CRÓNICA PARLAMENTARIA
La corrupción nunca es de quien la trabaja
Se expulsa del oasis republicano a Daniel de Alfonso, director de la Oficina Antifraude, el chico OAC que se ofrece al ministro del Interior a cambio de algo que no le puede dar el gran ‘slam’ catalán
Guillem Martínez 29/06/2016
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Esto del Procés es como una novela de Kurt Vonnegut, ese tipo que escribía novelas que empezaban por el final. Son finales espectaculares, que presagian que la vida y el mundo cambiarán completamente a lo largo de la novela. No lo hacen. Nunca, snif, cambia nada. El final del Procés es lo único que sabemos. Consistirá en personas abrazadas, banderas, líderes ante las cámaras, con cara de romano en el Capitolio, explicando una solución histórica. Y ningún cambio. Anyway. Mientras llega ese principio/final Vonnegut, la vida política catalana nos depara días como el de hoy, una ocasión más para comprobar que, en el país favorito de la Divina Providencia, nunca cambia nada. ¿Qué ha pasado hoy?
Hoy había sesión de control ad-hoc, y luego había solemne expulsión del capo de la Oficina Antifrau de Catalunya/OAC. La cosa empezó a plantearse estéticamente en la sesión de control. Las sesiones de control de este Parlament empiezan a ser un tráiler de la peli del día. La peli del día era republicana. Es decir, estaba cargada de honestidad republicana. La honestidad republicana llegó a existir un día, hace tiempo. Hoy consiste en poner cara de romano cabreado. Y poco más. Puigdemont ha puesto cara de romano cabreado y ha dicho en el tráiler que Fernández-Díaz es un "antisistema", y que "hem de marxar de l'Estat el més aviat possible"/debemos pirarnos pero ya, jarl. La indignación republicana ante el abuso de Estado --que lo es, con todas las letras--, dibujado a través de las grabaciones del ministro del Interior y del jefe de la OAC, sólo ha remitido cuando han tomado la palabra Arrimadas e Iceta. Arrimadas ha estrenado los nuevos juguetes léxicos de la temporada. Esa mujer que se enfundó la camiseta de la selección en la campaña, acusó de populismo al independentismo local, al que unió a los conceptos Trump y Le Pen. Iceta, a su vez, ha hablado de Barcelona-World, frente en el que "esta semana habrá novedades". En efecto, mañana, en este Parlament, desaparecerá echando leches el careto republicano y se acelerará la cosa Barcelona-World. Un complejo de casinos y putas llamativo, el más grande de Europa, que viene a sellar lo que da de sí la política local en el tema planificación territorial. Nada. Se acepta la especialización económica que dispensó Europa al Sur. Alimentar, Michelin-style, y entretener al Norte en sus vacaciones. En la operación, animada por PSC y CDC, participa La Caixa. Será uno de esos pelotazos de un país sin IBEX. Levantarán una pasta ingente, si bien no tanta como Andorra vendiendo tabaco a un precio, en verdad, competitivo. Ser o no ser Estado tiene esas putadas. O, literalmente, esas putas. En la pasada legislatura, muy procesista, el tema Barcelona-World fue la única política efectiva. En esta, pues también. Bueno, también se han dado 40 millones a los coles del Opus, esa ONG. Esta legislatura parecía que lo de Barcelona-World no colaría. ERC, de hecho, se puso moralista-republicana al respecto. No obstante, mientras ERC denunciaba ese proyecto de país que significa su casinocificación, una empresa china del ramo intensificó sus inversiones. Sin duda, sabía algo, gracias, sin duda, al poder mental Kung-Fu-Panda.
Puigdemont ha puesto cara de romano cabreado y ha dicho en el tráiler que Fernández-Díaz es un "antisistema", y que "hem de marxar de l'Estat el més aviat possible"
Bueno, empieza la cosa reprobación de Daniel de Alfonso, el dire de la OAC. Mientras los políticos se me ponen republicanos. Les explico la cosa.
La OAC es una oficina de control de la corrupción fundada por el Tripartit. Todo lo que creó el Tripartit --el Estatut, la OAC--, ahora que lo pienso, ha repercutido en el desmoronamiento posterior de casi todo. Uno comprende eso y dan ganas de comprarse un Tripartit. La OAC depende del Parlament. En un inicio, fue dirigida por David Martínez, un tipo competente, me dicen. Murió repentinamente en la primera legislatura Mas. Por lo que fue sustituido por Daniel de Alfonso, ese hombre. La votación de su cargo en este Parlament, hoy tan honesto y republicano, se hizo sin intervenciones y rapidito, como una reforma constitucional exprés. Ale hop. Fue votado por CiU, PSC y C's. ERC e ICV--EUiA se abstuvieron. Sólo votó en contra Solidaridad per a la Independència, un fugaz partido indepe. Llamo, ahora que caigo, a Alfons López Tena, uno de los escasos diputados que, por tanto, votó no. Le pregunto a este exvocal del CGPJ que por qué pasó de votar al juez Alfonso. Me dice: "Por su fama, trayectoria y actividades". Le digo que me amplíe lo de actividades. Me dice que pasa. Hablamos de la vida y se me invita a cenar la semana que viene. Soy un genio.
Sobre la OAC se debe señalar que es un objeto único. No existe nada parecido en el Estado. El Estado Central, verbigracia, carece de una oficina independiente que vele por la cosa corrupción. Pero también se puede meditar que, por el mismo precio, se podría haber creado una NASA catalana, que tampoco hubiera tirado un solo cohete. Las conversaciones Fernández-Díaz-Alfonso son el primer testimonio de que en la OAC hay algún tipo de actividad. Sobre la poética de la OAC, ahí va esta bella parábola. Hermanos --inicio de la parábola--, la OAC de la etapa Mas fue adornada con figuras que pueden explicar la función del negociado. En 2014, cuando Mas ya era republicano y sus poros no transpiraban más que honestidad republicana, se produce el fichaje de Maite Masià. Llegó a la OAC con los votos de CDC y PSC. En su defensa profesional, se debe señalar que sabía un güevo de corrupción, tras rozarse personalmente con el caso ITV, tras aparecer en varias grabaciones CSI del caso Palau, tras aparecer en el mismísimo sumario del caso y, por si eso fuera poco, tras escribir el informe en el que se probaba científicamente que CiU no había recibido pasta de la trama Palau. En cuando echen a Alfonso, Masià será la jefa de la cosa hasta que se encuentre una --es decir, otra-- persona de consenso. En su etapa en la OAC, Masià, por cierto, se ha pelado 70.000 euros en dietas, me dicen. Las dietas son las tarjetas blackde las instituciones. Algo legal, pero en las antípodas del corpus honestidad-republicano, que hoy nos pone tanto en esta sala.
Una vez presentada la institución OAC, les presento a su director. No lo conozco. Fin de la presentación. Pero se puede establecer conocimiento de él a través del estudio de las grabaciones con el ministro desde una perspectiva filológica. La filología, como todos los niños y niñas saben, no es otra cosa que la reconstrucción del sentido original de un texto, en este caso oral. Si se fijan, observarán que la función de la entrevista es un ofrecimiento. El chico OAC se ofrece al ministerio, parece ser. Se supone que a cambio de algo que no le puede dar el gran slam catalán, por otra parte, tan amable. Promoción en la judicatura. Es la típica conversación, por lo demás, de un chico del Cártel de Cali cuando se pasa al Cártel de Medellín. Misma disciplina, mismo negociado, diferente geografía. La cosa es tan colombiana que uno espera que el dire diga, en cualquier momento, "esto un muy verraco, patrón". No lo dice. Dice, para dejar claro a lo que viene, preciosismos como "considérame un cabo de tu cuerpo". Parece un poema de Salinas, pero el cuerpo, según prosigue la frase, es el "Nacional de Policía". Para dejar claro que está dispuesto a todo, condensa su actitud de entrega en un lacónico: "Soy español", como el soy británico que modula el traidor del IRA en las novelas de los 30's, para cerrar el negocio.
La función de la entrevista es un ofrecimiento. El chico OAC se ofrece al ministerio, parece ser. Se supone que a cambio de algo que no le puede dar el gran slam catalán, por otra parte, tan amable
Esta interpretación filológica no omite la responsabilidad del ministro. Simplemente ilustra lo que es una institución, qué es un ministerio/el Gobierno, y qué es una oficina anticorrupción. Todo ello, puesto en relación, resulta la organización de la corrupción y su rentabilidad, a través de una mentalidad parademocrática, para decirlo fino. En cualquier otro país de la zona euro --o en UK, esa zona no euro por un tubo--, todo esto hubiera acabado en Ferndandexit. Y en posibles responsabilidades penales.
Sobre las grabaciones. No suponen puntos a favor ni del dire, ni del ministro. Es más, supondrán, supongo, la no renovación de Fernández en el próximo probable gobierno y, tras un paréntesis discreto, el inicio de una carrera judicial para el cabo-de-tu-cuerpo. Me dice alguien que sabe de todo esto que, tanto por el medio elegido para publicarlas --Público--, como por su naturaleza explosiva, es probable que sean una queja policial ante la gestión del ministro. Es muy probable, en ese sentido, que sean fuego amigo, con una función, realizada de pleno, si bien en el país en el que ni la corrupción ni el autoritarismo parecen ser penalizados por el voto.
Vaya, los portavoces han acabado sus argumentaciones. Por lo general, ha primado el estupor republicano y el no entender cómo ha podido suceder esto con la OAC, un organismo tan inmaculado que, no te digo más, depende de un Parlament republicano, que se está pirando del Estado tan rápido que, zas, no lo ves. Es, otra vez, el no-me-lo-puedo-creer-en-esta-casa-se-juega del poli de Casablanca.
Consideración aparte merece la perorata del PP. Sinopsis. "Estamos delante de un escándalo público de dimensiones mayúsculas", dice, como todo el mundo, el portavoz PP. Sólo que difiere en la descripción del escándalo. Consiste en que se haya grabado a un ministro, no en que gaste lógicas de delincuente de Estado. Finaliza con una suerte de amenaza. Anuncia que el PP ha pedido que se haga pública la agenda de Alfonso, para que se constate que, aparte del beato Fernández, fueron muchos más los políticos y responsables institucionales los que se entrevistaron con Alfonso. Es decir, que la lógica que se observa en las grabaciones es la común y cotidiana. De hecho, en la prensa ya ha aparecido que Rivera, ese tipo que se está renovando encima, acudió a la OAC para buscar chicha contra sus contrincantes.
Votaciones. Sólo PP vota en contra. Se expulsa del oasis republicano-catalán a Alfonso. Porque no me lo puedo creer, en esta casa, etc... Es una mayoría más bestia de lo necesario, por lo que, se supone, se le expulsa por varias generaciones de descendientes. Por lo demás, cuando el pleno de mañana discuta lo de Barcelona-World, tendrán que asumir que, en efecto, en esta casa se juega.
Luego el Parlament habla sobre deberes escolares. Me voy pitando. Paso por La Boquería. Compro por casi nada cuatro verats/caballas. En junio el pescado azul está cachondo. Duplica peso. Se ama, se queda embarazado, o lo que sea que hagan los ovíparos. Los haré a la plancha a mi niño. Plis-plas, no muy hecho, velando por el sacrificio de esos pescados, extraídos del mar cuando más vivían y amaban. Los cocinaré consciente de que, tanto esos pescados como yo y mi hijo sólo vivimos una vez. Es decir, con honestidad republicana. La honestidad republicana es sencilla, no hace ruido, no requiere grandes movimientos. Si bien mi hijo me tirará los verats a la cara. A ningún niño le gusta el pescado azul.
Esto del Procés es como una novela de Kurt Vonnegut, ese tipo que escribía novelas que empezaban por el final. Son finales espectaculares, que presagian que la vida y el mundo cambiarán completamente a lo largo de la novela. No lo hacen. Nunca, snif, cambia nada. El final del Procés es lo único que...
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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