Tribuna
Algunas cuestiones sobre la aplicación del tratado de la UE con Turquía
Joaquín Urías 19/04/2016
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Acabo de llegar de mes y medio trabajando en Grecia con refugiados y encuentro que en nuestro país muchos ciudadanos no terminan de enterarse de qué está pasando exactamente en este momento con los refugiados en Grecia. Estas son algunas de las preguntas que más me hacen, y sus respuestas.
¿Siguen llegando refugiados a Grecia?
Curiosamente, desde el mismo día en que entró en vigor el pacto entre la UE y Turquía se redujo drásticamente el número de refugiados que llegan a las islas griegas.
Eso demuestra que las autoridades turcas, si quieren, pueden controlar y limitar la salida de refugiados desde sus costas. Turquía quiere demostrar que si de verdad le dan los millones de euros prometidos, dejarán de llegar refugiados. Al mismo tiempo amenaza con que si no se los dan, el éxodo se reanudará.
Oficialmente lo que ha hecho Turquía es prohibir que los refugiados asentados en otras provincias turcas se desplacen a la zona de Izmir, en la costa frente a las islas griegas. Han puesto controles en las carreteras de alrededor y revisan que en los autocares que pasan no haya refugiados.
También han incrementado la acción de sus guardacostas, que interceptan las barcas de refugiados y las obligan a volver a tierra. A veces para eso usan métodos que ponen en riesgo la vida de los refugiados, como golpes con largos bastones o chorros de agua a presión.
De todas formas nunca se ha interrumpido del todo el flujo de inmigrantes. En verano de 2015 hubo días en los que llegaron siete mil personas a Lesbos. Ahora la media está en unos doscientos al día. Pero no dejan de llegar.
¿En qué condiciones están los refugiados que llegan a Grecia ahora?
Esencialmente, hay dos categorías de refugiados según llegaran antes o después del día 20 de marzo, cuando entró en vigor el acuerdo UE-Turquía.
Los refugiados que han llegado a Grecia después del 20 de marzo están detenidos. A la inmensa mayoría los interceptan en el mar las patrulleras de Frontex, una misión de la UE para la protección de fronteras. Hay patrulleras de muchos países europeos patrullando la costa griega. Recogen a los refugiados del agua y ahí mismo les informan de que están detenidos.
Luego, los refugiados son trasladados en autobuses policiales con personal de Acnur hasta uno de los dos centros de detención establecidos en las islas de Chíos y Lesbos. En esos centros las condiciones de vida son terribles. En el de Lesbos, el centro de Moria, hay hacinadas más de tres mil personas, aunque el lugar apenas tiene capacidad para dos mil. Muchos duermen al raso. Han estallado ya las primeras peleas por la comida.
Muchos de los detenidos son familias completas, de manera que oficialmente hay detenidos y encerrados en estas condiciones varios centenares de bebés y niños de muy corta edad.
La intención del Gobierno griego es devolverlos a Turquía, pero no pueden hacerlo porque la mayoría ha pedido asilo en Grecia y hasta que esa solicitud no se resuelva, no se los puede devolver. Hay dudas acerca de si Grecia respetará la normativa europea en este terreno. Preocupa el ejemplo de los centenares de niños detenidos: las normas europeas prohíben terminantemente el internamiento forzado de menores, salvo en ocasiones puntuales, por un tiempo muy limitado y –ellos y sus familias-- en lugares separados de los mayores.
¿Han empezado las deportaciones?
El tratado con Turquía prevé la devolución a Turquía de los refugiados que lleguen a las islas griegas.
El Gobierno griego con la colaboración de Frontex, ha organizado varios envíos de personas de vuelta a Turquía. Sin embargo, hasta la fecha, en estas deportaciones no se ha enviado a refugiados llegados después de la entrada en vigor del acuerdo. Se ha devuelto a varios centenares de personas de las que la Unión Europea considera “migrantes económicos”. La inmensa mayoría, hombres procedentes de Pakistán, Bangladesh y Nepal que habían llegado irregularmente hace varios meses.
No se ha devuelto aún a familias sirias, iraquíes ni afganas. Y no puede hacerse hasta que se resuelvan sus peticiones de asilo. Normalmente estas peticiones tardan años en resolverse en Grecia. Esta vez se quiere hacer por una vía rápida que tardaría sólo dos semanas. Sin embargo, para eso hace falta contar con un gran número de funcionarios, abogados y jueces. Grecia ha pedido ayuda a otros países de la Unión Europea que están mandando funcionarios de apoyo, pero aún no se sabe si será posible aplicar esta medida. En todo caso, los refugiados tendrán derecho a recurrir las decisiones ante los tribunales griegos.
