En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
CTXT está produciendo el documental 'La izquierda en la era Trump'. Haz tu donación y conviértete en coproductor. Tendrás acceso gratuito a El Saloncito durante un mes. Puedes ver el tráiler en este enlace y donar aquí.
1.
“Estoy contento de anunciar que el Eurogrupo ha escogido a mi sucesor, Mario Centeno. Tuvimos cuatro candidatos excelentes. No voy a ofrecer ningún detalle sobre los números en el proceso de elección. Sólo decir que Mario Centeno salió como el candidato triunfante tras un proceso de dos votaciones”.
Son palabras de Jeroen Dijsselbloem, todavía presidente del Eurogrupo, al presentar a su sucesor. El holandés que ha pilotado los rescates de Chipre y Grecia, y las presiones a España o Portugal para cumplir con el déficit, apoyado siempre en el exministro alemán de Finanzas Wolfgang Schäuble, no pudo resumir mejor la opacidad del Eurogrupo en su despedida.
El Eurogrupo que dirigirá desde enero el portugués Mario Centeno, ministro de Economía del gobierno socialista, no es una institución europea oficial pese a la importancia de sus decisiones políticas. Se trata de la reunión mensual de los ministros de Economía y Finanzas de la moneda única, un grupo informal contemplado indirectamente en los Tratados de la UE. Sus encuentros son a puerta cerrada, no existen actas y siempre acude la presidencia del BCE y los principales responsables económicos de la Comisión Europea. Hoy, el Eurogrupo es más importante que el Ecofin, la institución con todos los ministros de Economía, y marca su agenda. La eurozona es el núcleo económico y político de la UE, y la salida del Reino Unido reforzará esta tendencia.
En su libro ‘Adults in the room’, el antiguo ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, reveló secretos del funcionamiento del Eurogrupo que escocieron en Bruselas. Como las discusiones de seis meses sobre la imposición del tercer rescate a Atenas en las que Schäuble era el “titiritero” o “jefe de las marionetas” entre las que se encontraría Dijsselbloem. “Schäuble es el gran maestro del Eurogrupo, él decide quién se convierte en su presidente, determina su agenda, controla todo”, escribió Varoufakis. Luis de Guindos lo sufrió en primera persona en 2015. El ministro español había apalabrado el apoyo del alemán para relevar al holandés cuando finalizase su primer mandato. En el momento de la verdad, cerrado el rescate griego y ya expulsado Varoufakis del gobierno heleno, el ministro de Merkel le dio la espalda y Dijsselbloem renovó por un segundo mandato. Son los dos años y medio extra que concluyen ahora y, aunque Schäuble ya no está, de nuevo la palabra de Berlín ha sido clave en el relevo.
Las diferencias ideológicas (el gobierno de Centeno está sustentado en Portugal por el Partido Comunista y el Bloco de Esquerdas) no han importado ni explicado el juego de sillas de la UE. El luso sucede a Dijsselbloem con el apoyo de Alemania, España, Francia e Italia (dos gobiernos conservadores, uno liberal y un socialdemócrata), un pacto fraguado por sus líderes en los pasillos de la cumbre UE-África celebrada a finales de noviembre en Costa de Marfil. “Entiendo que el Partido Popular Europeo ha querido hacer un guiño al Partido Socialista, acallar las voces que critican los daños producidos por la austeridad a nivel social en todos estos años. Pero, sobre todo, creo que lo que ha querido es apaciguar la calle y reducir el caldo de cultivo a los populismos”, explica Ana Capilla, profesora de Relaciones Internacionales en la Universidad Francisco de Vitoria.
Las diferencias ideológicas (el gobierno de Centeno está sustentado en Portugal por el Partido Comunista y el Bloco de Esquerdas) no han importado ni explicado el juego de sillas de la UE
Un difícil abandono de las políticas de austeridad
Centeno asumirá la presidencia del Eurogrupo a partir del 13 de enero con el objetivo de introducir en Europa las políticas que han recortado los recortes en su país. “Si hay suerte traeré todas las ideas y, créanme, no tenemos pocas para promover un crecimiento inclusivo y la prosperidad que pueden acabar con un periodo difícil para Europa”, dijo el portugués tras su elección. En casa Centeno ha sabido lidiar con las mayores exigencias de gasto social de los dos partidos que apoyan al gobierno mientras cumplía con el déficit exigido por Bruselas. Ahora, en el Eurogrupo, se enfrentará a una mayoría de países amantes del rigor fiscal, y no sólo será Alemania. España o Irlanda tienen un gobierno del PP, en Holanda o Bélgica hay una coalición liberal-conservadora y en Austria los conservadores están a punto gobernar con la extrema derecha. Todos estos países dieron su apoyo a Centeno.
Curiosos compañeros de viaje para cambiar de un plumazo las políticas de austeridad, por más que la Italia socialdemócrata, el presidente francés Emmanuel Macron o la Grecia del antaño izquierdista Alexis Tsipras también le respaldasen. Ana Capilla duda del nuevo rumbo: “Veremos en la práctica si realmente se va a llegar a más flexibilidad, todo depende de que tenga el respaldo de otros países, como los nórdicos, no sólo Alemania, que hasta ahora apuestan por la austeridad”, dice la experta en Derecho de la Unión Europea. “No creo en Papá Noel”, ironiza Marisa Matías, del Bloco de Esquerdas, desde su despacho del Parlamento Europeo, “el problema es el Eurogrupo y no cambia su naturaleza por cambiar de presidente”.
