La semana de mala prensa empezó por todo lo alto. El diario de Pedro Jota se descolgaba de la decencia el pasado sábado con este titular, que mezclaba falsedad, medias verdades y anemia ética consiguiendo el impacto perfecto quizá entre el sector de lectores que siguen el nuevo proyecto del superperiodista para conocer de una vez la autoría del 11-M. Ese público debió sentirse muy reconfortado con el artículo firmado por Alberto Lardiés, pero no el resto de consumidores de prensa que esperan algo más que la lucha de clics frente a los titulares de La Gaceta. El titular entraba en la cabeza del público objetivo para el que estaba diseñado de la siguiente forma: “Ya han llegado estos rojos perroflautas okupando el ayuntamiento” y “Estamos pagándole sueldos a unos tipos que van por ahí abortando como hobby”. Si creen que exagero, salgan a la calle. O lean prensa exótica.

La noticia a la que la realidad no le estropeó el titular obvia los años de experiencia ejerciendo trabajos para administraciones públicas de distintos colores que tiene la persona que asesora al concejal Zapata, obvia la reducción de casi la mitad de los cargos de confianza del gobierno municipal de Carmena respecto al anterior de la preparadísima y esposa de nadie Ana Botella y obvia que estos asesores de Ahora Madrid no meten en su bolsillo más de 36.000 euros anuales frente a los 50.000 habituales. Obvia todo esto creando una falsa sensación de derroche de arcas públicas aliñada con la barbarie de abortar como hobby. Pedro Jota, tras justificar en varias ocasiones desde su cuenta de Twitter lo publicado – y el silencio desde la suya del joven testaferro autor de la pieza--, corrigió el titular, quedando eliminada la referencia al aborto.

Titulaba así ABC la noticia de una concentración en apoyo de los dos titiriteros detenidos la semana anterior y calificaba de “grupúsculos antisistema” a los ciudadanos de Granada a los que les pareció denunciable la irregular prisión preventiva aplicada a sus dos vecinos.

La extrema izquierda granadina tiene bien engrasados todos sus resortes, y ha reaccionado como un solo hombre en los últimos días para apoyar al grupo de titiriteros acusados de enaltecimiento al terrorismo tras representar la obra La bruja y Don Cristóbal en el carnaval de Madrid. (…) La esfera artística underground granadina siempre se ha caracterizado por su tolerancia con los antisistema. Y cuando llegan los problemas, en un momento convulso como el actual, todos los movimientos, grupos y grupúsculos actúan al unísono.

Criminalizaba así en su edición local de Granada el periódico ABC al movimiento cultural granadino en general, perdiéndose la oportunidad histórica de relacionar la música indie (ETA) con la tradición musulmana de la ciudad (ALKA) y cerrar el círculo que explicara las relaciones entre el bar del batería de Los Planetas y la apología del terrorismo. El artículo, obviamente, en ningún momento hacía referencia a la polémica y corregida decisión de aplicar la ley antiterrorista contra quien representaba una ficción.

La columnista Ana Rosa Sanfeliu dedicaba su columna de El Mundo a Abel Azcona, artista imputado por delito contra los sentimientos religiosos tras una performance en la que conformaba la palabra pederastia con hostias consagradas. En un texto lleno de insultos contra el artista (impresentable, terrorista, etarra y asesino) hace un repaso por todos los tópicos cavernarios usados en estos casos, entre los que destaca el infalible “con el islam no se atreve”:

Lo peor de todo esto es que parece que esta cultureta aberrante solo satisface sus bajos instintos si se mete con la religión. Pero no con cualquier religión, porque si no se meterían con los islámicos y sus mujeres veladas, sus homosexuales asesinados. No, con esos no se meten. Supongo que por si acaso.

Estamos seguros de que cuando Ana Rosa Sanfeliu lea esto y descubra que el argumento “peor de todos” se le ha caído, porque Azcona sí ha hecho performances relacionadas con el islam, corregirá su artículo.

El nuevo diario de Eduardo Inda denunciaba esta semana una exposición de coños en el Madrid de Carmena. Tal y como suena, el periodista conocido por su compromiso con la libertad en los dos países concretos del mundo Venezuela e Irán denunciaba esta semana en su medio una exposición a la que podrían acceder niños y ver vaginas. Dibujos de vaginas, esculturas de vaginas, e incluso manchas de tinta que pueden parecer elefantes pero que en realidad, si uno observa bien y está bajo tutela psicológica de Eduardo Inda, son vaginas. Carmena lo permitió, señala el diario de Inda, y los niños –nadie piensa en los niños en Madrid- podrían haberlas visto, sumándose el trauma al del traje de Gaspar.

Un grupo de padres del distrito de Tetuán protestó y el Ayuntamiento de Manuela Carmena retiró la exposición dos días antes del final previsto para evitar problemas. Ya estamos un paso más cerca del Irán prometido.