Procesando el guindo (I)
Aquí no hay playa
El comportamiento del Estado con Cat empieza a prefigurar una época. Es un comportamiento, como mínimo, no garantista, y que parece estar creando una nueva forma de sí mismo, más centralizada y autoritaria
Guillem Martínez Barcelona , 10/01/2018
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1- En sus crónicas de la Guerra Civil esp –muy buenas–, Saint-Exupéry diferenciaba entre lo urgente y lo importante. Lo urgente es lo espectacular, la espuma de los días. Lo importante es el residuo sólido de lo urgente, que dibuja la época. Es fundamental, pero difícil, diferenciar entre lo urgente y lo importante. Cuesta hacerlo, incluso, con el material que tenemos más a mano en la vida, que es, precisamente, nuestra propia vida. Bueno. Desde la última vez que contactamos, en la cosa cat han pasado la tira de cosas urgentes, pero sólo una importante. Empezaré con las urgentes. La importante lo es tanto que le dedicaré un punto con nombre propio –Manolo–. Hola. Bienvenidos a Procesando el Guindo. Si le gustó Procesando el Procés, la Cosa, el Caso, el Trile, etc., le gustará Procesando el Guindo.
2- Sobre lo urgente, que no necesariamente importante: el pack Procés está un tanto en el guindo. Sobre el hecho de que propagandísticamente no está cachas en este momento: en estas fiestas navideñas la ANC ha emitido campañas más católico-chorras de lo normal, como una en la que invitaba a disponer una silla libre en cada ágape familiar, a manera de homenaje a los presos. Una vez que ha archivado tácitamente la revolución pendiente, el Procesismo está, lo dicho, como en el guindo, a la espera de nuevas coreografías. De las que no sabemos nada, salvo que serán eléctricas, poderosas. Y –han asumido todo, han renunciado a todo, salvo al proyecto original: la permanencia en el poder– probablemente, inocuas y con fines, simplemente, electorales. ¿Qué hay debajo del guindo?
3- Hay una fuerte desunión. Se diría que más vital que, incluso, política. ERC y JxC no se tragan, lo que viene de lejos. Lejos: el 27O, verbigracia, no se convocaron elecciones, sino que se optó por la pista americana del 155. A su vez, el pack JxC tampoco es uniforme. Hay tres sectores. Puigde, JxC y PDeCAT. Las diferencias, por otra parte, no parecen ser tanto políticas, es decir, importantes, como urgentes. Giran en torno a la idea de ir a por todas o evitar unas elecciones. Giran en torno, como siempre, a la supervivencia. Giran en torno a quién sobrevive o no.
La cosa, en fin, continúa siendo un mecanismo de acceso al poder antes que un mecanismo de ruptura desde el poder
4- Ir a por todas no significa, como siempre, ir a por todas políticamente/lo importante/la indepe. Alude a la opción de hacer Presi a Puigdemont o, en caso contrario, ir a por repetición de elecciones, o a la opción virgencita-que-me-quede-como-estoy-aunque-sea-con-otro-Presi, y no exponerse a perder la mayoría absoluta en otros comicios. La cosa, en fin, continúa siendo un mecanismo de acceso al poder antes que un mecanismo de ruptura desde el poder, algo que, por otra parte, no sucede en Europa desde León Blum, ese tipo que hizo cosas urgentes, pero también importantes –las vacaciones pagadas, la nacionalización del ferrocarril–, cosas que hoy no están ni se las espera.
5- La diferencia estilística entre los sectores de JxC consiste en qué hacer con los presos y exiliados. Si bien, según el Reglament del Parlament, no hay problema en que sean diputados, sí que lo hay si no pueden acceder el hemiciclo para votar Mesa y Presidència. Si el Estado –no se pierdan el punto Manolo– impide a los tres diputados presos acceder al hemiciclo para las votaciones, y si, como es de prever, no pueden acceder a él los exiliados, el bloque JxC perdería, en primera instancia, la Mesa, una herramienta sexy para ir tirando esta legislatura, en la que todo el mundo ha asumido el 155/la Consti, con trucos ingeniosos para aplazar la muerte. Ante esa posibilidad, se abren, a su vez, tres posibilidades. a) Que dimitan los diputados deslocalizados, de manera que den paso a otros que puedan garantizar la mayoría efectiva. b) O que dimitan algunos. Es decir, que no dimitan Puigde y Junqueras. O que c) no dimita ninguno. Los puntos b) y c) implican dar la batalla telemática, de manera que, bajo interpretación o, incluso forzando la cosa, reforma del Reglament, los diputados ausentes puedan votar desde su lugar de “residencia”. Y el candidato a Presi pueda emitir su discurso, vía Skype, desde Bruselas, como un novio Erasmus, o delegarlo en un comunicador. Es poco probable que el TC asuma eso. Y es poco probable que C's, PP y PSC no recurran eso al TC. La opción telemática es ocurrente, pero no carece de riesgo. Un error en el cálculo de riesgos, o un error de ingenio, puede acabar con la Mesa presidida por C's.