En la eurozona y en la UE, los conservadores gobiernan en la mayoría de países y los liberales acaban de convertirse en la segunda fuerza ideológica tras alcanzar el ejecutivo de la República Checa. La socialdemocracia pierde influencia en el continente y capacidad para imponer ideas distintas, si es que las tiene. Matías mira a través de la ventana de su despacho y ve que en “el paisaje político europeo, Portugal es una excepción, un caso aislado, frente a las políticas de austeridad, de no obsesión con la consolidación presupuestaria”. La eurodiputada no tiene la certeza “de que Portugal vaya a influenciar más en la política europea con Mario Centeno como presidente del Eurogrupo, sino al contrario”.
Reforma conservadora de la eurozona
En julio de 2016, la Comisión Europea decidió no multar, precisamente, a Portugal y a España por incumplir los objetivos de déficit fijados siguiendo “una aplicación inteligente” del Pacto de Estabilidad y Crecimiento y de su norma sacrosanta, la del 3% de déficit. La eurozona estuvo a punto de reventar por la crisis y, en medio del desafío euroescéptico, Bruselas tomó nota. “Juncker [Presidente de la Comisión Europea] y los Estados han apostado porque la nueva UE que salga del brexit dé un gran respaldo al euro; es lógico, hay que ofrecer algo a la ciudadanía”, señala Ana Capilla. Desde hace meses, Bruselas y varios gobiernos plantean la reforma de la actual arquitectura institucional y de sus capacidades económicas con varias recetas e intereses enfrentados.
En julio de 2016, la Comisión Europea decidió no multar, precisamente, a Portugal y a España por incumplir los objetivos de déficit fijados
La Comisión acaba de presentar su “hoja de ruta” con tres pilares: un Fondo Monetario Europeo (FME), un Ministro de Economía y Finanzas y una capacidad presupuestaria o fiscal para que la eurozona cuente con recursos propios ante “shocks asimétricos”, traducido de la jerga comunitaria, contra nuevas crisis o estallidos de burbujas como la bursátil o la inmobiliaria. Propuestas que “avanzan poco en la respuesta de los evidentes problemas de gobernanza y falta de legitimidad democrática de la Eurozona”, según el eurodiputado de Los Verdes, Ernert Urtasun, una de las primeras reacciones en escucharse en Bruselas.
Países como Alemania o Finlandia presionan para que este FME pueda imponer políticas económicas a los gobiernos a cambio de liquidar bancos u ofrecer recursos a los países en apuros, la famosa condicionalidad, dinero por ajustes, empleada en los rescates de Grecia, Portugal o España. A juicio de Urtasun, la Comisión ha cedido y “el nuevo Fondo Monetario se ha diseñado para ser controlado por los gobiernos de los estados miembros, con un rol de escrutinio democrático casi inexistente”. Si se imponen las tesis germanas, el FME estaría controlado por el Consejo Europeo, al que se adhiere el Eurogrupo.
Aunque sobre el Superministro hay consenso entre Gobiernos y Comisión, que parece haber cuadrado los tiempos para que al finalizar el mandato de Centeno a mediados de 2019 exista “un amplio acuerdo sobre el papel del Ministro de Economía y Finanzas europeo”, según el documento oficial, en Bruselas no todos comparten la propuesta.
Economistas como Guntram Wolff, director de Bruegel, el principal think tank de la capital comunitaria, creen que “en vez del rol de un ministro de finanzas europeo mal diseñado”, la solución pasaría porque la Comisión propusiese convertir la presidencia del Eurogrupo en un puesto permanente con un mandato claro. Además de defender los intereses europeos en las reuniones con los ministros de cada país, “debería informar regularmente y explicar las decisiones del Eurogrupo al Parlamento Europeo, quizás codo con codo con el Presidente del BCE”.
“El cargo muchas veces es para dar visibilidad, pero lo más importante son las responsabilidades y no va acompañado de ellas”, duda también Capilla. “Es necesaria una reforma institucional”, concluye Wolff, porque el Eurogrupo “carece de transparencia”. En la misma línea se define la portuguesa Matías, quien incide en que “el Eurogrupo sigue siendo un grupo informal con una capacidad de influencia en nuestras vidas mayor que la de cualquier organización electa”. Las propuestas de la Comisión se han quedado cortas, y nada cambiará en la estructura del Eurogrupo durante los próximos dos años y medio. Centeno tendrá poderes limitados para lidiar con gobiernos opuestos. Lisboa afronta una tarea titánica para imponer su agenda económica en la UE.
CTXT está produciendo el documental 'La izquierda en la era Trump'. Haz tu donación y conviértete en coproductor. Tendrás acceso gratuito a El Saloncito durante un mes.
Autor >
Alexandre Mato
Periodista por la UCM, donde cursó un Máster en Relaciones Internacionales.
Antiguo editor jefe de cierre de 'Mercados', ha pasado por la Cadena Ser, Informativos Telecinco y 'El Confidencial'. Colabora con la TVG o Telemadrid. Vive en Bruselas.
Suscríbete a CTXT
Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias
Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí