Baloncesto / ACB
Aquí no baja nadie
Mariano Galindo 6/07/2016
Entrenamiento previo a un partido entre el Club Estudiantes y el Gipuzkoa Básket en 2013.
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El 22 de mayo de 2016, el Movistar Estudiantes dilapida una cómoda ventaja en los minutos finales y asiste, entre atónito y angustiado, a su segundo descenso deportivo en cinco años. Su verdugo es el RETAbet.es Gipuzkoa Basket, último en la clasificación y desahuciado desde hace algunas semanas. Para los vascos es el tercer descenso en los últimos cuatro cursos. A ninguno de los dos les pasará factura esta nueva debacle en la cancha. Ambos saben que no van a perder la categoría, por mucho que las normas de la ACB, de la Liga Endesa, dicten que descienden a la LEB Oro, competición organizada por la FEB, los dos peores de cada campaña.
Palencia, 8 de abril de 2016. El Quesos Cerrato Palencia gana por primera vez en su historia la LEB Oro. Lo hace con una jornada de antelación para que termine la Fase Regular. Vence ante los suyos al Ourense. A los palentinos les corresponde el derecho a ascender adquirido en la pista; a los gallegos, también, pero eso es algo contraído en 2015, cuando vencieron al Breogán en los playoffs de la LEB Oro, la otra puerta para lograr un puesto en la ACB.
Puertas que se abren en los parqués y se convierten luego en portazos en los despachos. El Palencia, por imposibilidad de hacer frente a los durísimos requisitos de entrada en la ACB, debe renunciar a subir. El Ourense, que había pactado un año antes con la propia ACB su ascenso en diferido para este 2016, tampoco logra reunir el dinero ahora.
La historia se repite mes y medio más tarde, en las carnes del Melilla, que arrasa al Huesca en la Final de los playoffs de la Oro. Su plaza de ascenso tampoco sirve de nada. Cuando el Estudiantes cae en San Sebastián, Melilla vence por 2-0 en la serie última. Todos son conscientes de que da igual lo que suceda. Aquí no va a bajar nadie.
Los de la Ciudad Autónoma no pueden afrontar el reto, no hay quien avale semejante montante económico. Palencia y Melilla piden a la ACB la materialización de sus logros para 2017. Otro ascenso en diferido, como el del Ourense. Este nunca acaeció, porque no han llegado en 2016 a disponer de los 3 millones que en su caso se necesitaban para lograrlo.
Palencia y Melilla deben reunir 3,129 millones de euros más IVA del canon de ascenso, otros 1,565 millones más IVA del fondo de regulación de ascensos y descensos y 600.000 euros de aval. Piden tiempo, juegan con el calendario, ahora en 2016 y de cara al futuro. La ayuda de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, que emite en abril un dictamen sobre el canon de entrada en la ACB y considera esos más de 3 millones como algo “abusivo que obstaculiza de forma injustificada y discriminatoria el acceso a la ACB” es un soplo de aire fresco que termina abrasando cuando en la Asamblea de la ACB, en mayo, ratifican el canon. Los clubes que están dentro de la élite, que en su día pagaron lo que ahora otros no pueden, quieren mantener a fuego su plaza. Aunque en muchas ocasiones no se lo hayan merecido en las pistas. Y no sólo es el caso de Gipuzkoa Basket o Estudiantes. Pregunten en Manresa, descendido en 2013 y 2014. Tampoco pasó nada.
Poco después del grito de la ACB sobre el canon, la CNMC afirma que no decidirá sobre dicha cuestión antes del 15 de junio, fecha límite para solicitar el ingreso en la ACB. Otro año sin ascensos ni descensos. La competición, desvirtuada. El último curso en que hubo dos descensos y dos ascensos fue 2011: bajaron Menorca, que luego ganó la Oro en 2012 pero que en lugar de ascender, desapareció, y el Granada, que se disolvió en un año. Obradoiro y Murcia ocuparon sus plazas.
En 2012, CB Canarias, campeón de la Oro, entró en la ACB. Tuvo que hacer artimañas para ello, porque le era más barato comprar los derechos de competición del Lucentum que pagar los costes del ascenso. El Lucentum , descendido, ganó el ascenso en 2013, pero tampoco promocionó. Desapareció de igual forma.