6- Pero los riesgos no acaban aquí. El 27E –fecha a la que, es muy probable, se llegue sin Presi de la Gene–, se cumplirán 3 meses sin Presi ni Govern. Es decir, se cumplirán 90 días sin Gene. Es mucho tiempo como para no empezar a pensar que, en una descentralización administrativa de tercera, como es el caso –intervenida económicamente, por otra parte, desde mucho antes del 155–, no es muy importante la Gene. Las comunidades autónomas antes de la crisis gestionaban el bienestar. Poco más. No se sabe para qué existen en la actualidad. El Gobierno del PP, con su 155, me temo, está dando ideas. En ese sentido, algunos sectores del PDeCAT tienen prisa en formar Govern, no sea que alguien tome nota.
7- Esa puede ser la meditación que hay detrás de la dimisión de Mas como presi del PDeCAT. Meter prisa al asunto, que Puigde tome nota de que sic transit gloria mundi, que no se suba a la parra, que haya Govern rapidito, y evitar unas nuevas elecciones que pongan en riesgo el juguete. Total, no va a haber movimiento hacia la indepe ni orgía procesista en esta legislatura. Si bien es posible que Mas haya dimitido también por otros motivos, relacionados con la corrupción. El 15E, de hecho, se hará pública la sentencia del Caso Palau, y no pinta bien, parece ser para CDC, el PDeCAT 0.1.
8- Sobre la dimisión de Mas. No es un fracaso tanto como un mensaje. El hombre que envió a CDC y al mismo concepto de autonomía al garete en 2012 al recortar el bienestar, exponiendo con ello a la desaparición a CDC, el que ideó y moduló un enfrentamiento controlado, en probeta, con el Estado, para ir tirando; el hombre al que la probeta se le fue al garete, de manera que perdió una de sus tres casas y algo de su patrimonio, y al que ahora le han venido, como a todo el mundo, varios juicios imprevistos y no calculados, ha conseguido que CDC siga existiendo. De hecho, es su único logro político. Su dimisión es una manera de comunicar a su sucesor en la Gene que lo importante es el partido. Que la unidad de destino etc. es el partido. El partido –la sentencia del Caso Palau puede ser una muestra– provee de más cosas que las instituciones. De hecho, provee al partido de instituciones. En Esp, un gran partido lo es todo, como ya señaló Kim Il Sung, ese pionero.
9- La otra pregunta urgente, que no importante, es si se puede presidir el Govern desde Bélgica. Respuesta: sí-se-puede. El Gobierno esp, con una cuota de soberanía escasa, pero a millones de años luz de la del Govern cat, ha deslocalizado, como otros gobiernos del Sur, las políticas a Bruselas. Va tirando con la gestión de la ideología, de los negocios y del nacionalismo, tres negociados con los que Bruselas no se mete.
10- En Bélgica, por cierto, tampoco está la cosa muy unida. No todos los consellers han presentado sus actas de diputado. Hay dos que no lo han hecho, lo que no significa que no lo vayan a hacer. Por otra parte, se habla de cierto distanciamiento entre el Presi y otros consellers. La vida social del Presi y de algunos consellers –la vida social, no apollardarte, no volverte majara es importante en un exilio imprevisto y no planificado–, gira en torno a guateques del nacionalismo flamenco yuyu. El partido que, en tiempos, colaboró con el nazismo, por lo visto está colaborando de alguna manera colorida en el confort de Puigde. Se habla de que, los findes, un líder del partido le presta una mansión, para su asueto. Al parecer, y por otra parte, en el exilio pesan las cargas económicas. Se ignora de dónde sale la pasta para mantener una vida no prevista en otro sitio. Se ignora también quién ha pagado la defensa legal cuando lo de la extradición. Empieza a trascender que llegar a un acuerdo económico con los consellers desplazados es fundamental si lo urgente requiere su dimisión. Se emiten propuestas al respecto. La antigua UDC ha propuesto que dimitan, a cambio de seguir siendo Govern. La ANC, echando un capote, como siempre, apuesta por un Govern mixto, una parte en BCN y otra en Bruselas. Espectacular, épico, divertido. Y, para lo que hay que gestionar en BCN, de sobra.
