1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Alda Facio y Dina Meza / Activistas por los derechos humanos

“Con la autodefensa estamos construyendo patria y matria”

Diana Fernández Romero 25/11/2016

<p>Las activistas Diana Meza y Alda Facio en el Centro Cultural La Corrala</p>

Las activistas Diana Meza y Alda Facio en el Centro Cultural La Corrala

DIANA FERNÁNDEZ ROMERO

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

---------------------------------
CTXT necesita la ayuda de sus lectores para seguir siendo un medio radicalmente libre e independiente. ¿Nos echas un cable?

-------------------------------

En el Centro Cultural La Corrala conversamos con Alda Facio y Dina Meza, dos activistas defensoras de los derechos humanos en zonas de conflicto que se encontraron en Madrid en el marco de un seminario internacional para tejer redes de apoyo y protección. Alda Facio es una jurista costarricense feminista, escritora, docente, referente en Latinoamérica por su lucha incansable por los derechos humanos desde el ámbito del derecho. Hoy forma parte del Grupo de Trabajo sobre discriminación de la mujer en la ONU donde está luchando activamente por la defensa de derechos de las mujeres como la mejora de la salud sexual y reproductiva. Dina Meza es una periodista hondureña defensora de derechos humanos y de la libertad de expresión. Coordina la Iniciativa Periodismo y Democracia y participa activamente en movimientos en defensa de los derechos de la mujer y campesinos. Desde su sitio web Pasos de Animal Grande impulsa un periodismo comprometido y crítico. Ambas defienden la importancia tanto de la sororidad como del autocuidado. Huyen de la figura de la súperdefensora, frente a la que creen necesario potenciar la creatividad, la agencia, la esperanza y el feminismo como herramientas para sobrevivir y poder luchar por un mundo mejor para las mujeres.

Pregunta- ¿Por qué son necesarias las redes de protección de las mujeres defensoras de los derechos humanos en zonas de conflicto? 

Alda Facio: La Iniciativa Mesoamericana de Defensoras de Derechos Humanos (IM-Defensoras) surge hace más de cinco años, viendo la necesidad de autocuidado y de autoprotección de las defensoras en México, Guatemala, Honduras, Nicaragua y El Salvador. Estamos tratando de que se creen redes nacionales porque pensamos que es preferible que haya protección dentro, por las mismas organizaciones y en red, para que si una organización está bajo ataque, otra pueda apoyar y defender o irse dentro del mismo país a otro espacio. Pero también es importante desarrollar el concepto político del autocuidado, porque las mujeres que estamos acostumbradas a trabajar y a cuidar pensamos que no podemos cuidarnos, que eso es débil, que es burgués. Entonces tienes que sacrificar tu vida, tu salud, tu familia. Hay que cambiar el chip: primero hay que cuidarse para poder cuidar. Hay que defenderse, no estar en riesgo, para poder apoyar a otras que lo están. 

-¿Tienen las mujeres que luchan por los derechos humanos esa conciencia de la importancia de tender redes? ¿Cuáles son las principales amenazas contra las que hay que protegerse? 

Cuando las mujeres levantamos las voces en una sociedad es peligroso

Dina Meza: Generalmente cuando las mujeres levantamos las voces en una sociedad es peligroso. Y el trabajo de las defensoras de derechos humanos obviamente lo es. Porque estamos protegiendo a otras mujeres que también son víctimas de discriminación, que son atacadas, y en nuestro país (Honduras) las mujeres somos ciudadanas de quinta categoría. A fuerza de golpes vamos aprendiendo que tenemos que cuidarnos. Yo me di cuenta de que tenía que proteger mis comunicaciones y no ser la súperdefensora. Normalmente las defensoras no tenemos conciencia del peligro porque nos han hecho pensar que como mujeres tenemos mucha fuerza, que podemos hacer muchas cosas al mismo tiempo. Y lo mismo hacemos en cuanto a la defensa de los derechos humanos. Debemos construir redes internas que puedan protegernos. 

