Crónica Parlamentaria
Mas es menos
El tipo que cogió el soberanismo de la calle, lo moduló y lo convirtió en un objeto que desaparecía al chocar contra la ley y en un estado de ánimo que consiguió hacerle revalidar dos elecciones va a desaparecer de la escena política
Guillem Martínez Barcelona , 11/11/2015
Artur Mas
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Parlament. Sesión de investidura. 10 de noviembre. Habla Irene ArrimadaZzzzz. La antítesis de la chica Tele5. Viste como una chica Tele5, pero nunca sonríe. Es una suerte de presentadora de Tele5 especializada en necrológicas, algo que nunca se le ocurriría a Tele5, según reza el artículo 345 de sus estatutos. Está respondiendo al discurso que hizo Mas el 9 de noviembre. Para lo que les tendré que explicar el discurso de Mas.
El 9 de noviembre, por la mañana, aquí se votó la resolución que declaraba que se declararía la independencia. PSOE y PP utilizaron, para calificar el acto, la alocución Octubre-del-34. Y, en efecto, se pareció a Octubre del 34 en que no había nadie en la calle. Por lo demás, por la tarde, sucedió todo lo contrario a lo de la mañana. Mas inició su discurso de investidura. Un ejercicio de seducción a las CUP bastante sobreactuado, de Alfredo Landa seduciendo a una sueca. En su intervención, el reintroductor en Catalunya de la dieta mediterránea de postguerra sorprendió a crítica y público por su radicalismo social, democrático y nacional. Utilizó la cosa "República Catalana", pocas veces utilizada por él con anterioridad. Y llegó a emitir conceptos como "bien común", para hablar del derecho al agua, sector que, por cierto, fue privatizado durante su mandato hasta el punto de que, cuando lees el recibo del agua, parece que nos abastece Evian.
Luego, me fui del Parlament. Y dejé que se me cimentara lo vivido el día anterior. Lo vivido fue una declaración de independencia, a verificarse, o no, en 30 días. O antes, si el TC interviene y el Parlament desobedece. O nunca. Es decir, un Estado en el que la Monarquía y las altas instituciones han protagonizado espectaculares casos de corrupción estructural, en el que los casos Nóos, ERE, Gürtel, Bárcenas, Palau, 3% deberían haber acabado ya con todo; un Régimen fundado en el 78, que dejó de existir en 2012, con la reforma exprés, un Estado que ha rescatado a la banca y ha abandonado a su suerte a varias generaciones, y que pese a todo sigue en pie, igual puede soportar tan ricamente también lo de Catalunya. O lo de Fukushima. Simplemente, no haciendo nada, disciplina en la que brilla desde el siglo XVII.
Esta mañana, al menos, la sensación térmica era esa. Por lo demás, el artículo 155, con el que el ultra-constitucionalismo --siempre dispuesto a pegarte con el lomo de la consti en la cabeza-- iba a arreglarlo todo, parece una herramienta más débil de lo que el Ilmo. Colegio de Tertulianos ha descrito. Y, por otra parte, difícil de utilizar por un Gobierno en funciones, y por un Senado vacante. Con el 155 en la mano, vamos, el Gobierno puede hacer desde una misa expiatoria a tirar la bomba atómica en Barcelona, pasando por enviar a Mortadelo y FIlemón a detener a la Presidenta del Parlament --cuando habla, me la imagino de Orange is the New Senyera; la serie sería un éxito histórico en Catalunya-. Es decir, nada que solucione el conflicto. Bueno, lo de la bomba atómica igual sí, según escucho a un tertuliano de guardia.
A la mañana siguiente --10 de noviembre--, volví al Parlament a escuchar la respuesta del resto de grupos, volvieron a negarme el pase al hemiciclo --empiezo a creer que no existe; debe de ser un holograma-- y aquí me tienen, viendo en un plasma a ArrimadaZzzz.
