Borja Sémper / Presidente del PP en Gipuzcoa y portavoz parlamentario
“La izquierda abertzale tiene pendiente condenar a ETA, pero Euskadi ya vive un tiempo de paz”
Isabel Camacho 4/11/2015
Borja Sémper, presidente del PP de Guipúzcoa.
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Hay instantes que permanecen imborrables en la memoria sin saber muy bien por qué. Pasa el tiempo y allí se quedan a modo de tatuaje a prueba de láser. En el caso de Borja Sémper (Irún, Gipuzkoa, 1976), es el coraje de un chaval de 18 o 19 años en un tiempo en que ETA dejaba un muerto en la calle cada tres días. Tiempos de plomo que ya son lejanos aunque las heridas no se hayan cerrado del todo. “La izquierda abertzale tiene pendiente condenar a ETA, pero Euskadi ya vive un tiempo de paz”, sostiene el presidente del PP guipuzcoano. Le preocupa que haya una generación de vascos “que cree que usar la violencia tiene justificación en determinados momentos”.
Con un PP vasco en caída libre –más de 50.000 votos perdidos-- y malas perspectivas, Sémper quiere recuperar la confianza de los ciudadanos que les apoyaban en su lucha contra ETA y ahora les han dejado de lado.
De todo ello, y hasta de Aznar y Otegi, habla en esta entrevista tras la dimisión de Arantza Quiroga como presidenta de los populares vascos. Sémper no ha charlado con su amiga y exjefa desde que ésta decidiera desaparecer de la escena pública después de ser desautorizada por la dirección del PP cuando intentaba acercar a la izquierda abertzale al diálogo a través de la ponencia Justicia y Convivencia.
Más allá del País Vasco, Sémper se atreve a afirmar que Mariano Rajoy será el próximo presidente de España, “pero con dificultades”, y afirma: “La próxima legislatura debería ser la de las reformas que modernicen las instituciones en España”.
Mariano Rajoy ha hecho un balance triunfalista de la legislatura. Usted, que tiene fama de ser crítico, diga algo que haya hecho mal.
Ha sido una legislatura extremadamente complicada para ser presidente del Gobierno. Pero es ahí donde se demuestra la talla de la gente. Y creo que en lo económico, a pesar de los esfuerzos que se han pedido a la gente, nadie podrá decir que hoy España es igual que hace cuatro años. Cuando se consolide la situación económica, habrá que girar los ojos hacia aquellos que más han sufrido. Y, en cuanto a los errores, pues probablemente habrá habido errores de comunicación pero no porque se haya hecho mal sino porque se debería haber hecho más, y creo que el propio presidente del Gobierno lo ha asumido e interiorizado. Ahora, toca el tiempo de la política.
Seguro que los casos de corrupción les han pasado factura. Hay una buena colección de encausados judicialmente. Y esas otras causas que se han archivado gracias al control judicial.
Los casos nos han indignado y especialmente a los miembros del PP. Lo que sucede es que los controles han fallado. Alcaldes y personas con responsabilidad en el Gobierno aprovechaban para enriquecerse y frente a ello fallaron los controles. Y eso es algo que hizo reaccionar al Gobierno. Si algo se nos puede achacar, y es verdad, es una reacción inicial lenta. Ahora lo que debe pasar es que les caiga un buen puro a aquellos que metieron la mano en la caja.
El caso Gürtel, Bárcenas y su relación con María Dolores de Cospedal y el propio Mariano Rajoy… En fin, parece que hubo más que una reacción lenta.
Por eso digo que la reacción no aportó tranquilidad. Se tardó en reaccionar y eso nos ha pasado factura.
¿Es inevitable la corrupción cuando se está muchos años en el poder? ¿Le asusta que esté generalizado el pago del 3%?
Me asusta mucho cuando los políticos nos creemos con la capacidad de exigirle pasta a un empresario o a un emprendedor. Pero no va a volver a pasar porque en esta legislatura se han introducido reformas legales que lo van a impedir. Aunque corrupción siempre va a haber. Lo importante es cómo reaccionamos ante la corrupción. Y esta legislatura va a suponer un antes y un después de los políticos y de los partidos políticos ante la corrupción.
Yo con Ciudadanos tengo una diferencia grande si lo que quieren es cargarse el Concierto Económico, como dijo Rivera
Si tuviera que asesorar al presidente del Gobierno popular ¿con quién le aconsejaría pactar, con Ciudadanos o con el PSOE?
A mí siempre me produce mucho vértigo hacerme estas preguntas cuando ni siquiera sé los resultados. Lo que creo es que hay que comunicar bien para transmitir confianza a la gente y que eso se traduzca en votos. A mí de Ciudadanos hay cosas que me gustan y otras que no. Y del PSOE, lo mismo. Se trata de saber la talla y la generosidad de los otros una vez que sepamos los resultados. España no va a estar para juegos.
¿Lo importante qué es, el programa?
Yo con Ciudadanos tengo una diferencia grande si lo que quieren es cargarse el Concierto Económico, como dijo Rivera. Uno de los graves problemas que va a haber para acometer grandes reformas la próxima legislatura es la existencia de un Congreso de los Diputados tan atomizado, tan heterogéneo que impida modificar aspectos que son necesarios y me temo que va a haber mucho partidismo y poca generosidad y altura de miras.
Usted escribe poesía y narrativa. Si tuviera que escribir un perfil de Rajoy ¿qué rasgos destacaría? ¿Y algún defecto?
Creo que es un hombre atípico para un momento excepcional. Tiene una concepción de la política tan singular que le lleva a no estar encantado de haberse conocido y a no creerse una estrella. Lo que sucede es que estamos en un momento en que la política juega mucho en los espacios mediáticos. A mí me gusta el Rajoy sereno, tranquilo. El que se encarga de lo que cree que es realmente importante y me gusta un poco menos el Rajoy al que le gusta aparecer poco en los medios de comunicación.
¿Y de Aznar? Porque de este no podrá decir que no está encantado de haberse conocido. ¿Cree que tiene que estar tan presente y ser tan crítico con el presidente del Gobierno?
(Risas) Son dos perfiles diametralmente opuestos. A mí me gusta un presidente del Gobierno a la americana que cuando habla solo habla para hacerlo a favor.
Rajoy es un hombre atípico para un momento excepcional. Tiene una concepción de la política tan singular que le lleva a no estar encantado de haberse conocido y a no creerse una estrella
Y el próximo presidente del Gobierno de España ¿será Rajoy?
Yo creo que sí. Lo tenemos difícil pero los demás lo tienen más complicado. Rajoy será el próximo presidente pero no sin complicaciones.
Al lehendakari Urkullu no le va a gustar que repita, ya lo ha dicho.
El PNV no ha apoyado ni una sola de las iniciativas que se han aprobado en el Congreso de los Diputados en materia económica. En cambio, a Zapatero le apoyó todas. Cuanto peor le vaya a España y cuanta mayor inestabilidad política haya, para el PNV mejor. Pero se equivoca porque cuanto mejor le va a España, mejor le va a Euskadi.
¿No le indignó que la dirección de su partido les obligara a retirar la ponencia Libertad y convivencia que usted apoyó con su presencia, dejándoles así en evidencia?
Esa interpretación no es del todo cierta, pero es lógica, viene a avalar que se hizo mal la gestión de la moción. El contenido de la moción responde a lo que el PP ha defendido siempre y es que el Parlamento vasco tiene que deslegitimar a ETA. Otra cosa es una mala gestión, que no se haya compartido antes, que no se haya explicado bien y quizás la interpretación equivocada en algunos medios de comunicación, unido a que es un tema muy sensible para el PP, que haya una sombra de sospecha es muy negativo. Todo ello provocó que mucha gente pensara que la moción contenía cosas que no decía. Y, eso obligó a su retirada.
La ponencia de Arantza Quiroga no era mala, era malo cómo se gestionó y cómo se contó
¿No se le ocurrió en algún momento presentar la dimisión?
En la política como en la vida a veces hay que rectificar. Pero lo que más me ha dolido son las sombras de sospechas sobre las intencionalidades reales que se han proyectado sobre Arantza Quiroga. He leído verdaderas interpretaciones torticeras como que Arantza había renunciado a defender las posiciones firmes del PP.
El PP vasco estaba defendiendo algo en lo que creía. ¿No le parece que Quiroga fue valiente y realista abogando por el diálogo y el acuerdo, lo que demanda la sociedad vasca?
Lo que la ponencia hizo fue cambiar el guión que hay en Euskadi. El PNV se presenta como la centralidad y luego está la izquierda abertzale y el PP. Y nosotros queríamos cambiar ese guión. Si tuvimos un papel determinante en la lucha contra ETA también queremos tenerlo en el tiempo de después de ETA. Y también queremos tener un liderazgo político y ese liderazgo pasa por romper el guión de los nacionalistas, en el cual se van diluyendo responsabilidades hasta el punto de que puede llegar a parecer que aquí todos mataron y todos murieron y que hay responsabilidades equiparables. Y eso no es razonable.
No es razonable un Parlamento vasco en el que todas las fuerzas políticas condenan a ETA salvo una. En el que ya hay una ponencia de paz y convivencia en la que no participamos ni el PSOE ni el PP porque en la primera reunión se puso en la mesa la política penitenciaria que, aparte de que el Parlamento vasco no tienen competencias, no es el principal problema de la sociedad vasca. Así que la propuesta del PP era acertada porque quería cambiar por paz y convivencia, por libertad y convivencia, que es lo que necesita Euskadi. Y, además, quería crear una ponencia que se dedicara en exclusiva a deslegitimar todo tipo de terrorismos.
43 víctimas de distintas violencias, incluidas las de ETA, respaldaron la iniciativa frustrada.
No parece muy descabellada. Por eso el origen de la controversia no lo genera el contenido sino las interpretaciones que se hacen y una gestión no eficiente de esa moción. Si se hubiera contado antes, si se hubiera socializado internamente y también ante otros compañeros, quizá habría tenido éxito. El contenido no era malo, era malo cómo se gestionó y cómo se contó.
¿Es imprescindible que la izquierda abertzale condene a ETA o sería válido que rechazara todas las violencias, como proponía la ponencia?
Pero no lo ha hecho todavía. La palabra condena tiene un contenido político muy potente. Tanto que durante más de tres décadas todas las fuerzas políticas menos Herri Batasuna han utilizado el término condena. Y se ha exigido durante más de tres décadas a la izquierda abertzale que condenara el terrorismo. No deberíamos renunciar a que condenara aunque todo se puede producir con pasos y con un proceso y lo primero que nos parecía razonable era crear una ponencia para deslegitimar el terrorismo.
Han estado durante tres décadas lanzando un mensaje legitimador de la violencia, social y políticamente, y hay una generación de vascos que cree que usar la violencia tiene justificación en determinados momentos. Eso hay que desmontarlo. Ese rechazo tan genérico que se pierde en la nada no nos sirve para desmontar un relato que ha justificado el terror. Lo único que me preocupa es que mi hijo, que tiene 9 años, viva en una sociedad tan moderna y tan avanzada que la violencia sea absolutamente rechazable. Y lo digo todo desde la serenidad.
¿Existe el riesgo de que el PP vasco se quede fuera de juego? Han perdido 50.000 votos y casi 100 concejales y cuatro puntos con respecto a las elecciones generales de 2001. Y las previsiones para el 20-D son malas. ¿No les preocupa todo esto?
Claro que me preocupa y me duele. No es que tengan que agradecernos en forma de votos el sufrimiento de que hemos sido víctimas pero lo que no puede ser es que parezca que ahora es el PP parte del problema. No es cierto ni es justo. Yo creo que los resultados del PP en Euskadi se explican por dos motivos fundamentales: aún hoy no tenemos capacidad de presentar concejales en muchos pueblos de Gipuzkoa. No matan, pero si abres una zapatería o una tienda de ultramarinos es muy complicado siendo del PP y no es un tema menor. Y también nos perjudica que nos hemos forjado en unas circunstancias extremadamente complicadas. Obtuvimos un respaldo político en un momento determinado porque se creía que hacíamos un buen trabajo contra ETA. Ahora tenemos que recomponer el PP y ver que también lo podemos hacer sin terrorismo.
¿Significa eso la necesidad de un debate político en el PP? Tras cuatro años sin ETA su partido sigue practicando la misma política, como si ETA siguiera matando.