- ¿En qué momento está la política de derechos humanos y de cooperación internacional que contribuye a esta protección? 

A.F.Ha sido más fácil para muchos Estados europeos y para Canadá brindar asilo o refugio a personas que están en peligro, pero no brindar cooperación y dinero para que las defensoras que están en su país o en su localidad puedan hacer su trabajo. Entonces lo hacen más bien más peligroso, porque sin fondos, es más peligroso andar a pie, no tener un teléfono con el que llamar, estas cosas se ven como lujos, por qué se le va a dar eso a una defensora, a una campesina… Ayudan muy poco al trabajo que hacen las mujeres, sino que ofrecen apoyo una vez que la defensora está amenazada. Hay un retroceso en el mundo entero en cuanto a los derechos humanos en general y en cuanto a los derechos de las mujeres en particular. Hay Estados que abiertamente exponen que supone un error hablar de derechos humanos de las mujeres, que eso lo que lleva es al aborto, a las familias desintegradas, y que las mujeres no tienen iguales derechos que los hombres. 

-¿Existe también un retroceso con respecto al aborto? 

Por primera vez, la ONU establece que el estándar internacional de derechos humanos es que el aborto sea accesible y legal en por lo menos tres causas

A.F. Es complicado, es un retroceso pero a la vez un avance. Porque por primera vez, Naciones Unidas tiene una declaración que establece que el estándar internacional de derechos humanos es que el aborto sea accesible y legal en por lo menos tres causas: cuando peligre la vida de la mujer, cuando ha sido producto de una violación o cuando el feto es inviable. Eso lo logramos en el Grupo de Trabajo del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas sobre Discriminación contra la Mujer en la Ley y en la Práctica. Pero nos ha llovido muchísimo, y hay Estados que nos han amenazado con que nos van a quitar el mandato. 

- ¿Cómo es la situación en Honduras? ¿Desde dónde es posible la lucha por los derechos humanos? 

D.M. Las violencias son parte de las cotidianeidades de un país y de un Estado que es impune, pero las mujeres somos bien creativas, y en momentos de mucha tensión creamos formas de defensa. Además, con la autodefensa no solo estamos pensando en nosotras, sino que estamos construyendo patria y matria. Yo estuve fuera del país cuatro meses y medio por amenazas, pero regresé e impulsé el proyecto “Periodismo y democracia” que ofrece acompañamiento legal en el terreno para personas que sufren persecución por su libertad de expresión,  comunicadores y periodistas. Hemos ido al Sistema Interamericano de Derechos Humanos y hemos logrado una medida cautelar muy protectora a favor de un periodista que fue condenado a un año y cuatro meses de prisión. Creemos que hay hitos muy importantes que estamos logrando con pocos recursos y con mucho esfuerzo gracias a ese espíritu de creatividad y de sororidad. 

A.F. Honduras es uno de los países más difíciles para vivir, pero también es de donde salen muchas iniciativas bien creativas y maravillosas. Hay un programa de radio que se llama Tercas con la Esperanza. Su nombre dice tanto, porque piensas cómo se puede tener esperanza en Honduras si la cosa está tan espantosa. Creo también que se le ha dado mucho realce al asesinato de Berta Cáceres, que si bien era muy conocida y una mujer maravillosa, no es la única. Acaban de asesinar a Gladys Lanza, una feminista histórica de Honduras y de América Latina a quien asesinaron a través de la tortura a la que la sometieron el último año. Así como Gladys hay muchas mujeres que mueren de enfermedad, de estrés. 

-¿Qué suponen para ustedes esos hitos, los positivos, como la sentencia, o los negativos, como los asesinatos?

