‘Fact checking’: ¿la esperanza del periodismo?
La verificación de datos es uno de los caminos emprendidos por nuevos medios y formatos para recuperar la credibilidad. ‘InfoLibre’ y ‘El Objetivo’ de La Sexta ya la han implantado como herramienta
Marina Lobo 27/01/2016
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Una herramienta que somete a examen a medios de comunicación, políticos, economistas y altos cargos empresariales. Que cuenta la verdad, que aporta datos claros y precisos, sin importar quién o qué salga perjudicado. Suena bien, ¿verdad? Algo así se pensó hace años en los países anglosajones y crearon lo que actualmente se conoce como Fact Checking o, traducido al español, verificación de datos. Un método que está en auge y que es capaz de poner los puntos sobre las íes.
En teoría, el fact check es una obligación del periodista. En la práctica, lamentablemente, no es así. Y de ahí el origen de este fenómeno que viene para quedarse. Según el informe de Reuters de 2015, la sociedad española está a la cabeza en interés por la información pero tiene la prensa menos fiable --sólo un 34% de la población española dice confiar en los medios de comunicación--. Índices preocupantes que vienen marcados por esa sensación --o más bien certeza-- de que existe cierta servidumbre de los medios hacia el poder.
“Hace ya tiempo que los lectores entendieron que los periodistas no actuábamos con autonomía y que las grandes cabeceras estaban dependiendo de poderes y respondían a los intereses de esos poderes”, afirma Jesús Maraña, director de InfoLibre, periódico digital en el que ya existe una sección dedicada al Fact Check. “Me parece que es una de las obligaciones del periodismo. Hemos caído hace tiempo en la declaracionitis, en hacernos altavoces de lo que dice cualquiera con información en lugar de contrastar”, añade.
“Si los ciudadanos lo sienten así es que realmente hemos hecho algo mal” (…) Lo que intentamos es aportar los datos necesarios para que los que nos ven saquen sus propias conclusiones, eso sí, sólo con cifras. Los ciudadanos ya no se dejan engañar (…), están dispuestos a dudar de lo que escuchan y les dicen. Eso siempre es bueno. La curiosidad y la inquietud mejoran la sociedad”, dicen desde el equipo de verificación de El Objetivo, programa de La Sexta.
‘Más vale tarde que nunca’, dice el refrán. El Fact Checking lleva años funcionando en la prensa anglosajona. De hecho, The Washington Post lo incluye desde 2007, tanto en la versión digital como impresa, clasificando las declaraciones según se acercan más o menos a la verdad, contrastándolas con datos, fuentes oficiales y analizando el contexto en el que se desarrollan. Después de esa comprobación, se le pone una especie de nota.
En España, por desgracia, aún hay muy pocos ejemplos. De hecho, el único medio español que fue invitado al último congreso sobre Fact Checking --en el que participaron más de 60 medios de diferentes países y ámbitos-- fue La Sexta, representada por el programa El Objetivo. En ese congreso, según relatan desde el equipo de verificación del programa que dirige Ana Pastor, compartieron experiencias y volvieron con un titular: “La verificación de datos acaba de echar a andar y tiene mucha vida por delante”.
Paralelamente, surgen nuevos medios, en teoría sin ataduras, sin “deudas” con el poder, pero los ciudadanos siguen sin confiar en ellos. Y es que, tal y como señala el director de InfoLibre, no hay medio hoy en día que no se autocalifique de ‘independiente’: “Hay medios digitales que dicen tener exclusivas cada dos horas y eso es imposible. Lo normal es que, así, metas la pata dos o tres veces por semana”.
Y aquí es donde la verificación de datos juega un papel fundamental para recuperar la credibilidad de los medios. Con un equipo de profesionales dedicado a ello, “se podría sacar, como mínimo, un ejemplo al día”, asegura Jesús Maraña.
Precisamente, esta herramienta pone en el punto de mira a los medios de comunicación, ya que, para exigir sinceridad a políticos y empresas, primero hay que exigírsela a uno mismo: “Si nos equivocamos, hay que dejarlo claro y dar la cara, lo mismo que les pedimos a los políticos”, afirman desde El Objetivo. “Es poner un espejo constantemente frente a nosotros para obligarnos a ser coherentes, correctos, a no mentir y no engañar, a hacer periodismo de verdad”, asegura Maraña.
Sin embargo, otros medios más tradicionales, como El País, se resisten a este tipo de herramienta: “Nosotros no tenemos algo así, sino que cada periodista en su área tiene que verificar los datos y sí que solemos cotejar la información, los datos y las declaraciones con estudios, expertos…”, dice Jesús Duva, periodista de El País.
¿La fórmula? La contrastación de las informaciones, búsqueda de fuentes oficiales, datos sólidos y, sobre todo, no olvidar el contexto: “Hay que mirar siempre el contexto, no se puede verificar un dato sin saber lo que se ha dicho antes o después. Una vez decidida nuestra apuesta nos interesa saber si, por ejemplo, el político ha repetido en otras ocasiones (algunos son capaces de decir tres datos diferentes en menos de una semana). Lo que más aporta es conocer lo que dice sobre el mismo tema su oponente político. En estos casos es muy común encontrar falta de rigor y manipulación, cada uno usa los datos a su antojo”, explican desde El Objetivo.
NOTA: Conscientes de la necesidad de información veraz y contrastada próximamente abriremos en CTXT nuestra propia sección de Fact Check.
Una herramienta que somete a examen a medios de comunicación, políticos, economistas y altos cargos empresariales. Que cuenta la verdad, que aporta datos claros y precisos, sin importar quién o qué salga perjudicado. Suena bien, ¿verdad? Algo así se pensó hace años en los países anglosajones y crearon lo que...
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Marina Lobo
Periodista, aunque en mi casa siempre me han dicho que soy un poco payasina. Soy de León, escucho trap y dicen que soy guapa para no ser votante de Ciudadanos.
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