Escrito a ciegas
Para sobrevivir
José Luis Merino 9/12/2015
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Nunca crea estar de vuelta. Siempre se está de ida. Rebélese contra todo, menos contra el hacerse viejo. Deje de compadecerse. Siga hablando con su perro o sus gatos (es benéfico). Desocúpese de leer las esquelas. Si no puede leer, escuche la radio (la música de su gusto, e incluso la procedente de los surtidores de agua). Si es el oído la falla, lea. Y si fallan ambos sentidos, recuerde (una de las pocas cosas que no se gasta con el uso).
No reclame medallas por haber criado a sus hijos. Fue su obligación. Ahora tiene nietos para divertirse. A propósito de medallas, ¿sabía que las canas son las condecoraciones del tiempo? No está cansado (simplemente, le duelen los pies). Si no puede viajar por el mundo, viaje al centro de sí mismo. Memorice frases bellas-profundas (será su máster de literatura).
Olvídese de mirar la cuenta corriente o la cartera. No se compare con nadie. Deje de pensar en el futuro (todo es presente) (el futuro es la anticipación del pasado). Llene su mente durante el día; vacíela durante la noche. Poco debe importarle no entender algunas expresiones procedentes de la literatura. Por ejemplo, “solo los poetas oyen lo que dicen las estatuas” o “el gallo lleva en la cresta el mejor color de su pensamiento”. Véalo como la jerga petulante de quienes creen saberlo todo. Es más gratificante querer comprender el canto de los pájaros. Y no olvide. La palabra fin es la más triste del diccionario. Por el contrario, tú es la más humana y yo la más completa.
Nunca crea estar de vuelta. Siempre se está de ida. Rebélese contra todo, menos contra el hacerse viejo. Deje de compadecerse. Siga hablando con su perro o sus gatos (es benéfico). Desocúpese de leer las esquelas. Si no puede leer, escuche la radio (la música de su gusto, e incluso la procedente de los surtidores...
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José Luis Merino
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