Un domingo con Martínez
Sobre la aristocracia
Ahora que estamos dejando de ser nobles y volvemos a nuestro estado natural de almas me pregunto qué quedará de nosotros
Guillem Martínez 18/06/2017
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Guerra y Paz no te la acabas porque es un mosaico, y un mosaico, además de un mosaico, son infinidad de piedras. Nunca te acabas, en fin, las cosas infinitas, las piedras, la arena, los cabellos. Os paso dos. Una es la descripción final de Natasha. Natasha, la chica que con sus dudas y decisiones la ha liado a lo largo de varios tramos de la novela, acaba siendo una mujer felizmente casada con alguien que apenas ha existido en la novela. Es decir, con alguien que apenas existe. Tolstoi describe su felicidad: “Podía pasarse horas hablando de las deposiciones de sus hijos”. Les paso otra. Petya. Petya acaba siendo un oficial libertino, como Tolstoi en su juventud. Describe el libertinaje. Tolstoi --aún no lo sabe cuando escribe esta novela-- es anarquista, y describe tal vez la primera forma del anarquismo, nacida en el XVIII, mucho antes de la primera descripción del anarquismo, también del XVIII --el XVIII, en fin, fue la pera--: el libertinaje. Formula eso en esta bella descripción del estado de ánimo de Petya, en un momento en el que se va al garete por la presión de un deudor: “La infelicidad del libertino es mayor ante la desgracia, pues sabe que no ha hecho nada malo, tan sólo crear felicidad”.
Creo que esos dos personajes, que en su día sólo existían en la aristocracia rusa, ahora existen en todas partes. Esta semana los he visto. Un hombre o una mujer que vive sus hijos como prolongación, incluso sustitutivo, de su vida. Me los he encontrado en una reunión de padres. Un hombre o una mujer, cuya relación con la vida es la búsqueda de la felicidad, que no entiende, por tanto, el encuentro con todo lo contrario. Me los he encontrado en el espejo.
Este par de personajes, en su día, sólo existían en la aristocracia rusa. Ahora existen en todas partes. En cierta manera, desde el siglo XX, todos somos aristócratas rusos, por tanto. Ahora que estamos dejando de ser aristócratas y volvemos a nuestro estado natural de almas --“Pierre era propietario de más de 30.000 almas”, describe Tolstoi--, me pregunto qué quedará de nosotros.
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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