El ozono troposférico continúa siendo el contaminante atmosférico que cada año aumenta en mayor medida su incidencia sobre población y territorio en España. Así lo demuestran los datos recogidos en el informe La contaminación por ozono en el Estado español durante 2017, elaborado por la organización Ecologistas en Acción acerca de este tipo de contaminante, cuyas conclusiones reflejan un notable avance de los niveles de ozono dentro del Estado español durante lo que va de año. El estudio, llevado a cabo mediante los datos recogidos en 455 estaciones de medición entre enero y septiembre de 2017, sitúa al ozono como el único contaminante que mantiene niveles estacionarios de contaminación a pesar del impacto de la crisis económica, presentando preocupantes tendencias al alza en una parte importante del territorio nacional.

Según denuncia el documento, los datos recogidos demuestran la gravedad de la situación: uno de cada cuatro españoles han respirado un aire que incumple el estándar legal vigente para el ozono durante los primeros nueve meses de este año. En términos globales, esta circunstancia se traduce en un aumento de dos millones de personas afectadas respecto al año 2016, tres millones con respecto a 2015 y seis en comparación con los datos de 2014 y 2013. Ha de tenerse en cuenta que hablamos en todo caso de límites marcados por la legalidad vigente, ya que si atendemos a las recomendaciones establecidas como “adecuadas para la protección de la salud” los datos dibujan una situación aún más alarmante.

En este sentido, el número de personas que durante lo que llevamos de año ha respirado un aire que excedía los niveles de contaminación por ozono recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) asciende hasta los 37,9 millones. Es decir, cuatro de cada cinco personas residentes en España –un 81,4% de la población-, están expuestos a un aire cuya contaminación resulta perjudicial para la salud si se tienen en cuenta los baremos de la OMS. Esto supone un aumento en términos generales de 1,1 millones de personas con respecto al pasado año. Estos datos, trasladados a magnitudes de superficie, significan la contaminación por ozono de un 87,2% del total del territorio español, unos 440.000 kilómetros cuadrados.

Las Comunidades más afectadas por esta clase de contaminación durante el presente año han sido: Andalucía, Extremadura, Madrid, Murcia y, en especial, Baleares. Todas ellas presentan, además, los peores datos en cuanto a contaminación por ozono desde que se disponen mediciones de este contaminante. Los territorios que por el contrario han ofrecido niveles de ozono más moderados han sido Castilla y León, Castilla la Mancha, Canarias, el Valle del Ebro, el litoral cantábrico y la costa del Mediterráneo en el tramo desde Alicante a Girona.

El ozono troposférico es uno de los contaminantes más complejos en cuanto a su formación y composición. No es generado por una fuente humana directa, sino que se forma por efecto combinado de la radiación solar y las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) y compuestos orgánicos volátiles (COV) emitidos a partir de la combustión de carbón, petróleo o gas procedente de actividades industriales, centrales termoeléctricas y tráfico rodado. Su formación tiene lugar de forma fundamental durante verano y primavera, por lo que el incremento sistemático de las temperaturas en estos períodos, producto del cambio climático, parece ser la principal consecuencia de las tendencias alcistas expuestas en el informe.

Una de las principales particularidades del ozono en cuanto a su área de influencia pasa por la acumulación de este tipo de contaminantes a una cierta distancia de las fuentes que lo generan, por lo que puede afectar de forma mucho más problemática a zonas rurales y periurbanas que no suelen estar relacionadas con los procesos contaminantes que lo producen. La contaminación del aire por ozono troposférico causa cada año 1.600 muertes prematuras en el España, y afecta de manera severa a la salud vegetal y a los ecosistemas, reduciendo la productividad de las plantas y aumentando su vulnerabilidad a las enfermedades y plagas, concluye el informe. 

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Espacio de información realizado con la colaboración del Observatorio Social de “la Caixa”.