Arrimadas utiliza la neo-lengua no-nacionalista fundada a finales del siglo XX por el PP. Una lengua que normaliza el nacionalismo hasta hacerlo invisible, y pone bajo sospecha al resto de nacionalismos disponibles en el mercado peninsular. Si bien la resolución aparece en su discurso, no parece tampoco el fin del mundo. Arrimadas, en vez de emplearse con la épica, parece --también lo harán Iceta y Albiol, en breve- tirar más de escepticismo. Aun así, Arrimadas/C´s presentó novedades en su discurso: no hizo alusiones lingüísticas al sistema educativo catalán --su razón fundacional-- y emitió argumentos económicos para rebajar la autonomía catalana --acostúmbrense a esta imagen retórica, creo que está cargada de futuro--. La autonomía, la sanidad, la escuela... y la democracia, supongo, ya no se pueden pagar, etc-. Corresponsabilizó a CDC del Régimen del 78 --por supuesto, con otros palabros-- y, finalmente, el partido planetario que, después de ISIS, más ha visto crecer sus ingresos sin motivos justificados, que ha pactado en esos focos de corrupción I+D que son Andalucía y Madrid, se erigió, nuevamente, en garantía ética del Régimen2.0. Arrimadas, sin llegar a la juerga, mantuvo cierta dulzura de tono y buen rollo.
Mas le respondió con el mismo tono. Tiró cables a una negociación que nadie ha escuchado desde 2012 --"si fuésemos vascos, navarros o independientes, no tendríamos déficit"-. Y, luego, se estrenó --tarde y a destiempo--, con la prospección de dos temas: el IBEX y los desagües del Estado. Así, explicó de forma somera algún desencuentro con empresas del IBEX. Desencuentros que, en realidad, han sido colosales, hasta el punto de ser un choque violento que no cuadra, que sorprende, y que los medios --tras la crisis de la prensa española, los medios-papel son, snif, del IBEX-- deberían haber explicado.
El caso es que Mas, el autor de los recortes más salvajes del Estado, que contribuyeron a posibilitar el rescate de la banca, no sólo no ha recibido el reconocimiento de la banca, sino que la banca --en especial, La Caixa-- lo tiene atravesado, hasta el punto de perder, en contactos directos, las formas. Quizás eso, antes de ser un indicio de la rebeldía de Mas --parece carecer de ese trazo--, es un indicio del carácter de nuestros nuevos propietarios, los grandes beneficiarios de la crisis: lo quieren todo/no quieren negociar nada, ahora que han descubierto el feudalismo como espectro de negocio. Glups. El juguete del IBEX en Catalunya es, en este momento, C's, más rápido, fiable y menos ambiguo. La idea es, supongo, apostar por él en todo el Estado. En su respuesta a Mas, Arrimadas abandonó el tono chachi y volvió al sofisma, ese acopio de argumentos lógicos, pero no demostrables, con los que se crispa hasta un muerto, y que la derecha descubrió a finales de los 90. El Hispasat podría funcionar con las ondas alfa-crispatorias de Arrimadas. Cuando dominen el mundo, la crispación de C's podrá surtir de electricidad a Guadalajara.
Iceta optó también por el buen rollo. Hizo una comparativa entre el discurso sans-coulotte de Mas del día anterior y el que utilizó en su investidura en 2010, hace millones de años. Hizo una defensa del catalanismo --la gran novedad intelectual catalana es que, en efecto, el catalanismo, conjunto de pactos para acceder al autogobierno y para influir en el Estado, ha muerto--. Y finalizó con una defensa de la ley, dentro de la tradición de la izquierda post-78, firme defensora de la ley, antes que, snif, de la justicia, esa cosa para la que nacieron las izquierdas.
Rabell, de CSQEP --parece un estandarte romano, pero son las siglas de Catalunya Sí Que Es Pot-: en la sesión del 10 de noviembre no votaron el anejo de rescate social de la resolución. Hoy, esa decisión parece poco sexy en el ambiente. Rabell explica las razones de su no a Mas -"carece de credibilidad social y democrática, "Catalunya necesita un Gobierno que rescate a la ciudadanía"-. Y describe la crisis vivida: "En Barcelona, el diferencial de esperanza de vida entre el barrio más pobre y el más rico es de 11 años"-. Explica que el Régimen del 78 está agotado, y que es preciso un Proceso Constituyente --catalán, abierto a la posibilidad de independencia, pero colaborador y cómplice de otros procesos constituyentes españoles--. Habla de crisis de soberanía. Relativiza la herramienta del Estado propio cuando el Estado --España, Grecia-- carece de la posibilidad de establecer políticas soberanas. Y hace una descripción de la situación: "El independentismo tiene fuerza para echar un pulso con el Estado pero no, como veremos en los próximos días, para ganarlo".