En 2014, oasis en el desierto, agua, milagro: el Andorra, con un patrocinio a diez años, reúne la millonada y asciende después de ser el mejor en la Oro. Valladolid desciende por méritos deportivos. Al año, su historia se va por el sumidero y el club acaba liquidado entre la vergüenza y los impagos. Demasiado.
En un lustro, sólo se ha materializado un ascenso de diez posibles. El Burgos termina por tirar la toalla en 2015 y tras ganarse por tres veces seguidas el puesto de ascenso, se evapora. Lo peor no es que se jueguen dos competiciones con cierto carácter de irrealidad, sino que el premio para los que mejor lo hacen en la pista suela ser la desaparición.
“Confiamos en lo hablado con ACB y CSD y que nuestro ascenso se concrete la temporada 2017/2018. Vamos a hacer un equipo competitivo como el año anterior que luche por la Copa y la LEB Oro.”.
Habla para Contexto Gonzalo Ibáñez, presidente del Quesos Cerrato Palencia, quien no duda en atacar a la ACB, a pesar de la mano tendida de la Liga de cara al futuro. “La culpa de nuestro ascenso frustrado es de la normativa de la ACB, que hasta ahora ha sido permitida por el CSD y la FEB. Consideramos que tras el dictamen de la CNMC ha habido una inflexión y un cambio en los planteamientos de la ACB, que esperamos se concrete a corto plazo en la eliminación del canon y del fondo de ascensos y descensos.”
Fernando Martínez-Zulaica, vicepresidente del Palencia, abunda en la idea de Ibáñez, pero nos quiere transmitir una visión menos dramática del no ascenso. “Gran parte de la afición se conforma con divertirse viendo baloncesto y con el ambiente. Si su equipo gana mejor. Creo que no entraba en cálculos el que jugáramos en ACB. Por eso no pienso que por estar otro año en LEB exista decepción o falta de motivación”.
¿Piensa eso de verdad la afición? Por lo que llega desde Baloncoestoconp, web especializada en el cuadro palentino, sí. Al teléfono, los encargados de la página, que dan la razón a las palabras de Martínez-Zulaica. “Los aficionados palentinos teníamos bastante claro que con la situación actual sería imposible el ascenso, somos bastante conscientes de la provincia en la que vivimos y el potencial económico que tiene Palencia. Además, aquí nadie nos había vendido el ascenso, el club tiene los pies en la tierra. Pero a la vez estamos expectantes y confiados en que se aceptará el ascenso en diferido también, porque al igual que no nos habían vendido el ascenso, esta directiva que lleva al frente del club casi 20 años ha cumplido siempre con lo que han dicho y en esta ocasión vemos mucha confianza en que se aceptará la inscripción en la ACB, y para los aficionados palentinos ese es un aval importante. Si se cumple, nos queda un año duro a todos los palentinos, es una gran oportunidad para nuestra provincia que debemos intentar aprovechar.”
Contexto contacta también con Héctor Galán, testigo indirecto de todo y director deportivo del Oviedo, un club consolidado en Oro, que nunca ha paladeado las mieles del ascenso a la ACB, pero que sabe muy bien en qué competición se mueve.
“La Oro es una liga con buen nivel de baloncesto, con buenos jugadores, con buenas aficiones pero desvirtuada. Con grandes clubes y grandes proyectos que un año tras otro ven cortada su progresión y su crecimiento a nivel social y deportivo al no poder consolidar sus éxitos deportivos por motivos exclusivamente económicos. Un problema que puede acabar por desanimar a todos.”.
“La ACB defiende sus intereses. La ACB no es un ente anónimo, los socios y los dueños de la ACB son los clubes y estos entienden que la mejor situación para ellos es mantener la situación actual, una liga casi cerrada en la que final da igual haber ganado 14 partidos que 4. Se puede compartir o no está idea pero es la que ellos defienden y que de momento no parece que vaya a cambiar. Respecto a la FEB, nos consta que están intentando renovar el acuerdo que hay firmado con la ACB y que desde hace años esta desactualizado. Pero de momento no han conseguido tampoco cambiar la situación y desde luego para sus clubes esto es un problema cada vez mayor. La FEB es quien debe pelear y defender los derechos de sus clubes y necesitamos que esa pelea de sus frutos.”
¿Y si Oviedo lograra plaza de ascenso?, le preguntamos. “Si Oviedo subiese y las condiciones fuesen las mismas, los problemas de Oviedo serían muy parecidos a los de Palencia, Melilla, Orense, Burgos, etc...No somos diferentes ni tenemos una varita mágica.”
Galán atiende a una opción que para muchos aficionados es el horror, porque algunos, en el fondo de su alma, piensan que algún día verán a sus equipos ascender. Hablamos de una LEB Oro cerrada, un torneo paralelo a la ACB, que es de facto en lo que se ha convertido. “Es una opción. Pero de momento tampoco se han dado pasos en esa dirección. Entiendo que ese proyecto para ser atractivo habría que dotarlo de novedades, de alicientes deportivos y económicos que hagan que la competición llame la atención por sí misma y no sólo como paso previo a la ACB que es como se conoce ahora. Televisión, clasificación para alguna competición europea para el campeón, una Copa atractiva, competiciones paralelas (All Star, Liga de filiales, etc...). Ideas hay. Pero requiere de trabajo, esfuerzo e inversión.”
Oviedo no tiene la tesitura de qué hacer ante un ascenso, de momento, pero Palencia corre el riesgo de vivir lo mismo que vivió Ourense y quedarse en las mismas en 2017. Buscamos ponernos en contacto con su presidente, Antonio Gavilanes, pero nunca contestó a los mensajes cuando le solicitamos hablar para que diera su punto de vista.
Sí lo hizo Fernando Galindo, al otro lado del muro deportivo, el que marca la ACB frente a la FEB. Galindo es el presidente del Movistar Estudiantes. Nos atiende minutos antes del segundo partido de la Final de la Liga Endesa entre Real Madrid y Barcelona. Por entonces, la permanencia del cuadro colegial en la ACB, ganada como en 2012 en los despachos, es un hecho. “La Liga Endesa es la mejor de Europa”, nos sentencia cuando intentamos abordar el tema de la bipolaridad Real Madrid-Barcelona y la citada irrealidad en la que vive un torneo donde nadie desciende. “Esto de los descensos es un problema que hay que abordar y resolver por el bien del baloncesto. No me parece justo ni razonable”.
Recuerden que el club que preside se ha beneficiado dos veces (2012 y 2016) de una coyuntura donde no se pierde la categoría a pesar de haber hecho méritos deportivos para ello. Por esa razón, sus palabras están cargadas quizá de más sentido y valor. “No puede ser que un equipo que descienda desaparezca. Vale, nosotros vamos a seguir en ACB. Se nos ha planteado una situación que vamos a aprovechar, pero creemos que lo que está sucediendo no es bueno.”
Galindo se explaya en estas cuestiones, pero cuando llega el capítulo de poner sobre la mesa las soluciones, se las quiere guardar para sí. “La 2016/17 está así. No se puede cambiar. Trabajemos para el futuro”.
¿Y qué medidas habría que adoptar?, le preguntamos de nuevo. “Los ascensos deportivos se deberían respetar, pero hay que entender que la ACB también tiene un patrimonio que hay que respetar igualmente. Y no judicializar el deporte, ni buscar culpables, sino mirar al futuro y trabajar. Se debe elaborar un diagnóstico de dónde estamos y que FEB, CSD y ACB vayan de la mano. Es lamentable que lo que se gana en los pabellones luego no se remata fuera de ellos”.
Concluye Galindo que su club es consciente de lo que está pasando aquí. Porque al que se está matando es al baloncesto. “En el Estudiantes somos sensibles a esta realidad que se vive hoy día”.
El 22 de mayo de 2016, el Movistar Estudiantes dilapida una cómoda ventaja en los minutos finales y asiste, entre atónito y angustiado, a su segundo descenso deportivo en cinco años. Su verdugo es el RETAbet.es Gipuzkoa Basket, último en la clasificación y desahuciado desde hace algunas semanas. Para los vascos...
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Mariano Galindo
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