¿Qué sucede con los refugiados llegados a Grecia antes?
En febrero pasado Macedonia, empujada por Austria, cerró a los refugiados su frontera con Grecia. Eso implica que los refugiados que llegan a Grecia no pueden continuar su camino hacia Europa central. Sin embargo, los refugiados han seguido llegando. Así, Grecia de pronto ha dejado de ser sólo un país de paso y se ha encontrado con más de cincuenta mil refugiados varados en su territorio.
El acuerdo entre la UE y Turquía no da una salida clara a estos refugiados. Se suponía que algunos iban a ser realojados en otros países europeos pero de una parte el sistema de cuotas aún no funciona y de otra en ese realojamiento tendrán preferencia los refugiados que están en Turquía. Un refugiado de Turquía será realojado en Europa por cada uno que se deporte de las islas.
La enorme cantidad de refugiados en Grecia supone un problema humanitario impresionante. Grecia no ha invitado oficialmente a Acnur a asumir su alojamiento y sus autoridades han creado más de cuarenta campos de refugiados dispersos por toda la geografía del país helénico. La mayoría son campos militares, con tiendas de campaña y sin más servicios que la comida.
Pese a eso en estos momentos hay unos once mil refugiados en Idomeni, un campo improvisado justo en la frontera con Macedonia, junto a las alambradas. Otros cinco mil están en el puerto del Pireo, acampados en los muelles y las terminales.
Grecia quiere acabar con estos dos campos improvisados y trasladar a los refugiados a los centros que están construyendo los militares. Los refugiados se niegan por diversas razones. Básicamente, dos: de una parte, quieren estar cerca de la frontera de Macedonia por si finalmente se abre y pudieran continuar su camino; de otra parte, entienden que las condiciones en estos campos no tienen el mínimo vital necesario. Están sobre el suelo de tierra, las tiendas son calurosas y no dan un mínimo de intimidad a las familias, en muchas no hay duchas, ni reparto estable de útiles higiénicos. Implican vivir en condiciones realmente pésimas. Por supuesto no hay colegios ni guarderías para los niños.
En todo caso las autoridades griegas amenazan con un desalojo forzoso, sobre todo de los del puerto del Pireo, que quieren tener vacío para el inicio de la temporada vacacional.
¿Se aplicará de verdad el tratado con Turquía?
Es difícil saberlo. Si Turquía mantiene el control de su frontera y no crece el número de refugiados que llegan a las islas griegas es muy probable que Europa siga adelante, al menos, con los pagos económicos.
Las deportaciones no se sabe si podrán ponerse en marcha. El tema de las demandas de asilo no se había pensado y es complicado respetar la legalidad al tiempo que reducir los plazos para resolverlas. Si se tarda mucho, el alojamiento de los refugiados como detenidos parece que puede volverse problemático y es posible que dejen de estar detenidos. En todo caso, la UE podría conformarse con el ritmo actual de llegadas.
Por otro lado el realojamiento de refugiados parece complicado de aplicar. Muchos países se han negado a aceptar cuotas de refugiados, la canciller alemana no parece que tenga internamente fuerza para obligar a esos países reticentes. Mientras el problema de la bolsa de refugiados sea exclusivamente un problema griego es difícil que nadie presione para imponer las cuotas. La situación actual es cómoda para Alemania, Austria y los países más reticentes a las cuotas de refugiados.
¿Qué se ha perdido en este camino?
El principal efecto del tratado con Turquía es que supone una inflexión en el modo de tratar a los refugiados en la Unión Europea. Por primera vez en la historia se ha pasado de la compasión y el apoyo a quienes huyen de la guerra al rechazo.
La nueva posición europea tendrá efectos determinantes en el concepto de Europa y en la aceptación social de la Unión. Europa ya no representa un ideal de derechos humanos y unos valores humanistas. Se ha vuelto una fortaleza deshumanizada e insolidaria. Y eso molesta a muchísimos ciudadanos y desencanta a muchos más.
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Joaquín Urias. Profesor de Derecho Constitucional y voluntario en Lesbos y El Pireo.
Acabo de llegar de mes y medio trabajando en Grecia con refugiados y encuentro que en nuestro país muchos ciudadanos no terminan de enterarse de qué está pasando exactamente en este momento con los refugiados en Grecia. Estas son algunas de las preguntas que más me hacen, y sus respuestas.
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Joaquín Urías
Es profesor de Derecho Constitucional. Exletrado del Tribunal Constitucional.
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