Intenté desconectar tres días pero fue imposible. Imposible cuando llevas móvil, hay radio en el coche y en la habitación del hotel hay una televisión que es casi tan grande como la cama. Pero con los años he rebajado tanto mis expectativas vitales que hoy me conformo con dormir tapada y poner el mínimo de lavadoras para considerar que unas vacaciones han sido casi perfectas. Escuché a Cristina Cifuentes, lista y demagoga a partes iguales, reprochar a Pedro Sánchez que se haya ido de vacaciones. Bueno, su jefe estaba también tapado como ésta que escribe --en diferentes camas, aclaro-- en Galicia, pero eso no son vacaciones, sino teletrabajo, imagino.

Pablo Casado se subió a un carro de heno y Alberto Núñez Feijóo cogió la manguera para apagar fuegos y a ninguno se le arrugó la camisa ni vi rastro de manchas, como si fuera un branded content de Kalia. Desde aquí mi admiración más absoluta, tienen ustedes a su disposición mi correo electrónico para contarme el secreto de semejante proeza. Casado encajó los memes con cintura, como cintura  han tenido algunos locutores de derechas cuando Manuela Carmena decidió, en plena fiesta de la Virgen de la Paloma, apoyar el descanso de Mariano Rajoy. Claro que luego ella se volvió a su chalet de multimillonaria en Cádiz. Esa bilis que no falte.

De vuelta a Madrid, el que no ha desconectado es Marhuenda, que sigue pasando calor y sigue diciendo cosas para criticar al PSOE como que es “el partido que ha matado a ciudadanos españoles y ha hecho uso de los fondos reservados”. Aguijonazos de agosto que quedan diluidos por esa melena sedosa que luce y ese tono de señor que pocas veces pierde los nervios.

Ayer escuché que Pablo Iglesias ha bloqueado a una periodista en Twitter y ésta se lamentaba ante los micrófonos. No porque le parezca que eso de bloquearla tiene un punto quinceañero, que es lo que me parece a mí a no ser que haya faltas de respeto de por medio, sino porque a ella, que hace política, eso le priva de información. El periodismo de tuits, ya saben, que no descansa ni en verano. Como Marhuenda.