La pesadilla de los préstamos renta universidad
Miles de jóvenes, muchos de ellos aún fuera del mercado laboral o con trabajos precarios, se encuentran atrapados en la devolución de los créditos que el Gobierno de Zapatero puso en marcha en 2007 y cuyas condiciones se han endurecido
Carla Pina 30/03/2016
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Una oportunidad de futuro. Mediante este conocido eslogan, el Ministerio de Educación y las entidades financieras colocaban a los jóvenes los Préstamos Renta Universidad (PRU), unos productos financieros complejos al más puro estilo de los créditos universitarios americanos y que se han convertido para ellos en una auténtica pesadilla. Los estudiantes pensaron que seguir formándose les serviría como refugio durante la crisis, entonces llamada recesión económica, que acababa de irrumpir acompañada de palabras todavía desconocidas para muchos como burbuja, acciones preferentes o prima de riesgo.
Así como creían en que si continuaban estudiando conseguirían un requisito indispensable para incorporarse al mercado laboral y en unos años tendrían un sueldo cuando menos aceptable. Sin embargo, muchos de ellos lo único que lograron fue hipotecarse económicamente y se vieron fuera de un sistema antes de entrar en él.
Fue el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero el que presentó en el año 2007 la primera línea de crédito destinada, exclusivamente, a financiar el estudio de másteres o doctorados y cuya devolución se ligaba a una renta futura. Un total de 15.623 alumnos de diferentes universidades, según las cifras que manejan los propios afectados, accedieron a uno de estos préstamos que promocionaban el Ministerio de Educación y el Instituto de Crédito Oficial (ICO) y que se canalizaban a través de entidades bancarias como el Banco Santander o el Banco Popular, entre otras, durante las cuatro convocatorias en las que estuvieron vigentes.
En la primera convocatoria, los dos primeros años de vigencia del préstamo eran de carencia obligatoria, el interés de devolución del mismo era 0% y se requería tener una renta superior a 22.000 euros al año para comenzar a hacer efectiva la devolución. Además, la deuda desaparecía si transcurridos 15 años desde la formalización de la operación no se había alcanzado ese nivel de renta mínima. Sin embargo, las condiciones para devolver dicho dinero se endurecieron gradualmente y en las convocatorias posteriores desapareció el requisito de llegar a 22.000€ anuales a la par que aparecieron los intereses.
Pedimos empezar a devolver el préstamo cuando tengamos unos ingresos para hacerlo
Según denuncian desde la Plataforma de Afectados por los Préstamos Renta Universidad, un movimiento que exige equiparar las condiciones de devolución del préstamo de todas las convocatorias, las consecuencias de la propuesta socialista de aumentar el número de estudiantes con títulos superiores les han hipotecado su futuro. “No pretendemos eludir nuestra responsabilidad como deudores, sino que pedimos empezar a devolver el préstamo cuando tengamos unos ingresos para hacerlo. Es decir, que se haga frente al mismo cuando la persona deudora tenga un nivel de renta anual superior a 22.000€ y si transcurridos 15 años no se alcanza ese umbral, que la deuda prescriba”, reclaman.
Exceptuando los 3.463 estudiantes de la primera convocatoria, en la única de las cuatro que sí se recoge el supuesto del umbral de renta de 22.000€ brutos anuales como condición para empezar a devolver el préstamo, el resto de jóvenes tienen que empezar su amortización en cuanto agotan los años de carencia que ofrecía este producto, independientemente de que tengan ingresos o no y del nivel de los mismos. Desde la plataforma alegan que la devolución de este préstamo “no es justa en muchas ocasiones”. Ni siquiera para aquellos que están dentro del mercado laboral, ya que los trabajadores que alcanzan 1.000€ mensuales son una especie en peligro de extinción.
De hecho, como en muchas ocasiones los damnificados no pueden afrontar la deuda, son los familiares cercanos, madres, padres, hermanos o novias, que en algunos casos ya viven su propia situación de desempleo o de precariedad laboral, los que hacen frente a las cuotas mensuales del préstamo.
Deficiencias de comunicación
Desde la plataforma explican que durante el proceso de solicitud del préstamo hubo graves deficiencias de comunicación, empezando por la ignorancia de muchos trabajadores financieros que desconocían parcial o totalmente las características específicas de este préstamo, al igual que sucedió durante aquellos años con otros tipos de productos financieros. De hecho, los trípticos y los folletos informativos del Banco Santander aseguraban que el PRU era un préstamo sin condiciones. Un dato que desde la plataforma consideran incierto, ya que los prestatarios tienen la obligación de pagar una comisión de penalización de 30€ en caso de impago de la cuota.
Según quedó reflejado en el BOE, ese plazo es de 90 días naturales siguientes a la fecha de amortización, mientras que las entidades lo cobran a 30 días. Los damnificados se muestran indignados por estas comisiones que no se explicaron de forma correcta cuando firmaban en el banco: “Las entidades financieras lo ejecutan como préstamo normal cuando se trata, como su propio nombre indica, de un préstamo ligado a la renta futura de la persona que lo ha contratado”, insisten.
En opinión de este movimiento, la responsabilidad de la cadena Gobierno-ICO-bancos es absoluta al no haber informado de forma adecuada “en cuanto a la amortización del préstamo”. Tampoco en ninguno de los textos introductorios del BOE de las diferentes convocatorias, confirman los jóvenes, se mencionaban dichos cambios, pero sí se citan las modificaciones que sufrieron dichos préstamos en cuanto a incremento de la dotación, la ampliación de la oferta a otros países o la ampliación de la fase de los estudios de doctorado.
Se publicitaron con condiciones correspondientes a años anteriores e indicando que este préstamo tenía un interés cero
Aunque existen varias entidades financieras que actuaron como mediadoras entre el Ministerio de Educación, institución que no ha querido responder a las cuestiones planteadas sobre este asunto, y los jóvenes. El Banco Santander, que también ha declinado participar en este reportaje, fue uno de los mayores partícipes de estos préstamos e incluso llegó a publicitar el producto con condiciones que no eran correctas. “Algunas sucursales promocionaban el préstamo 2010/2011 con condiciones de 2009/2010 y lo mismo ocurre con la promoción de 2009/2010, que se publicitó con condiciones correspondientes a años anteriores e indicando que este préstamo tenía un interés cero”, aseguran los afectados.
Sus quejas apenas han despertado el interés de algún político, aunque para ellos este problema se ha convertido en una auténtica pesadilla que se manifiesta cada mes en sus cuentas corrientes. Solo el grupo Izquierda Unida presentó, el 25 de marzo de 2015, una proposición no de ley en el Parlamento exigiendo al Gobierno que las características para devolver el préstamo fueran las mismas para todas las convocatorias, lo mismo que reclaman desde la plataforma. Sin embargo, no obtuvieron ninguna respuesta. Siguen llevando a cuestas la hipoteca por haber invertido en su propia formación.
Una oportunidad de futuro. Mediante este conocido eslogan, el Ministerio de Educación y las entidades financieras colocaban a los jóvenes los Préstamos Renta Universidad (PRU), unos productos financieros complejos al más puro estilo de los créditos universitarios americanos y que se han...
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