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Nicola Karabatic, jugador del PSG.
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El 24 de abril de 2004 el Celje Pivovarna Lasko esloveno levantaba la EHF Champions League por primera y única vez en su historia. Aquella fue la última ocasión en la que un equipo de fuera de la Bundesliga o la Liga ASOBAL se hizo con la Champions. Doce años después dos grandes equipos amenazan con romper el dominio hispano-alemán: el MKB Veszprém húngaro, actual finalista, y, especialmente, el PSG Handball, que con un presupuesto millonario y una constelación de estrellas quiere conquistar el viejo continente.
La compra del equipo parisino en el verano de 2012 por parte de Qatar Investment Authority ha hecho que desde entonces las arcas del PSG Handball estén bañadas de petrodólares. Si en la temporada 2012/2013 su presupuesto era de 9.223.780€ --cifra muy elevada en el balonmano-- actualmente ya ha alcanzado los 16.550.000€, una auténtica barbaridad. El segundo presupuesto más alto de la LNH, la liga francesa, es el del Montpellier 7.490.000€; y el del THW Kiel, actual campeón de la Bundesliga, es de 9.500.000€.
Cada verano, las mejores estrellas del balonmano han aterrizado en la capital francesa para formar parte de un equipo al que se le exige ya ganar todo. En este curso, los franceses han conseguido juntar en su equipo a los dos jugadores de mayor prestigio mundial: Nikola Karabatic y Mikkel Hansen. Con estos dos jugadores y con el francés Daniel Narcisse, han reunido en su plantilla a tres de los cuatro últimos ganadores del IHF World Player of the Year, el Balón de Oro del balonmano.
Sin embargo, los orígenes del PSG Handball están lejos de su millonario presente. Para llegar hasta la fundación del equipo de la capital de Francia hay que remontarse a 1941, época en la que el balonmano era un deporte con once jugadores sobre un campo de fútbol. Por aquel entonces el club se llamaba Asnières Sports y su partido más destacado fue la final de la Coupe de France ante el Villemomble ante 15.000 espectadores en el Parc des Princes en 1945.
Sin ningún título en su haber, y ya jugando al ‘balonmano a 7’, el predecesor del PSG cambió su nombre por Paris-Asnières en 1987. Dos años después llegaba al club parisino la primera estrella de su historia. Con 20 años recién cumplidos, Jackson Richardson fichó por el Paris-Asnières. El genial central de la isla Reunión llegó acompañado de un jovencísimo Patrick Cazal y juntos fueron clave para devolver al conjunto parisino a la primera categoría del balonmano francés. En la siguiente temporada el Paris-Asnières acabó sexto, trampolín definitivo para Jackson Richardson, que hizo las maletas rumbo al Olympique de Marseille Vitrolles, con el que jugaría la final de la EHF Champions League.
Desde la temporada 2002 el club se denominó Paris Handball, estando fuera del organigrama del equipo de fútbol. Con este nombre, y a pesar de los problemas económicos que llegó a sufrir, los parisinos participaron en la Champions League 2005/2006, cayendo ante el THW Kiel, y levantaron su primer título, la Coupe de France 2007. Estos resultados no tuvieron continuidad y en la temporada 2008/09 acabaron descendiendo a la Pro D2.
Tras un año en el pozo, el Paris Handball volvió a la LNH para sufrir mucho por mantenerse en la élite durante las dos siguientes temporadas. En 2011, el mal llamado jeque catarí Nasser Al-Khelaïfi --en realidad es un empresario-- se hizo con la propiedad del PSG de fútbol y durante aquella temporada los rumores sobre la intención del catarí de comprar el Paris Handball para adherirlo al organigrama del equipo fueron constantes. Mientras muchos hablaban de la posible compra del Paris Handball por parte de Nasser Al-Khelaïfi, los malos resultados del equipo parisino les hundían en la clasificación, haciendo peligrar la permanencia.
Con esta delicada situación se llegó a la última jornada de la LNH 2011/12. El Paris Handball necesitaba ganar en la pista del Chambéry Savoie para asegurarse la permanencia. El resultado fue negativo para los parisinos, que perdieron 38-25, y durante muchos minutos se vieron en la ProD2. Pero en los últimos segundos de la jornada todo cambió: un gol desde los 7 metros --la pena máxima en el balonmano-- del US Ivry arrebató al Istres el punto que necesitaba para salvarse y enviar a Segunda al equipo de la capital. Con este gol, Istres bajó y el Paris Handball alcanzaba la salvación. Y Nasser Al-Khelaïfi podría tener un equipo de balonmano en la LNH. Aquel 7 metros pudo haber cambiado la historia del equipo parisino, que desde el verano de 2012 comenzó su andadura como PSG Handball.
Integrado en el también opulento PSG de fútbol y con un propietario multimillonario que incrementó el presupuesto del club en un 276%, los parisinos ficharon a Mikkel Hansen, Didier Dinart, Luc Abalo, Antonio García, Marko Kopljar, José Manuel Sierra, Samuel Honrubia o Robert Gunnarsson, entre otros. Con Philippe Gardent a los mandos, el equipo presidido por Nasser Al-Khelaïfi --al que se le ve a menudo disfrutando de su equipo en directo-- estaba llamado a luchar por el título con el Montpellier. Apenas unos meses después de estar a un lanzamiento de 7 metros de descender.
En aquella primera temporada de la faraónica era catarí del PSG, un partido aparecía marcado con rojo en el calendario: el enfrentamiento con el Montpellier de Nikola Karabatic. El duelo llegó pronto, en la tercera jornada, y el equipo de Philippe Gardent arrolló al que era el vigente campeón de la LNH. Entre Mikkel Hansen (11) y Marko Kopljar (10) metieron solo tres goles menos que los visitantes, haciendo que el PSG se llevase los dos puntos con comodidad (+14). El PSG Handball ganó la LNH con un amplio margen sobre el Dunkerque de Patrick Cazal. Las dos únicas manchas de aquella temporada estuvieron en la Coupe de France --perdió la final ante el Montpellier-- y la Coupe de la Ligue, en la que cayó en cuartos de final.
Al año siguiente, el PSG Handball encaraba su primera participación en la EHF Champions League, y para ello reforzó su ya potente plantilla con Gábor Császár, Fahrudin Melić, Daniel Narcisse, Igor Vori, Jakov Gojun y Xavier Barachet. Más madera. Mismo entrenador, más presupuesto, más estrellas pero faltaba algo. Quizás el juego colectivo, quizás faltaba el mejor defensor de la historia (Didier Dinart) o quizás les afectaron muchas cosas. El PSG Handball venía de hacer 49 puntos de 52 posibles y en una temporada donde su plantilla era mucho más completa hizo solo 40, quedando segundo clasificado gracias a una sanción de 2 puntos que se le impuso al Montpellier. La única alegría fue la victoria conseguida en la Coupe de France.
En la temporada 2014/15 el PSG ganó, 'in extremis', la LNH y se llevó la Coupe de France y el Trophée des Champions. Los títulos llegaron pero el juego de los parisinos distaba mucho de lo que esperaban sus aficionados. Fruto de sus problemas de juego colectivo volvió a quedarse fuera de la Final4 de la EHF Champions League a pesar de tener el mayor presupuesto de la competición. El poco éxito del club parecía seguir persiguiendo al equipo.
Esta temporada, en cambio, sí que se está viendo al todopoderoso PSG Handball que se esperaba. Con los fichajes de Luka Karabatic, Sergiy Onufriyenko, Henrik Møllgaard y, sobre todo, Nikola Karabatic, el equipo parisino ha dado un paso adelante muy importante. Además, el nuevo entrenador, Noka Serdarusic, ha recuperado la mejor versión de Daniel Narcisse, jugador que ha hecho crecer a los parisinos en cuanto a juego colectivo; y con la llegada de los hermanos Karabatic y la de Møllgaard, la defensa 6:0 del PSG crece a cada partido que pasa.
Ya son muchos los que sitúan al PSG como el gran favorito para relevar al FC Barcelona como campeón de Europa. El millonario proyecto de Nasser Al-Khelaïfi lo tiene todo para triunfar en Köln, y por si con todo esto no fuera suficiente ya han cerrado los fichajes de Uwe Gensheimer, uno de los mejores extremos izquierdos del mundo, y de Luka Stepancic, uno de los laterales derechos más prometedores del planeta. Por dinero y ambición no va a ser.
El 24 de abril de 2004 el Celje Pivovarna Lasko esloveno levantaba la EHF Champions League por primera y única vez en su historia. Aquella fue la última ocasión en la que un equipo de fuera de la Bundesliga o la Liga ASOBAL se hizo con la Champions. Doce años después dos grandes equipos amenazan con romper el...
Autor >
Edu Agulló
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