Fundamentalmente, la política que se hace contra ETA es doble: la política penitenciaria y la política de Interior. No parecería razonable que este u otro Gobierno dejara de perseguir a un delincuente que tiene causas pendientes con la justicia, máxime cuando es una organización clandestina e ilegal. Y la segunda es la política penitenciaria que se suscribe a la política de dispersión. Debemos adaptarnos a la propia sociedad y a los propios acontecimientos. Y en eso estamos. Nuestro discurso no es el mismo que cuando ETA existía. Se podría discutir pero yo tengo argumentos para defenderlo. Ahora hay dos discursos en Euskadi: el de quienes decimos que ya hay paz; esto es la paz, el día a día, y el de la izquierda abertzale que dice que no hay paz porque se sigue deteniendo a miembros de ETA y porque hay presos en la cárcel. Lo que tenemos que hacer ahora es con toda tranquilidad y serenidad seguir construyendo que en Euskadi haya más libertad y convivencia.
Asuntos como la dispersión de los presos, con falta de respeto a la legalidad en muchos casos, o el de la encarcelación de Arnaldo Otegi por una sentencia judicial altamente criticada cuando no rechazada ¿no es como para levantar sospechas?
Pero lo que no me puedo creer es que se culpe al PP de que Arnaldo Otegi esté en la cárcel. Independientemente de las opiniones que podamos tener cada uno, yo acato la sentencia judicial que encarcela a Otegi pero también acato la que libera a los presos por la 'doctrina Parot'. Lo que pasa es que en Euskadi la política quiere influir sobre las decisiones judiciales.
Pero sabemos que muchas decisiones judiciales son políticas y que los magistrados de los órganos judiciales más altos son nombrados entre el PP y el PSOE.
Lo que no puede ser es que un político critique la actuación de los tribunales cuando le parece mal y aplauda si le parece bien. Independientemente de las opiniones y de la rumorología o las críticas las sentencias deberían ser acatadas. Lo que no significa que estemos siempre de acuerdo con las decisiones judiciales.
No le voy a preguntar entonces si Otegi debería estar ya en libertad, como ha reconocido Garzón, el propio juez que lo procesó. Pero, ¿no cree que su situación beneficia a la propia izquierda abertzale que convierte a Otegi en una especie de héroe y no solo para los suyos?
La próxima legislatura debería ser la de las reformas que modernicen las instituciones en España. Y si hay que tocar la Constitución no nos tiene que dar ningún miedo
A Otegi la van a intentar encumbrar como el Mandela blanco. Y van a intentar que sea un símbolo de no sé qué cosas. Pero la sociedad vasca es mucho más madura que todo eso y mucho más inteligente y todo el mundo sabe cuál es el papel que jugamos unos y otros. Los presos de ETA no son un problema de la sociedad vasca, son un problema de la izquierda abertzale. Durante muchos años, el mensaje fue “matad, que vamos a conseguir la independencia”.
Después de tantos años, de tanta sangre, no han conseguido absolutamente nada, salvo estar en la cárcel. Y dicen a los que están en las instituciones “vosotros estáis pisando moqueta y nosotros, en la cárcel”. La izquierda abertzale quiere meter este debate en la sociedad vasca pero a ésta le importa muy poco. Lo que quiere es que el que haya cometido un delito pague. Yo he recibido a un familiar de una presa de ETA y me contaba, lo que es sobrecogedor, que queriendo acogerse a beneficios penitenciarios, en el pueblo la tachaban de traidora.
Tras Cataluña, el foco alumbra a Euskadi, ¿Es partidario de reformar la Constitución?
En las comunidades donde los nacionalistas ganan se habla más de cuántas competencias quieren que de lo que han hecho con las que tienen. Euskadi tiene fiscalidad propia, sanidad, educación, policía… reúne prácticamente todos los requisitos que se atribuyen a un Estado. Pero quieren la independencia. Y ante esto, quienes no la queremos también tenemos voz. Creo que esta legislatura ha sido la de las reformas económicas y la próxima debería ser la de las reformas que modernicen las instituciones en España. Y si hay que tocar la Constitución no nos tiene que dar ningún miedo. No hay que tocarla para contentar a algún partido político pero habría que hacerlo para mejorar el sistema, para darle un nuevo impulso y para mejorar el servicio que se presta a los ciudadanos.
Hay instantes que permanecen imborrables en la memoria sin saber muy bien por qué. Pasa el tiempo y allí se quedan a modo de tatuaje a prueba de láser. En el caso de Borja Sémper (Irún, Gipuzkoa, 1976), es el coraje de un chaval de 18 o 19 años en un tiempo en que ETA dejaba un muerto en la calle cada...
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Isabel Camacho
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