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Cuando el dinosaurio despertó para arrancar la legislatura, la nueva prensa todavía estaba allí. Los medios no dependientes de grandes corporaciones --como CTXT y muchos otros-- quieren jugar en primera división informativa. Y deben hacerlo por salud democrática, aunque los poderes públicos no lo pongan fácil.

Jugar en primera incluye tener acceso a sesiones de investidura como la del próximo martes. Cuando CTXT solicitó acreditación para la jornada, al contrario de lo que pasara en el ensayo de legislatura anterior, el departamento de prensa del Congreso de los diputados se la denegó. El motivo: estamos siendo restrictivos. La traducción: no es sólo a vosotros, sino a todos los que son como vosotros. Esto es, los medios que giran en torno a una comunidad formada por periodistas que escriben para los lectores, que a su vez sostienen el medio, sufre dificultades en la España de hoy, incluso para lograr una acreditación.

La restricción que dificulta el trabajo del nuevo (que es muy viejo) modelo de periodismo es una decisión política. Es político el menosprecio y es política la zancadilla para evitar que lo que no controlas llegue a jugar en primera. Aunque ya lo haga. Y lo hace porque este medio basado en la relación entre periodistas y lectores cuenta al poco tiempo de nacer con 7.000 suscriptores que, con sus aportaciones, permiten que 750.000 lectores al mes se informen de forma digna en mitad de una tormenta de barro informativo. Jugamos en primera porque la comunidad formada alrededor de este pequeño medio se organizó de forma espontánea y logró que #QueremosContextoEnElCongreso fuese trending topic en redes sociales durante varias horas. Lo hacemos porque el ruido provocado por los lectores ante la negativa a acreditar a CTXT llamó la atención de algunos grupos parlamentarios --ni PP ni Ciudadanos--, que ofrecieron invitaciones para que nuestro acreditadísimo Guillem Martínez estuviese el próximo martes en el hemiciclo contándonos de primera mano y sin que nadie vigile su teclado lo que allí sucede. Allí estará. Muchas gracias. Y enhorabuena. Seguimos.