rescatado
En la misma época, Alegría quedó fuera del arbitraje por 500 euros ya que Catalunya Banc les anunció que “no permite aceptar el sometimiento a arbitraje de los expedientes de instrumentos híbridos de capital y deuda subordinada cuyo importe ascienda a una cantidad igual o superior a 40.000 euros”.
La entidad --que recibió 12.052 millones de euros de fondos públicos desde marzo de 2010 y fue finalmente comprada por el BBVA en abril de este año -– no le dio otra opción a Alegría que recurrir por vía judicial. Desde el bufete Net Craman de Barcelona, José Miguel Blasco explica que el único contacto que tuvieron con la entidad bancaria fue con sus abogados “y, al final, lo que hacen ellos es cumplir instrucciones”.
El procedimiento duró meses pero el abogado nunca pensó que su clienta pudiera fallecer antes de la sentencia: “Nunca piensas que tu cliente pueda morir antes. Además, ella estaba bien de la cabeza aunque físicamente andaba muy lenta, sabía lo que había ocurrido, pero por su edad, supongo, no estaba tan enfadada como podría haberlo estado".
Hace pocos días, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) sancionó a Catalunya Banc con 3,1 millones de euros de multa por comercializar productos híbridos (participaciones preferentes y deuda subordinada) “sin evaluar si resultaban adecuados a los conocimientos y experiencia de los clientes". Según el Observatorio de la Jurisprudencia de Productos Financieros Complejos elaborado por Jausas, en 2014 las audiencias provinciales dieron la razón a un 90,4 % de los afectados por las preferentes.
Alegría para la posteridad
En enero de 2014, Alegría entró en una residencia pero al mes su estado de salud empeoró y Elena la llevó al Hospital de Bellvitge. De ahí no volvió a salir Alegría: falleció a las pocas semanas de un fallo multiorgánico. Alegría Castarlenas donó su cuerpo a la ciencia, su dinero a la Asociación contra el Cáncer y sus recuerdos a Elena, quien guarda fotos, objetos sin valor y varios audios que las mujeres iban grabando durante los últimos meses de vida de la anciana que quería que se escribieran sus memorias.
Hace unas semanas, Caixa Catalunya llamó preguntando por Alegría Castarlenas… le querían ofrecer un nuevo seguro
En una entrevista en la SER, el 4 de octubre de 2013, Alegría resumía su lucha así: “Yo no me puedo manifestar ya que me cuesta andar pero lo que tengo bien es la cabeza”. “Después de toda esta vida, que todavía le queden ganas de luchar y luchar sin parar… Creo que la fuerza de José Miguel y mía realmente era ésta: que esto al menos lo consiga”, resume Elena.
Al ser preguntados sobre si piensan que estos casos pudieran servir en el futuro, José Miguel Blasco se muestra escéptico: “Me gustaría pero creo que no aprendemos, los bancos se inventarán cosas nuevas y las intentarán vender”. Elena es más optimista, seguramente “porque José Miguel está en el ámbito y lo ve cada día, yo no veo tantos casos como este”, aunque, antes de despedirnos, relata cómo, hace unas semanas, recibió una llamada de Caixa Catalunya preguntando por Alegría Castarlenas… le querían ofrecer un nuevo seguro.
Se estima que 700.000 españoles fueron estafados por la comercialización irregular de participaciones preferentes. Alegría Castarlenas era uno de ellos. En otoño de 2013, cuando salió a la luz su historia en varios medios de comunicación, la llamaron “la yaya de las preferentes”. A sus 94 años, la...
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