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Sí, el fútbol no es sólo cosa de hombres. Sí, hemos tardado años en dar este paso adelante. Sí, aún falta mucho camino por recorrer. Sí, aún hay muchas etapas por quemar y mucho trabajo por hacer para que el fútbol femenino tenga la misma trascendencia y respeto del que goza el masculino. Pero mientras aficionados y periodistas avanzamos en ese camino, incluso más lento de lo que sería aconsejable, conviene señalar lo que está haciendo el Atlético de Madrid Féminas. Entre otras cosas, porque es de justicia reconocerlo. Si el año pasado el Atlético se proclamó brillantemente campeón de la Copa de la Reina, alzando su primer título, ahora el desafío pasa por  conquistar el campeonato de Primera División femenina. Y en ello anda. Hasta la fecha, el Atlético tiene números espectaculares. No conoce la derrota, ha ganado 18 partidos de 21 posibles con apenas tres empates y se mantiene en cabeza de la tabla, con un colchón de cuatro puntos sobre su gran rival, el FC Barcelona. Aún hay más. Este Atlético Féminas, una máquina de convertir goles, ha firmado 70 tantos en el campeonato, por apenas 13 encajados. Números de campeón para un equipo que, como en su día acuñó Simeone con los chicos, no se detiene en el paisaje, porque compite partido a partido. Qué decir de la aportación de Sonia Bermúdez, Soni, que lleva ya 21 dianas y es la máxima realizadora de un campeonato teñido de rojo y blanco.

Este Atlético Féminas, una máquina de convertir goles, ha firmado 70 tantos en el campeonato, por apenas 13 encajados

Sin duda, el gran secreto de este Atlético de Madrid es el del trabajo bien hecho. Desde los despachos, desde el empuje de Lola Romero, desde el vestuario, desde el césped y desde una unión que parece indestructible. Hay grupo, hay familia y, por supuesto, hay equipo. Ángel Villacampa y su magnífico cuerpo técnico están consiguiendo que cada día más y más hinchas, rojiblancos o no, disfruten de la calidad de Amanda Sampedro, de la magia de Sonia Bermúdez, del carácter de Silvia Meseguer o de las paradas de Lola Gallardo.  Llevan ocho victorias consecutivas, están en velocidad crucero para ser campeonas y su esfuerzo, que está siendo más que considerable, exige y merece respeto. Y algo mucho más importante, un apoyo más que incondicional por parte de la hinchada colchonera. Un apoyo que será aún mayor en las próximas fechas. Con total seguridad. 

Ya el pasado mes de diciembre, el Atlético disputó su primer partido de la historia en el estadio Vicente Calderón. Lo hizo de una manera histórica, batiendo al Barça por 2-1 y con la presencia en las gradas de 14.000 personas. Fue, sin duda, una magnífica noticia para las chicas del Atlético. Y una, inmejorable, para la salud y el crecimiento del fútbol femenino, apoyado por LaLiga, y retransmitido cada fin de semana por las cámaras de Gol. Ese día el club estuvo a la altura, dando la oportunidad a las chicas de poder defender la camiseta en el mismo escenario que lo hacen habitualmente los chicos. Ese día, Lola Romero y María Vargas cumplieron parte de su sueño, ver a su Atleti donde su esfuerzo merecía. Fue un camino duro, plagado de obstáculos, prejuicios y dificultades, pero, al final, la recompensa está ahí. La gente empieza a seguir el fútbol femenino. Y el Atlético está siendo la locomotora de estos nuevos tiempos.

Ahora, antes de que el Calderón eche el cierre y el Atlético se mude a su nueva casa, el club ha vuelto a acertar permitiendo que el Atlético Féminas se enfrente al Athletic Club, otro rival potente, en el Calderón, el próximo 26 de marzo. No hay atlético que no se precie de serlo que no sepa, de memoria, las hazañas y gestas de los Oblak, Juanfran, Filipe, Godín, Giménez, Gabi, Koke, Saúl, Lucas, Torres, Gameiro, Griezmann y compañía. Ahora es el momento ideal para que los atléticos, incluso los que no lo son, no dejen escapar el tren para poder aficionarse e ilusionarse con las Lola Gallardo, Marta Cazalla, Mapi León, Sonia Bermúdez, Marta Corredera, Genoveva Añonman, Amanda, Priscilla o Andrea Pereira. La ocasión lo merece, porque estas chicas están reescribiendo la historia del Atlético de Madrid y escribiendo, en su preciosa y enconada lucha con el Barça, una de las páginas más hermosas de la historia del fútbol femenino. Honor a quien honor merece.