Berta Cáceres era tan creativa que incluso creó formas tan buenas de defensa del río Gualcarque que nadie se atrevería a haberlas hecho

D.M. El caso de Berta Cáceres vino a sembrar al principio mucha desesperanza y miedo en algunos defensores y defensoras, porque pensaron cómo una persona con tanto perfil internacional y con tantas redes pudo ser asesinada. Pero también debemos desmontar ese tipo de prejuicios que se tienen, porque en la medida que construimos, que vamos avanzando en este accionar por los derechos humanos, vamos a tener gente caída. Todas las luchas traen consecuencias, buenas y malas. Pero eso no debe desesperanzarnos, porque la misma Berta haría lo contrario. Bertita, que así la llamábamos, era tan creativa que incluso creó formas tan buenas de defensa del río Gualcarque que nadie se atrevería a haberlas hecho, esa creatividad que le dio vida al río, que le dio voz, y que todo el mundo ahora habla del río que no conocía. En su discurso, cuando recogió el premio Goldman lo dijo: “despertemos humanidades”. Eso ha sido histórico. A pesar de que tenemos Estados que perdieron o que nunca tuvieron la laicidad, debemos presionar para que se establezca, porque es lo que trae uno de los principales problemas de las mujeres. 

A.F. La intromisión de la iglesia en Estados supuestamente laicos en todo Centroamérica un problema muy serio. Las jerarquías de las principales religiones del mundo son misóginas, todas, no hay una que se salve. 

D.M. La Iglesia Católica ha dicho que las radios indígenas son del diablo, que no se deben congregar los indígenas que están luchando contra las hidroeléctricas, y es toda una ofensa a la libertad de expresión que tienen desde los púlpitos. Porque se creen con esa autoridad de pisotear los derechos de los hombres y mujeres de una sociedad invocando que son pastores que están representando a Dios. En Honduras por ejemplo, en las elecciones de 2013, había gente de la comunidad LGTBI que estaba posicionándose para diputados y diputadas; entonces desde los púlpitos había toda una represión diciendo son los demonios, el anticristo, que nos van a gobernar, entonces voten contra ellos. También debemos protestar desde la fe. 

-¿Cuál es el papel de España en las redes de protección? ¿Apoya los movimientos pro derechos humanos en Centroamérica, en Latinoamérica? 

El Gobierno español apoya el movimiento cada vez menos, a diferencia de lo que sí hacía años anteriores

A.F. Hay mujeres españolas y feministas que siempre están apoyando a los movimientos de mujeres en Centroamérica y México, en América Latina las veo por todos los lados y son muy solidarias. Pero el Gobierno español apoya el movimiento cada vez menos, a diferencia de lo que sí hacía años anteriores, cuando se ofrecían fondos para cambiar la situación de los derechos de las mujeres. 

D.M. Metieron el elemento de transversalizar el género. Y están apoyando asociaciones mixtas, mientras que para las organizaciones de mujeres que están luchando para que se cambien leyes, para que se combata el sistema patriarcal, los fondos van en reducción, hasta quedarse casi a cero. Hay organizaciones en mi país que no pueden operar porque les falta ese dinero para poder movilizarse, para poder seguir capacitando a mujeres, para continuar hablando de la no discriminación. 

-¿La defensa comienza entonces desde dentro de las propias asociaciones? 

D.M. La defensa debe empezar en casa. Si no defiendes derechos, con qué responsabilidad o con qué fortaleza vas a defender otros derechos. Si te dejas pisotear, si te dejas que te callen la voz y te digan silencio… Siempre nos están poniendo peros, esas trabas de que las mujeres debemos callarnos, que debemos ser las últimas. 

A.F. Muchas mujeres que antes trabajaban en organizaciones de mujeres ahora trabajan en organizaciones mixtas. Y la mayoría de ellas no saben transversalizar el género, ni está muy claro qué quiere decir el género. Por ejemplo, desde la Fundación Justicia y Género ahora estamos trabajando masculinidad porque solo para eso conseguimos dinero. Los fondos que antes venían para capacitar a jueces y juezas en la problemática de las mujeres y para saber cómo incorporar la perspectiva de género en las decisiones, ahora tenemos que usarlos para enseñar lo que sufren los hombres, las masculinidades y toda la problemática masculina. 

-¿Desde qué feminismo se acercan a la defensa de los derechos humanos? ¿Cómo entienden su activismo feminista? 

Hoy nos acusan a las feministas históricas de ser binarias, como si fuéramos nosotras las que inventamos que solo hay dos sexos

A.F. Es difícil porque es cambiante. Yo soy feminista desde hace cincuenta años, empecé luchando contra la guerra de Vietnam. Estudiaba en Estados Unidos y me di cuenta de que todos los pacifistas eran tan machistas, que dije no, aquí la cosa es pensar en las mujeres. Hoy nos acusan a las feministas históricas de ser binarias, como si fuéramos nosotras las que inventamos que solo hay dos sexos. La teoría de género lo que hizo fue desarrollar eso de que el género es algo construido sobre los dos sexos que se reconocen, nunca dijimos que solo esos dos sexos había o que así es como tiene que ser. Yo estoy tratando de recuperar el hecho de que pensemos que las que estamos discriminadas en todo el mundo somos las mujeres, y cuando digo las, es todas las mujeres, unas mucho más que otras, unas con más violencia que otras, pero todas, hasta la mujer más poderosa, más rica. Michelle Obama es discriminada, no solo por ser negra, sino también por ser mujer. Muchas mujeres decimos que no hemos sufrido ninguna discriminación porque nos han hecho creer que solo las pobres, las negras, la sufren… Pero las mujeres de todo el mundo, de todas las clases, somos discriminadas, pero no somos uniformemente discriminadas. Y eso el género siempre lo tomó en cuenta, no sé por qué ahora hay que hacer la intersección. 

D.M. Yo no entré premeditadamente al feminismo porque le tenía miedo. Así que  fui aprendiendo en el terreno. Siempre me sonó extraño que en mi casa a las mujeres nos pusieran a hacer cosas diferenciadas con los hombres. O que en el movimiento social no podías hablar. Eso empezó a parecerme feo y comencé a protestar. El feminismo lo entiendo como una autodefensa. 

-¿Cuáles son los problemas más acuciantes de las mujeres por los que hay que seguir luchando? 

A.F. No se pueden priorizar los derechos humanos. Si no tenemos libertad de expresión no podemos comunicarnos con otras para contar nuestras historias. Pero si no tenemos consciencia de lo que es nuestra discriminación para qué la libertad de expresión. Todo está vinculado. En Costa Rica y en muchos países de América Latina, lo que más estamos necesitando las mujeres son los derechos sexuales y reproductivos. Y tener estados laicos, porque son las iglesias las que más se oponen a estos derechos. 

-¿Sienten que son ejemplo para mujeres que están iniciándose en el feminismo y/o en la defensa de los derechos humanos? 

Si se pone como ejemplo que las pobrecitas hondureñas y guatemaltecas son a las que más asesinan, todas las mujeres jóvenes de Europa y Estados Unidos, se sienten que ellas ya lograron la igualdad

A.F. Si se pone como ejemplo que las pobrecitas hondureñas y guatemaltecas son a las que más asesinan, todas las mujeres jóvenes de otras partes, de Europa, de Estados Unidos, se sienten que ellas ya lograron la igualdad. Que ya no tienen problemas porque no viven como esas mujeres o como las africanas que sufren la mutilación genital femenina. Como si las europeas no sufrieran otras mutilaciones, como las ideológicas. No tienen clítoris, aunque esté ahí, o aprenden una sexualidad violenta que no les permite gozar del sexo de verdad. Así como las africanas no pueden gozar porque no tienen sus genitales, las europeas y las americanas tienen genitales pero no disfrutan, o las operaciones de cirugía plástica que se hacen muchas mujeres jóvenes en Europa para tener un clítoris más pequeño, para que se parezca como lo ven en la pornografía. Creo que es peligroso cuando pensamos solo en pobrecitas. Por eso es que movimientos como el de “Idle No More” (Pasiva nunca más) hablan tanto de la agencia, de la fuerza, porque si se resalta la creatividad, la fuerza de las mujeres, que a pesar de circunstancias terribles hacen tanto, yo creo que eso puede ayudar a que las mujeres jóvenes de otros lugares no se crean que ellas ya lo lograron y que lo único que pueden hacer es solidarizarse con las mujeres. Es lo mismo que pasa hasta dentro de un país. Creer que porque eres de clase media y profesional tú no tienes problemas y tienes que ir a ayudar a las pobres campesinas, cuando tienes mucho que aprender de las campesinas y viceversa. 

D.M. Es importante no magnificar, no hablar de súpermujeres que están en un contexto de violencia como las heroínas, y preguntarse cómo hacen para vivir. Eso genera miedo en otras personas que van a defender los derechos humanos, que van a decir “nunca más, me van a matar”. Para mí ser activista es ganar al Estado. Si un Estado es agresor, es impune, entonces ¿cuáles son las medidas creativas que vamos a hacer para ganarle? Esto trae alegría y la satisfacción de ayudar a una persona que está sufriendo violencia contra sus derechos y enseñarle cómo autodefenderse. 

- ¿Qué sentido otorgan a los premios que les han concedido por su defensa de los derechos humanos? 

D.M. Yo creo que es un mensaje que se le manda a la gente que está ejerciendo violencia contra las defensoras. El premio “Periodismo bajo amenaza” que me concedió Amnistía Internacional en 2007 fue bajo un contexto bien fuerte. Habían matado a un abogado que trabajaba conmigo defendiendo derechos laborales de guardias de seguridad. Entonces se mandó un mensaje para el Estado de Honduras y para los perpetradores, que eran empresas de seguridad que están a cargo de policías, de militares, que tienen mucho poder. Eso trajo un montón de solidaridad para el país, y además abrió temas de debate, por ejemplo, el tema de las empresas de seguridad. Naciones Unidas mandó a su grupo de trabajo para hacer un informe sobre lo que estaba pasando en ese momento y entonces eso posicionó el tema de la violencia desde las empresas de seguridad hacia la ciudadanía. 

-El Grupo de trabajo de Naciones Unidas sobre la discriminación de la mujer ¿es un espacio de posibilidades para los derechos de las mujeres? 

Solo el feminismo te puede ayudar a no estar deprimida 

A.F. Sí, pero también tiene muchas dificultades. Es una relatoría que integramos cinco miembros. Estoy contenta de estar en el grupo a pesar de que tenemos todo el tiempo la amenaza de que nos van a quitar el mandato porque hablamos de cosas que no debemos hablar. Pero es muy satisfactorio, como el hecho de hacer una publicación como la declaración sobre el aborto, en la que expusimos que el aborto inseguro sigue matando a decenas de mujeres en todo el mundo. Muchas mujeres me han dicho que les ha ayudado tanto. En República Dominicana el presidente, frente a su opinión inicial, va a apoyar la reforma del Código Penal para que el aborto pueda despenalizarse por las tres causales. También hemos logrado liberar a una mujer argentina de 15 años que estaba sentenciada a 10 años de cárcel por un aborto que el Estado decía que ella se había practicado, aunque ella sostiene que fue espontáneo. Es importante poder incidir en cambiar la teoría de los derechos humanos para de verdad ir transversalizando el género. Por ejemplo, hablar de que la depresión es la enfermedad más común de las mujeres. Estoy tratando de que se reconozca que la depresión es normal en un patriarcado. Solo el feminismo te puede ayudar a no estar deprimida. 

---------------------------------
CTXT necesita la ayuda de sus lectores para seguir siendo un medio radicalmente libre e independiente. ¿Nos echas un cable?

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Diana Fernández Romero

Periodista, docente universitaria e investigadora. Su tesis doctoral es Premio Extraordinario por la Universidad Complutense de Madrid y Premio Nacional por la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género. Autora de textos que abordan la comunicación, el género, la violencia machista o el ciberfeminismo.

 

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí