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El compromiso liguero en Pamplona fue como una reconfortante vuelta al hogar para el Atleti: se encontró de nuevo con cosas que le son familiares, como el doble pivote formado por Gabi y Tiago, como volver a mantener la portería a cero y, especialmente, con los goles a balón parado. Después de nueve meses, 265 saques de esquina, e innumerables faltas enviadas al área, por fin un rojiblanco consiguió marcar de remate directo. Demasiado tiempo para un equipo que con Simeone en el banquillo, había hecho de esta especialidad un arma letal en otras temporadas.
Y tuvo que ser él, quién sino. Godín, el segundo jugador que más tantos ha conseguido en remates de cabeza en la Liga española en el siglo XXI, tan sólo por detrás de Sergio Ramos. La sequía sufrida por el equipo en esas acciones había afectado también al uruguayo, que llevaba casi un año sin anotar. En concreto, desde el 5 de diciembre de 2015. Y es que la estrategia ha dejado de ser un aliado de los rojiblancos para convertirse en munición de fogueo. Resulta muy llamativo cómo ha empeorado el equipo sus estadísticas en esas acciones que tanto beneficio le han reportado.
Basta recordar lo decisivas que resultaron en la consecución de dos de los últimos títulos ganados por los colchoneros, con aquel gol de Miranda en la final de la Copa del Rey en la continuación de un saque de esquina y el tanto de Godín que supuso obtener la Liga en el Nou Camp. Nadie puede negar la trascendencia que tuvo en la obtención de aquel campeonato de la regularidad de la campaña 2013-14, cuando el Atleti consiguió 10 goles en remate directo de córner, dos más tras un primer despeje y cinco en lanzamientos de falta, bien directas o indirectas. Si le añadimos los seis anotados desde el punto de penalti nos da que 23 de los 77 goles que anotó el cuadro colchonero en aquel torneo llegaron gracias al balón parado. Cerca de un tercio del total. Aquella temporada fue el equipo que más rédito sacó gracias a la pizarra.
Era tanto el peligro que llevaban los rojiblancos en esas jugadas, principalmente por alto, que se le volvió a llamar “Atlético Aviación”, una cualidad que algunos llegaron a hacer de menos, dando a entender que el equipo no sabía marcar de otra manera. Como si ese tipo de goles tuvieran menos mérito, cuando precisamente son el fruto de mucho trabajo y entrenamiento. Curiosamente, nunca se han oído los mismos comentarios en tono crítico cuando son otros los que también obtienen unas cuantas victorias por la misma vía.
El Atleti lleva varias temporadas siendo uno de los equipos de la Liga que más córners lanza (síntoma de que no era tan defensivo como decían). De hecho, ahora mismo es el segundo en esa estadística, con 90 ejecutados en 13 jornadas, a casi siete por encuentro. Lleva sólo uno menos que el Barcelona, nueve más que el Madrid, 19 más que el Sevilla, 24 más que el Villarreal y la Real Sociedad… Pero, en algún momento, perdió el manual que utilizaba para esas ocasiones. Los números demuestran que hasta el choque de El Sadar había dejado de ser un bulldog en el área rival para convertirse en un caniche. Ya no impone como antes, no asusta. Acumular 197 saques de esquina en Liga, 62 en Champions y 6 en la Copa, más los lanzamientos de faltas, sin que ninguno de ellos acabara en gol tras un único remate es la mejor prueba de ello.
Quizá lo más preocupante ya no es la sequía realizadora que ha atravesado. Es que en muy pocas ocasiones se producen remates sobre la portería contraria. En una gran mayoría de las veces, es la defensa del equipo contrario la que despeja o es el portero el que acaba atrapando el balón. ¿Qué ha pasado para que haya habido este cambio tan notable? ¿Se le han acabado las ideas en la pizarra al Mono Burgos, del que siempre se ha dicho que era el encargado de preparar estas acciones? ¿Es culpa de los jugadores, que no ejecutan bien las jugadas preparadas de antemano?
Es evidente que los equipos contrarios tienen en la cabeza aún la idea de que el Atleti es un equipo peligroso en esas acciones y redoblan las vigilancias y la concentración para no verse sorprendidos. Pero quizá, el principal problema es que se han ido del equipo en las últimas temporadas varios de los jugadores que eran especialistas en ese juego. Ya no están Miranda, Raúl García ni Diego Costa, que, junto a Godín, han sido los protagonistas principales en esa suerte. El Atleti ha perdido con su marcha mucho potencial aéreo. Y alguno de los que también podían aportar, como Tiago y Giménez, no habían entrado hasta hace poco en los planes del Cholo. No en vano, desde que ha vuelto a salir de inicio, el joven central uruguayo ha rematado más veces que Savic en todos los encuentros que ha sido titular. Claro que la presencia de Josema en el equipo tiene a veces un contrapunto algo costoso en forma de penaltis innecesarios…
Es cierto que habitualmente juega Saúl, que es un buen rematador por alto, y que a veces lo hace también Torres, del que se ha llegado a justificar su presencia en algún partido con el argumento de que ayudaba en el juego aéreo, pero la realidad es que, desde hace tiempo, el Atleti parece tener una única jugada en los envíos al área: balón a Godín. El uruguayo hace lo que puede, se faja, se mueve, salta, va a por todas. Sucede que suele tener a dos y hasta a tres jugadores pendientes de él. Ya es un milagro que a veces incluso llegue a rematar. Pero lo hace tan forzado que no tiene resultado positivo. ¿Y el resto de jugadores? Pues están en el área, pero como si nada. Apenas recuerdo uno o dos cabezazos de Savic en ataque desde que está en el Atleti. Y ni Torres ni Saúl han encontrado la opción de rematar. La altura de Gameiro, cuando juega, y de Griezmann también resulta un hándicap. Éste último no es un mal cabeceador, pero más en jugada que a balón parado.
Estoy seguro que las acciones de estrategia se trabajan igual que antes pero la realidad es que en estos últimos meses no ha salido nada positivo de esa parcela. La impresión que ha dado desde fuera es de impotencia absoluta. Han faltado movimiento, desmarques, pantallas para favorecer a algún compañero, más variedad en los lanzamientos… A Koke se le están quedando la mayoría de los envíos bastante cortos. Un gran número van al primer palo. Pero allí ya no está Miranda, sino algún defensor que despeja la pelota sin mucha oposición. Personalmente me gusta más como los lanza Gabi, pero lo hace muy de vez en cuando…
Lo cierto es que el conjunto rojiblanco ha pasado de ser hace tres años el que más goles hacía en jugadas de estrategia a ser, ahora mismo, uno de los que menos provecho saca de ellas. Lo máximo que había conseguido esta temporada como producto de esas jugadas hasta Pamplona era un tanto de Carrasco ante el Granada tras varios rechaces y uno de Saúl en Champions ante el PSV de la misma forma.
El Atleti necesita recuperar su eficacia en la estrategia. Todo lo que se trabaje y se ensaye en esta parcela será un tiempo bien empleado. Cuando el juego se atasca y cuesta encontrar los caminos hacia el gol, las acciones a balón parado son un buen asidero al que agarrarse. Dentro de las tareas a mejorar en el equipo, ésta debe estar entre las primeras.
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Autor >
Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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