En Bélgica, por cierto, tampoco está la cosa muy unida. No todos los consellers han presentado sus actas de diputado. Hay dos que no lo han hecho, lo que no significa que no lo vayan a hacer
11- A pesar de la apuesta para una investidura telemática y, al parecer, para una Presidència telemàtica en sus puntos iniciales al menos, en Bruselas se suceden las reuniones para planificar el futuro urgente. Este viernes van todos los dipus de JxC. Hace poco, informa La Vanguardia, fue Marta Rovira. Al parecer, se planificó la composición de la Mesa. Será procesista al 100%. Sin Comuns, por ejemplo. ERC, por lo que se ve, groggy tras el 21D, si no antes, está entregada sin pasión –una de las fórmulas de entrega más duradera– al liderato de Puigde. No trasciende un plan b, o algún tipo de resistencia al rodillo puigdemonista, salvo la dimisión como diputado de un conseller pendiente de juicio, y la coletilla recurrente/la entrega sin pasión es una de las fórmulas de entrega más etc, que afirma que el cheque en blanco entregado a JXC por ERC no es en blanco.
11 BIS.- Hola. Me llamo 11 BIS porque soy un post scriptum, y no quiero enviar la soberbia numeración de este artículo al garete. Nada, que Forcadell, al parecer, pasa de ser Presi del Parlament. Eso es urgente. Lo importante es que les costará un güevo encontrar candidato. Para presidir la Mesa y para confeccionar Govern. Ya les pasó en 2015. Y, ahora, pues más. La razón: cuesta encontrar sparrings, personas que sometan su patrimonio o libertad a un proceso de decisiones vertical, oscuro, en el que participan individualmente poco o nada en cosas de las que se enteran por la prensa o por la fiscalía. El Procés, que no es una juerga, no es tampoco una juerga democrática.
12- No pinta que Puigde, que ganó las elecciones con la promesa de volver, vuelva inmediatamente. Lo que tiene guasa. Después del rey Sebastiao, que desapareció en una batalla en África en el XVI, y a quien en Portugal siguen esperando cada mañana, es el líder peninsular que más y mejor ha gestionado su espera. Los medios peronistas no paran de emitir coreografías sobre su vuelta. Lo que es un indicio de que no vuelve. En una de ellas, vendría desde Perpinyà, acompañado de una rua de dos millones de personas con lacito amarillo. Lo que haría subir el precio del lacito amarillo. Algo que los portugueses nunca llegaron a soñar ni en su mejor momento. Sorprende –es decir, sorprendería, si no fuera porque el procesismo suele, visto lo visto, asesorarse con el enemigo–, que Puigde no dé la batalla legal de su vuelta. Y más si pensamos que volver es legal. Es aforado. A un aforado se le pilla atracando un banco o haciendo un butrón y, tras tomar acta, se le tiene que dejar en libertad, para no incidir en una posible votación o acción parlamentaria. La lógica del aforamiento es esa, de hecho. Volver y ser detenido, una vez haya tomado posesión de su acta de diputado –como es el caso–, es ilegal. Lo que nos lleva, tachá-tachán, al punto MANOLO.
MANOLO 1- Hola. Soy el punto MANOLO 1. Sí, en realidad somos varios Manolos. Somos los Manolos, desenfadados, pero con un mensaje profundo, como que tenemos que ser hermanos, amigos para siempre. De hecho, hemos venido al mundo para explicarles lo importante, que no urgente. Lo importante es el comportamiento del Estado en toda esta espuma de lo urgente, que empieza a prefigurar una época. Es un comportamiento, como mínimo, no garantista, y que parece crear una nueva forma de sí mismo, más centralizada y autoritaria. Y, en efecto, si bien no es comprensible la utilización excesiva de la prisión preventiva en el caso de los consellers y presis de asociación encarcelados, empieza a ser incomprensible, y una manifestación de ideología, el mantenimiento en la cárcel de tres diputados y el Presi de una asociación, y el no retorno de los que se piraron. Máxime cuando, esta mañana a primera hora, todos ellos, salvo uno, es aforado. Pero vayamos por partes. Creo que lo más importante que ha pasado estos días es a) algo que aún no ha pasado. A saber: la posible injerencia del Estado para alterar votaciones en el Parlament, evitando el voto de algunos diputados con pleno derecho a ello. Algo que sería sumamente grave. Y b) algo que ya ha ocurrido. A saber: la negación de libertad de Junqueras. Una cosa más grave que ella misma. Me explico.