La respuesta de Mas --tiene respuesta para todo-- consistió en explicar el porqué de sus políticas de recortes. Le salió un punto de vista parecido al del Gobernador de Banco de España, aquel pollo que definió la austeridad como forma local del patriotismo. Meditación: queda extraño que los dos únicos grupos rupturistas del Parlament -CUP y CSQEP- no intimen más. Hace unos meses, escuchando a César Rendueles -ese hombre amuebla muy bien sus palabras-, le escuché esta frase: "Decimos que somos el 99%, pero somos un 1%". Empieza a no tener sentido que ese 1% catalán actúe por separado. Un indepe y un federalista --dos opciones que transcurren a través de la autedeterminación-- no deberían estar tan alejados en este tramo.
Albiol. Nada nuevo/pocas diferencias con C's, salvo las vitales, y salvo que empezó con una cita de Lincoln -curiosamente, no fue "Ulysses, vete a espachurrar a los sesesionistas"-. El discursoZzzz estuvo amenizado por los lapsus/automatismos/tatuajes en el cerebro de los partidos del Régimen. El más bonito: "La base de la democracia no es el voto, sino las leyes aprobadas", que explican, por ejemplo, la reforma exprés, o la del TC, o los rescates, esos objetos contradictorios con la democracia. Hizo constantes alusiones a las CUP en tanto que "ideología estrafalaria". A su término, los chicos y chicas de la CUP le aplaudieron en pie, en efecto, de forma estrafalaria. Curiosidad/metáfora de la cosa: Mas tuvo su intercambio de palabras más tenso e ideológico con Albiol, el partido con el que más veces ha votado en la historia. El Régimen del 78 fue, en efecto, la pera, sí.
El turno de mañanaZzzz finaliza. Comida --el Parlament dispone de un self-service como el de Ikea, pero con un menú aún más protestante-, patio y vuelta al plasma/Parlament, que ahora toca Baños/CUP.
Baños habla con un lenguaje propio, a pesar de leer su discurso, se supone que realizado en grupo, y en el que aparecen alocuciones poco bañistas --la CUP tiende a un lenguaje propio complicado, es decir, no sustentado en el eslogan y el esquema, pero con construcciones largas y puntuales, como de texto de camiseta--. El genio del lenguaje, por otra parte, existe, y cuando aparece --Salinas, Celaya, Baños, Chiquito...-- es incontestable. Su discurso es el único importante de hoy. A través de él se sabrá por qué la CUP no votará a Mas. Es decir, se sabrá si esto es una negociación no conclusa. Baños empieza, como C's y PP, aludiendo a la fractura social catalana. No obstante, no observa la fractura entre hablantes de dos lenguas latinas, sino entre expoliadores y expoliados. Une el 15M, las mareas, la PAH, al mismo estado de ánimo que el 11S y a la lucha por la soberanía en la salud, en los derechos, el cuerpo, desde la clase social y desde "el poble". Define la CUP como las ganas de transformar Catalunya "de forma radical; revolucionaria, diríamos nosotros". Explica el voto negativo a Mas por tres razones. A saber: a) la gestión gubernamental desde 2010, b) porque echar a Mas "es una aproximación a la República". Y c) -tachán-tachán-, el discurso de ayer de Mas, en el que no habló de 35 años de corrupción estructural.
Baños explicó la necesidad de un Gobierno que pudiera ayudar a superar las crisis. Una crisis económica, "que en realidad es social", en la que "el 25% de la sociedad vive la vida como muerte en vida", y en la que "el riesgo de pobreza no es un accidente". Dibujó el capitalismo "como algo incompatible con la vida" y se lanzó a dibujar el independentismo. No crean que está tan dibujado. En el independentismo prima, diría yo, el dibujo rápido creado desde 2012, en el que Catalunya es un país rico, una suerte de Alemania, víctima de su Sur, que podría vivir por todo lo alto, y sólo con su IVA del tabaco, accediendo al Estado. Para Baños "el Estado propio no garantiza una vida digna. Pero la soberanía" --esa cosa de la que carece Grecia-- "sí". Aludió a la corrupción "como uno de los biorritmos del Régimen", en el que ubica a Mas con todas sus cuatro patas. Un espléndido y sobrio discurso, alejado de los discursos habituales sobre la crisis y el hambre en el mundo que se leen periódicamente en los parlamentos, en los que, si fueran powerpoints, aparecerían 4.583 gatitos.
