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Rafael Simancas (Kehl, Alemania, 1966) es un hombre de partido, eso se nota a la legua. Su discurso es firme y asentado, repasa los principales argumentos socialistas para estas elecciones y no vacila al responder.
Esta fortaleza es probablemente el producto de años de ardua experiencia en el laberinto de la Federación Socialista de Madrid. Simancas pudo llegar a gobernar en Madrid, con el apoyo de IU, en 2003 (era secretario general desde 2000), pero unos tránsfugas sospechosamente oportunos acabaron por malograr su victoria y facilitar la de Esperanza Aguirre. Finalmente, su regreso se ha dado de la mano de un Pedro Sánchez que decidió acabar con Tomás Gómez, y que impuso una gestora para dominar el partido este mismo año.
Nos acomodamos de manera informal en la sala más formal de todas: la institucional sala de prensa que los socialistas tienen en su sede de Ferraz, en Madrid.
¿Qué puede ofrecer Pedro Sánchez que no ofrezca por un lado Rajoy, por el otro Albert Rivera, o por otro Pablo Iglesias?
En primer lugar, un crecimiento económico acompañado de justicia: no nos vale no crecer y no nos vale crecer sin justicia. ¿Qué es crecer con justicia? Hacerlo con buenos empleos, con derechos laborales y con derechos sociales como la sanidad, la educación y la dependencia. A nuestro juicio, esto sólo lo plantea con solvencia y credibilidad el PSOE. También defendemos un nuevo impulso modernizador y reformista en el país. Estamos orgullosos de la Constitución del 78 y de nuestras instituciones, pero hay que ponerlas al día. La gente quiere más apertura, más democracia, más participación, más rendición de cuentas y transparencia. Y esto el PP no lo puede hacer y los otros no están en condiciones
Sin embargo, la regeneración de la democracia es una de las principales reivindicaciones de los partidos emergentes como Podemos o Ciudadanos
Sí, pero lo cierto es que este país ya ha tenido antes etapas de reformismo modernizador: a finales de los 70; en los 80, incorporándonos a Europa y levantando el Estado de Bienestar, en los años 2000, ampliando derechos y libertades… y el partido que lo ha logrado siempre desde el Gobierno, que tiene equipos y sabe cómo hacerlo, es el PSOE. Que Ciudadanos se presente como el partido de la regeneración democrática cuando acaba de apoyar el gobierno del partido de la Púnica y la Gürtel en la Comunidad de Madrid, le resta credibilidad. Y si la referencia de Podemos es Venezuela, tampoco allí hay un ejemplo de regeneración democrática válido para nosotros.
¿Ve usted similitudes entre el programa de Podemos y el del chavismo oficialista venezolano?
Es difícil saberlo, porque las propuestas de Podemos van cambiando día a día. Han pasado de la referencia al bolivarianismo chavista a la de la socialdemocracia europea, de salir del euro a quedarnos en él, de abandonar la OTAN a poner a un general en sus listas... Pero aunque evolucionan a toda velocidad, es evidente que existen nexos de unión con el chavismo. Juan Carlos Monedero, uno de los fundadores del partido, dijo en su día: “Cuando tengáis alguna duda, mirad al comandante Chávez”. Yo miro al comandante Chávez y no me gusta lo que veo. A nuestro juicio, Podemos no tiene credibilidad a este respecto.
Los programas electorales están llenos de promesas que rara vez se cumplen. Siendo realistas, si gana el PSOE, ¿qué medidas del Gobierno Rajoy se quedan y cuáles se van?
Se quedan las que estaban antes del Gobierno del PP y que no han tocado, que han sido pocas. Se van la reforma laboral, la LOMCE, la ley de enjuiciamiento criminal, que reduce los plazos para investigar las causas de corrupción…
¿Y la Ley Mordaza?
Sí, por supuesto, nos comprometemos a derogarla. Pero no queremos aparecer como una alternativa basada en derogaciones. Queremos derogar la reforma laboral, pero para aprobar un nuevo estatuto de trabajadores. Queremos derogar la LOMCE, pero para volver a lo que habíamos tenido hasta ahora: una ley educativa acordada con padres, estudiantes y profesores, y que no relegue a los niños y niñas en edades tempranas. Queremos derogar la ley mordaza para hacer una ley de seguridad que no limite los derechos de manifestación y reunión.
¿Y cuáles de las medidas tomadas por el Gobierno se quedarían?
Por ejemplo, el pacto antiyihadista.
¿Se ha desentendido el PSOE de sus resultados en Madrid? Las últimas encuestas preelectorales pronostican que la lista por Madrid obtendrá la mitad de diputados que en las pasadas elecciones.
Las urnas siempre nos tratan mejor que los cocineros de las encuestas. En las pasadas elecciones, el sondeo del CIS nos daba 27 diputados y sacamos 37, en las últimas elecciones autonómicas mejoramos los resultados de 2011, y estoy convencido de que va a pasar lo mismo en las generales. No nos desentendemos de Madrid, ni mucho menos, somos el segundo partido en el Parlamento regional y hemos estado a puntito de gobernar. Sólo nos ha faltado un diputado y si Ciudadanos --a pesar de sacar la bandera de la regeneración democrática-- no hubiera elegido a Cristina Cifuentes, la Púnica y la Gürtel antes que a Ángel Gabilondo, ahora estaríamos gobernando.
Sin embargo, han acabado apoyando al PSOE en Andalucía.
En Andalucía no había otra alternativa, porque tendría que haber sumado con Podemos: allí donde se puede elegir entre PP y PSOE, siempre han apostado por el PP.
¿En qué consiste la “trampa del CIS” de la que usted y otros políticos del PSOE han hablado?
Las encuestas tienen dos fases. Primero se pregunta a los ciudadanos y se establece un ranking a partir de la intención directa de voto, y después se hacen estimaciones a partir de fórmulas matemáticas decididas por el cocinero de las encuestas para incluir el voto oculto. Nosotros no estamos de acuerdo con las cocinas del CIS, porque en su estimación suman diez puntos a la intención de voto directo del PP mientras que al PSOE le suman menos de dos. Es algo completamente absurdo: estamos convencidos de que quienes dirigen el CIS en estos momentos están actuando de manera torticera, artera y al servicio de los intereses electorales del PP.
La cocina de las encuestas se suele justificar por la importancia del voto oculto al PP. ¿Tiene el PSOE también un voto oculto?
Es muy complicado cuantificar el voto oculto entre los indecisos ahora mismo, porque hay más de un 40 % de votantes que se incluyen en este grupo. Nosotros no nos oponemos al reparto estimativo de las predicciones de voto, pero lo que ha hecho el CIS no es una estimación razonable, sino una manipulación.
Ayúdenos a conocer mejor a Pedro Sánchez: ¿nos puede contar alguna anécdota que haya compartido con él?
Ahora sólo se me ocurren en cuanto a sus capacidades y a su discurso… pero he conocido a Pedro Sánchez como concejal del Ayuntamiento de Madrid, y le recuerdo como una persona que se pateaba mucho su distrito, de la mañana a la noche. Quería conocer de cerca las dificultades, y allí donde había un problema, por ejemplo de infravivienda, no se conformaba con hacer un análisis a partir de unas estadísticas: iba a ver a las personas que estaban sufriendo, recuerdo cómo visitaba conmigo esos lugares. Es una persona que se presenta a la presidencia del Gobierno habiendo tenido una experiencia institucional importante de cercanía, que es algo que no tienen ni Rivera ni Iglesias. No sé qué trabajo político a pie de calle ha hecho Rivera: parece un hombre salido de la escuela de negocios y no sé si conoce la existencia de personas que sufren. A Pablo Iglesias le oigo hacer mucho discurso revolucionario pero tampoco le he visto trabajar nunca en una institución ni en la calle. Pedro Sánchez sí lo ha hecho y yo he sido testigo de ello.
¿Cuál es su principal virtud y su principal defecto?
Hombre, sacar defectos a un candidato que queremos que sea presidente del Gobierno de aquí a cuatro días no me parece justo.
Tampoco se mojan mucho el resto de entrevistados... Algo sencillo, memorable.
Estoy tan centrado en la campaña que sólo se me ocurren virtudes… Pedro es un hombre muy trabajador, y eso es una gran virtud. Quizás el perfeccionismo es un pequeño defecto: se exige mucho.
Rafael Simancas (Kehl, Alemania, 1966) es un hombre de partido, eso se nota a la legua. Su discurso es firme y asentado, repasa los principales argumentos socialistas para estas elecciones y no vacila al responder.
Esta fortaleza es probablemente el producto de años de ardua...
Autor >
Óscar Sainz de la Maza / Ainhoa Campos
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