Durante el primer tramo de competición liguera, un jugador está sobresaliendo por encima del resto. Solo superado por el jugador del Borussia de Dortmund -Aubameyang, con 24 tantos- como máximo goleador europeo, sus veinte dianas no están acaparando las primeras planas de los periódicos. Mientras la crítica deportiva focaliza sus alabanzas en Messi, Neymar y Luis Suárez, el ariete donostiarra de 34 años Aritz Aduriz va camino de superar su récord goleador de la pasada temporada (26 goles). A los diez tantos en liga, hay que sumar los cuatro goles contra el Barcelona en la Supercopa de España, que dieron el primer titulo en 31 años para los de San Mamés; y los seis tantos conseguidos en la Europa League, claves para materializar el pase a la siguiente ronda con una jornada todavía por disputar. 

En contadas ocasiones podemos ver a un jugador alcanzar el cénit de su carrera a los 34 años. Aduriz es uno de esos milagros que con los años mejora, como el buen vino. Un caso atípico que con el paso de las estaciones ha logrado explotar profesionalmente superada la treintena. En la última década, solo delanteros especiales como Luca Toni, Diego Milito, Didier Drogba o Frédéric Kanouté han alcanzado sus mayores cifras goleadoras a partir de los treinta años. Pero Aduriz no solo vive del gol. Su talento se asemeja más al del capitán de Udinese, Antonio Di Natale. Ambos llevan varios años en la élite liderando sus equipos. Ante la falta de creatividad de sus equipos en la media cancha, el donostiarra y el napolitano han aprovechado su talento y físico para crear juego, generar de espacios y batallar constantemente con las defensas rivales. Delanteros que están presentes en todas las facetas del juego sin olvidar la misión sagrada del gol.

La vida de Aritz en San Mamés no ha sido siempre de color de rosa. Después de dos etapas frustrantes en el Athletic Club que le llevaron primero a Burgos y Valladolid, y después a Mallorca y Valencia, Aduriz volvió a San Mamés hace cuatro temporadas dispuesto a conquistar el título de 'Rey León'. En la temporada 2011-12, pocos imaginaban el futuro de la entidad sin Fernando Llorente y Javi Martínez después de la mayúscula temporada que acababan de protagonizar bajo las órdenes del Loco Bielsa. Pero el doloroso final de temporada con las derrotas en la final de la Copa del Rey y de la Europa League precipitó la salida del segundo al Bayern Munich y el conflicto en torno al primero. El destierro de Fernando Llorente a los banquillos, hasta entonces indiscutible 'Rey León', dio paso a la tercera etapa de Aritz Aduriz como rojiblanco. Volver a la que fuera su casa durante siete años, después de disputar la Champions League con el conjunto che, era una decisión arriesgada. En una temporada aciaga (los leones no pasaron de la mitad de la tabla), el público de San Mamés encontró su único desahogo en el ariete donostiarra.

Finalizada la era Bielsa, el Nuevo San Mamés se preparaba para presenciar el ansiado encuentro entre Ernesto Valverde y Aritz Aduriz. Tanto en su primera etapa en el Athletic como en el Valencia, el donostiarra se mudaba cuando el Txingurri llegaba. La nueva 'catedral' también vería el regreso del Athletic a la máxima competición continental dieciséis años después. Gesta que no hubiera sido posible sin el papel de Aduriz como goleador (16 goles) y asistente (7 pases de gol). Con la marcha de Ander Herrera el pasado año, el Athletic volvía a quedar huérfano en el centro del campo. Esta adversidad fue aprovechada de nuevo por Aduriz para echarse el equipo a la espalda y firmar su mejor registro goleador como rojiblanco (26 goles entre las tres competiciones).

Especial en lo humano y en el campo

Las cualidades del 'Rey León' son diversas dentro y fuera del campo. Dicen de él que rara vez se muestra distante y frío. Siempre tiene un minuto para hacerse fotos y firmar autógrafos a los aficionados al final de los entrenamientos. Claro está que el fútbol se vive de forma diferente en Bilbao. Frente a la lejanía y frialdad de otros clubes respecto a su afición, para el jugador del Athletic lo primero es el athleticzale y la integración en la vida de la ciudad.

Quizá por ello veamos un Aduriz tan implicado en el terreno de juego, siendo un auténtico tormento para las defensas rivales. Rara es la vez que el donostiarra no intervenga en el juego. Para ser un delantero con altas cifras goleadoras, Aritz no es nada individualista. En lo ofensivo, asiste, abre espacios a los compañeros, se ofrece y pelea por alto cada balón. En el aspecto defensivo, siempre es el primero en llevar a cabo la presión dependiendo de él, el estado de forma del equipo.

Iniciada la presente campaña, Aduriz se ha encontrado con un aliado inesperado. Compartiendo la mayoría de sus cualidades, llegaba el último día del mercado de fichajes desde el Manzanares Raúl García. En 'Rulo', como afirmaba Emilio Muñoz en CTXT con motivo de su salida del Atlético hace dos meses, podemos encontrar un hombre de 'narices mayúsculas'. Un tipo duro, sacrificado, generoso y que siempre llega a portería. ¿Les suena de algo?

Parece que las plegarias de Aritz por fin han sido atendidas por el presidente Urrutia. Hasta entonces en él comenzaba y finalizaba todo. Demasiado exprimir a un jugador con 34 años que sigue pareciendo inagotable. Es lógico pensar que si el Athletic Club seguía forzando a Aduriz, la maquina pudiera desengranarse antes de tiempo. Sin menospreciar a jugadores llamados a compartir o competir la plaza con él, Viguera y Kike Sola no cumplieron lo esperado cuando sustituían a Aduriz. En estas diez primeras jornadas ligueras, al de Donosti se le ve mucho más liberado de ciertas funciones sabiendo que tiene al lado a Raúl García.

Ahora ambos se reparten los duelos aéreos con los defensas, la presión y las recuperaciones son mucho más efectivas. En ataque, ambos machacan a los rivales impunemente coincidiendo con el mejor momento del equipo. Desde la victoria en San Mamés ante el Valencia, el Athletic ha escalado en solo cuatro jornadas desde el descenso hasta las puertas de puestos europeos. Habrá que disculpar a las defensas que se vean sobrepasadas ante tales guerreros. Si Aduriz y Raúl García se siguen entendiendo tan bien en el campo, sonarán campanas de Europa en San Mamés... ¿y de gabarra?