Televisión
Bill Murray salva la Navidad
El intérprete volverá a actuar para Sofia Coppola en un especial de Nochebuena
Manuel Gare 9/12/2015
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El mundo cambia, y con él, desde que ocupa un lugar privilegiado en nuestros salones, lo hace también la televisión. El sector del entretenimiento se reinventa. Los hits navideños ya no los canta Frank Sinatra, pero ahora tenemos a Michael Bublé. En el cine pasa un poco igual, solo que no hay tantos ejemplos resaltables. Piensen en premios y reconocimientos por hacer una buena película de Navidad. Hay que irse hasta 1947. A Edmund Gwenn le dieron el Oscar por hacer de Papá Noel en Miracle on 34th Street. ¡De Papá Noel!
El Grinch (2000) no se llevó el premio de la Academia por el tema You're a Mean One, Mr. Grinch, pero sí consiguió el de mejor maquillaje. La festiva banda sonora de Solo en casa (1990), nominada al Oscar, contrasta con una habitual buena posición en los rankings de películas navideñas. En animación, a nadie se le escapa la canción principal de Pesadilla antes de Navidad (1993), película nominada al Globo de Oro y al Oscar, y ganadora de un par de premios Annie. Tokyo Godfathers (2003), un excéntrico villancico con más mensaje que cánticos, fue galardonada en Sitges como mejor película de animación del año.
La música y el cine en Navidad suelen, o al menos solían, ir de la mano. Por ejemplo, volviendo a Sinatra: en 1957 dirigió su propio especial de Navidad, Happy Holidays from Bing and Frank. Un compendio de villancicos sin cortes que durante poco más de veinticinco minutos le sirvieron a él y a Bing Crosby para dejar su huella en la larga lista de producciones audiovisuales navideñas de la historia de la televisión. Pura nostalgia que Crosby ya había experimentado unos años antes en White Christmas (1954), una película que seguía el mismo concepto de musical improvisado y muy bien atado, en aquella ocasión con bastante más bailoteo y escenografía.
Debería haberme retirado justo después de ‘Lost in Translation’
En Love Actually (2003), probablemente el largometraje navideño más celebrado por el espectador medio, Bill Nighy se pone en el papel de Billy Mack, un rockero viejo que pretende volver a copar las listas de Navidad con Christmas is all around, una versión chapucera del Love is all around. De paso, va dando cuenta de sus aventuras televisivas y radiofónicas por los platós del Reino Unido. La historia del bueno de Billy podría dar para unos cuantos de esos especiales de Navidad, en una versión extendida del videoclip que vemos en la cinta: fondo nevado, famoso en el centro y figurantes disfrazados para la ocasión.
Cuando Netflix anunció A Very Murray Christmas, lo que las primeras imágenes del especial mostraban parecía ceñirse a ese concepto de decorado navideño a rebosar de estrellas de la industria musical y del cine. De hecho, la apuesta para estas navidades del servicio de streaming, que lleva ya un tiempo aportando frescura a la escasa imaginación de las cadenas de televisión, se parece bastante a esos especiales de hace medio siglo. Música, algunos pasos de baile y caras conocidas para la sobremesa de Navidad.
Dirigido por Sofia Coppola
Cojan al Bill Murray de Lost in Translation (2003) —que no el de Scrooged (1988)— acompañado de su misma directora, Sofia Coppola. Pónganlo a protagonizar un especial navideño dentro del especial navideño que están viendo. Han pasado doce años desde las vistas desde el hotel de Tokio, pero si no fuera por el pelo blanco de Murray, cualquiera diría que no ha pasado el tiempo. “Debería haberme retirado justo después de eso”, dice Murray precisamente al verse en una foto de Lost in Translation colgada en el hotel de Nueva York en el que está grabando el especial. La ciudad está paralizada por una tormenta de nieve, sus invitados no se han presentado, todo es un desastre.
George Clooney, Miley Cyrus, Chris Rock, Amy Poehler o el grupo Phoenix son algunos de los famosos que van apareciendo a lo largo del especial. El orden o el motivo por el que aparecen es secundario. Lo importante es que Murray no deja de cantar —y nada mal, por cierto—. La noche no mejora, pero su melancolía es enternecedora. El actor, acompañado en todo momento del piano de Paul Shaffer, hace un repaso por todos esos hits navideños que están hartos de escuchar. No es la reinvención del especial navideño, pero solo por ver a Clooney cantar el estribillo de Santa Claus Wants Some Lovin'ya merece la pena.
Quizá Bill Murray tan solo salve su Navidad, pero lo hace riéndose un poco de ese mundo
La versión de Sleigh Ride con Miley Cyrus es estupenda. Chris Rock haciendo los coros de Do You Hear What I Hear? es lo más ridículamente divertido que verán esta Navidad. Y el momento de Fairytale Of New York en grupo es mágico. “Murray reúne a unos amigos y beben y cantan” sería un buen resumen para este meta especial navideño. No hay un gran despliegue de medios, no hay sobreactuación, no hay nada complicado. Tan solo villancicos y buen humor para sobrevivir a una espantosa Nochebuena en el Nueva York de nuestros días.
Bill Murray salva la Navidad. Quizá tan solo salve su Navidad, o la Navidad de A Very Murray Christmas, pero lo hace riéndose un poco de ese mundo en el que la televisión y lo navideño se alían durante unas semanas para colarse indiscriminadamente en sus pantallas. Y no es que un especial musical de famosos vaya a sorprender a nadie, menos si el mensaje a extraer es algo tan osado como incitar a cantar a alguien durante su cena de Nochebuena. No pierden nada, pruébenlo. Quizá también logren salvar su Navidad.
El mundo cambia, y con él, desde que ocupa un lugar privilegiado en nuestros salones, lo hace también la televisión. El sector del entretenimiento se reinventa. Los hits navideños ya no los canta Frank Sinatra, pero ahora tenemos a Michael Bublé. En el cine pasa un poco igual, solo que no hay tantos ejemplos...
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Manuel Gare
Escribano veinteañero.
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