Escrito a ciegas
El loro de Flaubert
José Luis Merino 28/10/2015
Julian Barnes, en París.
Sophie BassoulsEn CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
El escritor inglés Julian Barnes se disculpó en una carta manuscrita –de letra puntiaguda, como la de un gentilhombre de Stratford– con estas palabras: “Lo siento, pero he sido entrevistado tanto en estos últimos doce meses que no puedo ni ver una pregunta más”. Fue a raíz de la buena acogida de su novela El loro de Flaubert. Las preguntas mías enviadas a Barnes no tenían nada que ver con los temas de sus novelas. Para la mayoría de escritores todo lo ajeno a la propia creación es prescindible. Ellos se ven como los únicos habitantes del planeta. Por eso la escritura produce un sinnúmero de patologías, sobre todo durante la gestación de las obras, ya se trate de grandes logros como de ínfimos resultados. Sus autores transitarán de la idiolalia a la afasia sin apenas darse cuenta.
Llegado a este punto, irrumpe en la página una figura como es la del poeta, quien inspira más compasión que la del novelista y, aún mayor, que la del filósofo. El poeta expresa por medio de palabras todos los movimientos que no puede realizar. Sabe que en el arte de escribir hay un objeto que solo se encuentra en el escrito mismo. Pese a moverse dentro del no saber, sabe que nadie le puede obligar a escribir. Se escribe porque está en la sangre de cada cual o porque no se vale para otra cosa. Lo sabía Flaubert y lo repetía su loro: la poesía es el único ángel vivo sobre la tierra, incontaminado y fuera del negocio.
El escritor inglés Julian Barnes se disculpó en una carta manuscrita –de letra puntiaguda, como la de un gentilhombre de Stratford– con estas palabras: “Lo siento, pero he sido entrevistado tanto en estos últimos doce meses que no puedo ni ver una pregunta más”. Fue a raíz de la buena acogida de su...
Autor >
José Luis Merino
Suscríbete a CTXT
Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias
Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí