Estoy a unas horas de empezar mis vacaciones y compruebo que hoy vuelven a ser noticia Ana Mato y Rita Barberá. Vaya, con lo contenta que estaba con las medallas de Mireia Belmonte y Maialen Chourraut (no se olviden de recordarnos que una se pinta las uñas y la otra es madre, así como rasgo principal de sus existencias) y se me aparecen estas dos musas peperas. Imagino que a estas alturas del día, alguien habrá hecho el chiste de que por fin Mato podrá dedicarle tiempo a su actividad favorita, la de ver cómo visten a sus hijos cada mañana. Si no, aquí lo deslizo, por si alguien quiere contratarme como humorista en sus fiestas patronales. Se nos dan de baja ambas señoras en el Comité Ejecutivo del PP y puede sonar a decencia torera, pero cosas más surrealistas hemos visto del partido en B. “Lo que sucedió a continuación te sorprenderá”, dicen los cazadores de clics y yo para acabar este párrafo. Sigamos.

Albert Rivera sigue teniendo unas ojeras de campeonato y ese discurso plagado de prisas. Quizá porque ve que sus posibilidades de pintar algo en la gobernabilidad están pendientes de un ay. Antes con el exbello Sánchez y ahora con el señor en funciones. Mientras, Rajoy dice que prisa ninguna y que se va de puente, y que el miércoles Dios dirá, pero que como se pongan tontos vamos a terceras elecciones, ganará por goleada y ya no les va a necesitar. Registrador castigador.

Pilar Rahola ha decidido, siguiendo la moda de las ricachonas llenas de brillo facial y dorados que abundan en Marbella, dar una fiesta. Se ha puesto una especie de blusa un poco al estilo de Norma Duval anunciando Punto Roma y se ha cardado el pelo. Se ha reunido de amigos variopintos (que yo hago lo mismo, mezclo a gente y lo que surja) y entre ellos estaba el presidente de la Generalitat, al que hemos visto en pantalón corto, alpargatas y guitarra. Que es un poco lo que me pasa a mí con el sexo entre personas que conozco, que no me apetece verlo. Esta aspirante a vedette ya ha manifestado en más de una ocasión su hartazgo de políticos cercanos. Al pan pan y el político a gobernar. Y por si fuera poco, se arrancan con el Let it be. ¿Dónde está Pitbull cuando se le necesita?