Otegi reaparece como la gran esperanza de la izquierda ‘abertzale’
“Llevaré con cierta satisfacción que el Estado crea que soy el `lehendakari` más peligroso para sus intereses”, afirma en su primera comparecencia después de salir de prisión hace un mes y medio
Isabel Camacho Bilbao , 19/04/2016
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A Arnaldo Otegi no se le había vuelvo a ver públicamente desde que abandonó la prisión de Logroño hace un mes y medio, tras pasar más de seis años entre rejas. La gran esperanza de la izquierda abertzale reaparece en rueda de prensa en Bilbao a escasos seis meses de las elecciones autonómicas vascas mucho más delgado, “más guapo” –según los comentarios-- y sonriente. Porque Otegi sonríe mucho, se muestra relajado y lo mismo cita un proverbio chino que a Yanis Varoufakis. Incluso es capaz de provocar la risa entre los periodistas cuando, tras inquirirle por la detención de varios dirigentes de Manos Limpias horas antes, responde que es la primera vez que le preguntan en directo por una detención que no sea de uno de los suyos.
Asegura que no quiere ser arrogante, pero que sería un honor ser el candidato a lehendakari que el Estado no quiere. “Si Varoufakis dijo que llevaba con honor el rencor de los acreedores, yo llevaré con cierta satisfacción que el Estado crea que soy el lehendakari más peligroso para sus intereses. Y, realmente, lo voy a ser”, son sus palabras.
Lo cierto es que el secretario general de Sortu desconoce aún si podrá presentar oficialmente su candidatura en los comicios vascos de octubre. No es necesario recurrir a la bola de cristal para asegurar que las bases de EA, Aralar y Alternatiba, que conforman ese partido, le auparán con sus votos, pero serán necesarias ciertas artes de prestidigitación para que la Justicia se lo permita. Tiene el 98% de posibilidades de sortear los obstáculos legales, según el fiscal jefe del País Vasco, pero sabe que la oposición del PP y su aparato judicial será dura. “Estoy persuadido de que el Estado español pondrá todas las trabas para impedírmelo. Aunque en términos jurídicos es imposible, va a ser su intento”.
Si logra encabezar la lista de EH-Bildu, el efecto Otegi deberá convencer a aquellos de los suyos que en las últimas elecciones municipales cambiaron la papeleta abertzale por la de Podemos. La formación morada ha arrebatado un voto tradicionalmente abertzale que no está dispuesta a perder. Sus bases, como las de EH Bildu con Otegi, debaten estos días la propuesta oficial para que la magistrada Garbiñe Biurrun encabece sus listas a la Lehendakaritza (Presidencia).
Si, como se da por seguro, la militancia respalda la propuesta y la jueza la acepta, Otegi tendrá enfrente a una mujer de prestigio profesional y personal. Euskaldun, favorable al derecho a decidir, que estuvo próxima a Esker Batua- Izquierda Unida y acostumbrada a debatir ante las cámaras de televisión.
EH Bildu ya ha manifestado en distintas ocasiones su deseo de pactar con Podemos en la búsqueda de un frente político que haga sombra al PNV. Por el momento, Podemos ya ha dicho que no cuenten con ellos si el frente es independentista. Pero quizá no se llegue a ese extremo. Parece que Otegi huye de frentes y aboga por un lehendakari “capaz de conectar con la mayoría social del país y transformarla”.
Defiende que lo esencial es distinguir entre “estar en el Gobierno” y “gobernar”. Y él y los suyos quieren gobernar para cambiar las cosas. A los primeros les daría igual el programa o las maneras porque su objetivo es estar y no transformar la sociedad, incluso “como estrategia de salvación laboral, llega a decir.
En esta carrera, Otegi se presenta como “uno más” que aportará lo que pueda. Pero, aunque sea sincero, la realidad es que solo él puede ahora mismo colocar la izquierda abertzale en el lugar en el que estuvo.
Por el momento, en su primera comparecencia ha realizado tres promesas. Porque tres son las tareas que planea abordar con una “sonrisa” durante los próximos meses. Son, por este orden: la transformación social, recorrer el camino de la soberanía, al estilo catalán --porque no es el que se elige sino el que dejan, recalcó--, y cerrar el ciclo de la violencia de ETA resolviendo sus consecuencias que, en definitiva, es que los presos y exiliados vuelvan.
Aunque Otegi reconoce que habrá que ver cómo, en qué tiempos y circunstancias. Y en este volver, se sitúa frente al colectivo de disidentes de Sortu que exigen la amnistía para los más de 400 reclusos de ETA. Otegi es favorable a todo aquello que posibilita la ley y a lo que históricamente ha prohibido ETA y respaldado la propia izquierda abertzale. Pero los tiempos son otros y sin el ruido de las pistolas y las bombas todos los caminos son buenos si se trata de sacar a la gente de la cárcel, viene a decir Otegi.
Como aval de que la izquierda abertzale cumple lo que promete, Otegi presume de que son ellos quienes han traído la paz a Euskadi. La parte que les correspondía, que no es toda la paz porque el resto le corresponde al Estado, que a su juicio no ha hecho nada.
Y cuando le preguntan cuándo reconocerá la izquierda abertzale el daño causado, tal y como le piden todos los partidos, resalta que ya lo ha hecho y responsabiliza a quienes lo exigen de temer el debate político democrático. “Obedece a estrategias predeterminadas”. Para ellos, nada de lo que hagan será suficiente, alega. Lo fundamental, incide, es que la lucha armada o “el terrorismo” –término nunca usado por la izquierda abertzale, pero que en este caso cita para recordar que así lo llaman otros-- ha desaparecido hace años. Eso sí, aún tienen más cosas que hacer y las harán. “No estamos pidiendo que se pongan nuestros nombres a las calles, pero hay que valorar lo que hemos hecho y lo que no”.
El recién incorporado a la vida política activa desconfía de que haya una segunda transición con un cambio en el Gobierno de España que plantee la “ruptura con el régimen anterior”, sino todo lo contrario: prevé una regresión. Pese al escepticismo, matiza que el independentismo está interesado en que no haya una evolución de ese tipo. “Incluso podría comprometerse a ayudar en esa dirección”.
Según Otegi, España y el Estado actual están corrompidos, y el origen es la transición española. 40 años de dictadura y represión no se transforman por arte de magia. Para sus protagonistas y descendientes, asegura, “llevarse el dinero no es un acto de lesa humanidad”. Y esa una razón más para entender que quienes viven en Euskadi, hayan nacido donde sea, y de la ideología que sean, quieren vivir en un Estado decente, y que el único camino es "recuperar la soberanía nacional".
Otegi viajará a Irlanda y Bélgica próximamente; antes irá a Cataluña. En Tarragona ha descansado con su familia durante unos días. Porque como dice en su primera comparecencia, ellos también tienen familia. No se recuerda que un dirigente vasco haya hablado de la necesidad de dedicarse a los suyos. Al término de la comparecencia, algún periodista le expresa su alegría porque esté libre. Él sonríe.
A Arnaldo Otegi no se le había vuelvo a ver públicamente desde que abandonó la prisión de Logroño hace un mes y medio, tras pasar más de seis años entre rejas. La gran esperanza de la izquierda abertzale reaparece en rueda de prensa en Bilbao a escasos seis meses de las elecciones autonómicas...
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Isabel Camacho
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