Por ponerle una pega: citó a Salvador Espriu --debería haber una ley, dentro de la resolución, que obligara a pagar una copa a quien cite en un pleno a EspriuZzzz o a Martí i PolZzzz, nuestros Gloria Fuertes político-sociales--. El resto del discurso se fue en chistes sobre navegación --Mas se pasó desde 2010 a 2013 utilizando imágenes náuticas para describir sus políticas--, y en definir lo que pudiera hacer el Gobierno con el Procés --usó la construcción "Pronunciamientos del Gobierno"--, y en invitar a los no indepes al proyecto de una ruptura no esencialista, fundamentada en la soberanía popular, esa cosa que intentó Grecia.
Mas, que se ha revelado como un hombre de amplios registros dramáticos --antes del Procés, tenía el aspecto de ser un usuario de catalanismo conservador más; todos tienen el aspecto comedido de salir de la ducha cuando tienen pipí--, respondió a Baños desde cierto sentido del humor. Invitó --desesperadamente-- a JxS y a CUP a votar juntos y en solitario su investidura. Baños, después, le contestó, vale, pero en votación secreta, "que igual nos divertiremos".
Era un chiste, al parecer, aun así algunos parlamentólogos creyeron que la cosa iba en serio. Y todo quedó así hasta el jueves, 12 de noviembre, día en el que la ley obliga a una segunda votación, y parece que no se va a desobedecer esa ley. Bueno, sí. Antes del apaga-y-vámonos, tomó la palabra el grupo parlamentario JxS, y Mas le respondió luego. Pero la cosa fue uno de esos diálogos con uno mismo de los que desarrolla Gollum en El señor de Los anillos. Y cuando ves a un adulto haciendo eso, da como mal rollo.
Me voy a casita, mientras la tenga. Por el camino, para entretenerles, les brindo unos minutos musicales, que llevan por título Josep Pla y la República. Un día después de las elecciones municipales de abril de 1931, Pla, cronista parlamentario, se encontró en una acera de Madrid con Giner de los Ríos. Le preguntó por su valoración de los resultados electorales. De los Ríos estaba pletórico. Respondió, feliz y con la boca llena de dientes, que eran "¡Fantásticos! Los republicanos han arrasado. La República es inminente. No puede tardar más de 10 años". Se proclamó en horas. Anyway.
Hoy, 11 de noviembre, la cosa ha quedado así: Mas, el tipo que cogió el Procés de la calle, lo moduló, lo convirtió en un objeto que desaparecía en cuanto chocaba contra la ley, y lo convirtió en un estado de ánimo que consiguió hacerle revalidar dos elecciones y, en las últimas, ir coaligado con ERC y como número 4, va a desaparecer de la escena política. Todo apunta a que la CUP no cambiará de opinión el jueves. El Procés, ese juego diseñado para aplazar diversas muertes políticas, ha muerto. Ya no es la política oral con la que se adorna la austeridad. Ha quedado sin centro durante unas horas, unos días, o para siempre. Es posible que ahora empiece a ser un proyecto serio, cuya función sea la confrontación política, esa cosa que no existe en la política española, creadora de una cultura consagrada a la unanimidad. Lo divertido de los sistemas estáticos es que, como apuntaba más arriba, pueden asumirlo todo mientras se desmoronan leeeeentamente. Pero también tienen otra cosa divertida. Su carácter estático impide verlos desmoronarse en tiempo real. En ocasiones crees que es mañana, y tarda diez años. En ocasiones, crees que faltan diez años.
Mañana, más.
Parlament. Sesión de investidura. 10 de noviembre. Habla Irene ArrimadaZzzzz. La antítesis de la chica Tele5. Viste como una chica Tele5, pero nunca sonríe. Es una suerte de presentadora de Tele5 especializada en necrológicas, algo que nunca se le ocurriría a Tele5, según reza el artículo 345 de...
Autor >
Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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