Futboñistán
El fusilamiento de Manu
Lorenzo Silva 27/04/2016
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Se llama Manu Fernández y no tiene quien le escriba. Es el portero del Deportivo de la Coruña que tuvo la desgracia de ser alineado en el encuentro que enfrentó en Riazor a su equipo con un FC Barcelona necesitado de reivindicación urgente tras la eliminación de la Champions a manos del Atleti y la pérdida de ritmo en la Liga. Los barcelonistas se reivindicaron a lo bestia: infligiéndole a su rival un aplastante 0-8 en su campo, lo que viene a ser algo así como que te abofeteen delante de tu novia después de romperte y pisarte las gafas, pincharte las cuatro ruedas del coche y estrellarte varios huevos en la cara.
Ocho veces, ocho, tuvo Manu que agacharse a recoger del fondo de la red el balón que no había sido capaz de detener. Ocho veces, ocho, tuvo que volver a situarse bajo los palos, y hacer como que quería intentar parar el siguiente cañonazo cuando seguramente lo único que deseaba era que el tiempo se acabara, volverse invisible o ambas cosas a la vez. No hay quien sustituya al portero en ese trance: ni en el gesto que rubrica el fracaso, ni en el de volver a situarse, a pie firme, ante al pelotón de fusilamiento que esa noche formaba la delantera azulgrana.
Han dado en llamarla la MSN, por las iniciales de Messi, Suárez y Neymar. No me consta si está al corriente Bill Gates, ni si lo celebra, por la publicidad subliminal que le hace a una de las marcas de su imperio tecnológico. Lo que sí consta, siempre con las discrepancias que estas estimaciones suelen suscitar, es que nos hallamos ante tres jugadores que vienen a valer sobre los 200 millones de euros cada uno, decenas de millones de euros arriba o abajo. Hay quien tasa a Messi por encima de los 280, y Suárez y Neymar, teniendo en cuenta el coste total de sus fichajes, más o menos accidentados, no estarían en ningún caso por debajo de los 150. Redondeando, unos 600 millones de euros entre los tres. A ese pastizal se enfrentó el desventurado portero Manu Fernández, con su equipo completamente desarbolado y una defensa apenas operante que una y otra vez lo dejó solo para encajar los misiles de los inmisericordes artilleros.
Para que se hagan una idea, con esa suma de dinero podría comprarse (según el coste unitario que se tome como referencia) entre 7 y 10 cazas Eurofighter. Sobrecoge pensar en semejante poder de aniquilación apuntando contra un solo hombre, contra ese portero enfrentado al destino adverso de servir de desahogo a las megaestrellas sedientas de gol. El abultado marcador invita a la reflexión, sin duda, acerca de una competición en la que la desigualdad puede llegar a ser tanta, y en la que ciertos equipos parecen ser poco más que los sparrings de los mejores.
De lo que se trata, en fin, es de anotar la entereza de Manu. El hombre que afrontó la ejecución en pie. Como un campeón.
Se llama Manu Fernández y no tiene quien le escriba. Es el portero del Deportivo de la Coruña que tuvo la desgracia de ser alineado en el encuentro que enfrentó en Riazor a su equipo con un FC Barcelona necesitado de reivindicación urgente tras la eliminación de la...
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Lorenzo Silva
1966. Escritor. Nada mejor que ser y sentirse un poco extranjero doquiera que uno va.
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