John Bellamy Foster, sociólogo y profesor de la Universidad de Oregón, publicó esta carta dirigida a sus compañeros de facultad. En ella denuncia la existencia de una caza de brujas propia de los años treinta. Según este académico, y otros  intelectuales, esta cacería viene labrándose desde la elección de Trump.

Queridos colegas:

Esto no es ningún juego. Estamos ante un tiempo diferente. No he visto el foro de discusión de sociología ambiental [de la Asociación Estadounidense de Sociología], pero soy miembro de las secciones de Economía Política de los sistemas-mundo, así como de las secciones ambiental, tecnológica y de sociología marxista (que antaño dirigí) y estoy en la lista. Creo que estoy en la lista de Oregón. Figuro en ella a raíz de mi aparición en la lista Horrowitz de profesores peligrosos, de hace una década.

Esta nueva lista de vigilancia de profesores ha tomado palabra por palabra algunas declaraciones de Horrowitz, creo, pero lo ha hecho de una manera mucho más grave. Hay una sección dedicada a la Universidad de Oregón, elaborada en la última semana [del 8 de diciembre], y soy su objetivo principal. Esta semana, la emisora de radio pública local afiliada con la NPR va a entrevistar a la persona que lídera esta sección en uno de sus programas, en el que sin duda dicho individuo me señalará como la manzana podrida del lugar y utilizará su intervención como ejemplo para amenazar a otros profesores. Uno de mis pecados consiste ser editor de la revista Monthly Review. La NPR me ha solicitado una entrevista por separado, de manera “adyacente”, en la que podré responder.

Es tiempo de aprender de la historia. La clave para desarrollar una respuesta coherente es la Estrategia Einstein para la Defensa de la Primera Enmienda, de 1953, desarrollada en plena era de la caza de brujas impulsada por el Senador McCarthy. Einstein declaró entonces que debía practicarse la no cooperación de forma meridiana y que el objetivo debía ser utilizar la Primera Enmienda para atacar a la propia inquisición. Su carta apareció en el New York Times el 12 de junio de 1953 y sirvió de inspiración para que escritores como Leo Huberman y Harvey O’Connor, y más tarde Corliss Lamont, Lillian Hellman y Paul Sweezy, todo ellos ligados muy íntimamente a Einstein y Monthly Review, pusieran esta estrategia en práctica en una serie de intentos de quebrar al Macartismo.

El economista marxista Paul Sweezy fue el que más éxito tuvo, porque cuando se negó a entregar a las autoridades las notas de sus clases y a facilitar nombres y le acusaron de desacato al tribunal y le metieron en la cárcel del condado, respondió apelando hasta el Tribunal Supremo. Las cosas aún no han llegado a la coyuntura crítica de entonces (no hablamos de citaciones judiciales ni persecuciones penales con la amenaza de penas de cárcel de momento), aunque abundan las llamadas a restablecer el Comité de Actividades Antiamericanas de la era McCarthy. Pero creo que la estrategia Einstein es la que debemos adoptar de partida. Si adoptamos esa postura desde el principio, puede que pongamos coto a mayores desastres. No debiéramos defendernos de los detalles concretos de las acusaciones que se vierten sobre nosotros, sino centrarlo todo en la defensa de la libertad de expresión y la libertad de cátedra y en desafiar a los escuadrones de inquisidores. Es buen momento para familiarizarse con la sentencia del Supremo en el caso Sweezy contra New Hampshire, de 1957. Lo pueden encontrar en internet, bajo su número de caso (354 U.S. 234). Bievenidos al Gleichschaltung.

Atentamente,

John Bellamy Foster

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John Bellamy Foster es un sociólogo de reconocido prestigio internacional. El profesor de la Universidad de Oregon ha aunado la teoría marxista con el ecologismo y el análisis de la crisis medioambiental en trabajos clave como Ecology Against Capitalism, The Ecological Rift o Marx's Ecology. Es también editor de la revista académica Monthly Review, de orientación marxista.

Esta carta apareció originalmente en un foro online sobre economía política y marxismo de la Asociación Sociológica de Estados Unidos.

Fue publicada luego en la web Our Place in the World: A Journal of Ecosocialism.