6 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

1. Tabaquería

   Cada autor, cada obra tiene una connotación única e intransferible para cada uno. En el caso de Cortázar, aunque lo he leído en edad adulta, su evocación me trae otra más lejana, más amada, por inasible, pero imprecisa a la vez y que algo tiene que ver con él lúcido análisis de José Luis Merino sobre la calidad de una y otra etapa del argentino: la de mi infancia, la de escuchar, sin saber muy bien lo que entendía, cómo en mi casa se hablaba, se discutía y se veneraban sus escritos, especialmente Rayuela; la de observar con detenimiento, en ociosa e infantil quietud, uno a uno los lomos de tal o cual estantería, y recaer siempre en la de los argentinos, con Rayuela, surcado y vivido de tanto abrirlo. Si Cortázar derivó, perdiendo frescura y ganando cierto "panfletismo", siempre nos quedará el recuerdo y sus páginas más nobles... Ese recuerdo que el post de esta semana nos ha devuelto, intacto, como todos los recuerdos hermosos.

   Hace 8 años 11 meses

2. Bilbostetic

   De las muchas frases del gran Cortazar, me quedo con estas muy humanas y que dejan al descubierto su gran inteligencia. "Mi madre fue muy imaginativa y con una cierta visión del mundo. No era una gente culta pero era incurablemente romántica y me inició en las novelas de viajes. (...) Mi madre leía mala literatura, no era culta pero su imaginación me abría otras puertas. Teníamos un juego: "Mirar el cielo y buscar la forma de las nubes e inventar grandes historias. " Esto ocurría en Banfield. Mis amigos no tenían esa suerte. No tenían madres que mirasen las nubes"....... Qué bonito esos recuerdos, y que bonito que esa relación con su madre haya sido algo transcendental en su vida.

   Hace 8 años 11 meses

3. Nely García

   Lo insignificante puede ser muy significativo y lo percibido es la esencia del escritor. Rayuela nos envuelve en esa bohemia que solo en París se hace realidad, donde los artistas se mueven en campos de marginación creativa, que se entremezclan con lo selecto de la sociedad, con los emigrantes excluidos y toda clase de personas marginadas en sus diferentes grados , además de otras evidencias singulares.

   Hace 8 años 11 meses

4. Beatriz Basenji

   Por si no ha quedado claro, mi comentario sobre Aurora ( la esposa de Julio Cortázar) a propósito de la anécdota narrada por Santiago Fernández. Aurora debió ser para Cortázar, la Gala de Salvador Dalí.

   Hace 8 años 11 meses

5. Beatriz Basenji

   Respiramos. Luego existimos. Aurora también sabía crear la "leyenda" , que es la que siempre sobrevive al hombre.

   Hace 8 años 11 meses

6. Santiago Fernández

   Hace más de cuarenta años yo me acerqué a una de las mejores librerías de Bilbao, Herriak; allí estaba D. José Luis Merino recomendando lecturas y autores. En aquella ocasión todo eran elogios para un tal Julio Cortazar, me compré un pequeño librito titulado “Cronopios y famas”. Camino de casa, lo abrí al azar y me encontré con el siguiente texto: “Un cronopio va a abrir la puerta de calle, y al meter la mano en el bolsillo para sacar la llave lo que saca es una caja de fósforos, entonces este cronopio se aflige mucho y empieza a pensar que si en vez de la llave encuentra los fósforos, sería horrible que el mundo se hubiera desplazado de golpe, y a lo mejor si los fósforos están donde la llave, puede suceder que encuentre la billetera llena de fósforos, y la azucarera llena de dinero, y el piano lleno de azúcar, y la guía del teléfono llena de música, y el ropero lleno de abonados, y la cama llena de trajes, y los floreros llenos de sábanas, y los tranvías llenos de rosas, y los campos llenos de tranvías….”; La Foto salió movida; Historias de Cronopios y famas) …………………………………………….. Un texto mágico y es que a Julio le gustaba jugar con las palabras y con la vida. Esa vida tan intensa que refleja en uno de sus entrevistas: ................................... «Yo creo que desde muy pequeño mi desdicha y mi dicha, al mismo tiempo, fue el no aceptar las cosas como me eran dadas. A mí no me bastaba con que me dijeran que eso era una mesa, o que la palabra madre era la palabra madre y ahí se acaba todo. Al contrario, en el objeto mesa y en la palabra madre empezaba para mí un itinerario misterioso que a veces llegaba a franquear y en el que a veces me estrellaba. En suma, desde pequeño, mi relación con las palabras, con la escritura, no se diferencia de mi relación con el mundo en general. Yo parezco haber nacido para no aceptar las cosas tal como me son dadas.» Julio Cortázar ..................................... Luego leí Rayuela, un mundo soñado en esa época: la maga, París, Buenos Aires, el Jazz, la poesía,…Una novela desordenada con mucho orden. El amor apasionado de Oliveira y La Maga, los miembros del Club de la Serpiente, los paseos por París,… tiene su contrapunto simétrico en Argentina con Oliveira, Talita y Traveler ; es como un juego de espejos. Creo que es una novela total. Vinieron muchos más ( como muy bien recuerda José Luis), pero aquella magia inicial de Julio se fue apagando, quedaban rescoldos, fogonazos, trinos en el aire. A medida que la poesía cortaziana se fue perdiendo su alma se fue politizando ("La revolución cubana… me mostró de una manera cruel y que me dolió mucho el gran vacío político que había en mí, ….”) Para finalizar no me resisto a comentar la historia que Aurora (su primera mujer) contó en una ocasión a propósito de la pasión que tenía Julio por la lectura. “viajaban a mediados de los años cincuenta, por Italia, moviéndose en tren de una ciudad a otra. Para no cargar peso innecesario decidieron comprar los libros en los quioscos de las estaciones, elegían ediciones baratas,…que leían juntos, a medias. Comenzaba casi siempre Julio, que, al terminar una página, la arrancaba del libro y se la pasaba a Aurora, que leía a su lado y después la arrojaba por la ventanilla” ¿No es fabulosa esa preciosa metáfora que preñó el suelo italiano? Gracias amigo José Luis, como ves cuarenta años después estamos hablando del gran Julio y sus cronopios. Un saludo. Santi

   Hace 8 años 11 meses