-MANOLO 2. Lo importante de la negación no es la negación en sí, sino, glups, el auto en la que se argumenta. En el auto, los magistrados asumen la argumentación de la fiscalía. Es decir, se explica que no puede salir de chirona por la gravedad del delito, que puede ser continuado si el acusado queda en libertad. El delito es rebelión. Son, vamos, 30 años. Uno encima de otro. Que, me temo, empezaron a correr en octubre, cuando fue detenido. Para el delito de rebelión, es necesario haber recurrido al uso de violencia por parte del acusado. Si bien no la hubo, se especifican tres tipos de violencia. Física, moral y por coacción. Sólo faltaría una cuarta, o telequinésica. O una quinta, violencia consistente en vestir ropa chillona. Además, se argumenta que la “rebelión permanente” se inició en noviembre del 2015. Es decir, con la resolución del 9N, un papel mojado desde su nacimiento y en el que, si bien se declaraba que Cat no reconocería al TC desde ese momento, el procesismo se cuidó muy mucho de llevar sus desobediencias más allá de los límites que iba marcando el TC. Ante cada auto del TC, tiraba hacia otro lado. De hecho, incluso, participó del Estado y de la Consti a lo largo de la legislatura, proponiendo al TC algún recurso. Es decir, que hay indicios notables de que la “rebelión permanente”, como mínimo, no fue permanente. Sí, hubo una suerte de desobediencia durante 48 horas en el mes de septiembre. Pero fue desactivada desde el Govern. El Estado, a su vez, con el TC reformado, tenía mecanismos –salvajes– para actuar frente a ello. No lo hizo. Se convocó un referéndum, que era en sí un acto de protesta, sin capacidad de ser otra cosa. Y se emitió una Llei de Transitorietat, que no volvió a ser traída a colación salvo para emitir épica y propaganda. En mi opinión, todo fue una irresponsabilidad en una suerte de conflicto pretendidamente controlado, sin repercusiones políticas –no las hubo en la dirección apuntada, por ausencia de voluntad; no se consiguió ni lo que se quería, que no era la indepe, sino negociar algo–, sin gran asesoramiento, con cálculo erróneo de consecuencias legales e institucionales, y con graves consecuencias sociales y económicas, que se fue de las manos. Para el Gobierno también fue un conflicto calculado. La diferencia es que nunca se le ha ido de las manos. De hecho, lo está utilizando para realizar, al parecer, un cambio de paradigma por aquí abajo. De hecho, sólo ahora podemos empezar a evaluar los cálculos del conflicto calculado por parte del Gobierno. Eso es lo que harán el resto de Los Manolos.
-MANOLO 3. La palabra clave del auto, la palabra clave de lo que le va a caer al procesismo, esa nada, pero también a cualquier otro objeto que se mueva por aquí abajo, es la palabra violencia.
Por lo visto, y gracias al Procés, esa desplanificación a cambio de beneficios electorales, el Gobierno ha recuperado su capacidad de utilizar, como un virtuoso, el marco violencia
-MANOLO 4. En la Cultura de la Transición, el palabro violencia es mágico. Se ha utilizado, desde 1978, para eliminar posibilidades de realidad. Se utilizó a finales de los años setenta para neutralizar, con éxito absoluto, al único gran sindicato que no apoyó los Pactos de la Moncloa, y del que hoy nadie recuerda siquiera el nombre. A través del conflicto con ETA, una organización, por otra parte, netamente violenta, se aparcaron opciones no violentas de otra democracia, y se clausuraron organizaciones no violentas como partidos o periódicos. La gestión de la violencia, la original capacidad esp para que los gobiernos señalen qué es y quién la emite, posibilitó, tras lo de Atocha, que los medios esp publicaran titulares diferentes a los del resto del mundo, lo que explica la relación y el poderío cultural que ofrece a los gobiernos esp la gestión del marco violencia. Eso se fue al garete en 2011. El 15M fue el primer movimiento desde 1978 que burló el calificativo de violento. Es más, consiguió raptarlo a los Gobiernos, de manera que, durante un periodo, en la sociedad existió la posibilidad de señalar más violencias que la única que pretendía el Gobierno. Tales como la violencia económica, la policial, la gubernamental, la política. Los Gobiernos esp, desde 2011, han carecido de ese llenapistas propagandístico. Sin él, han ido tirando, sin épica, sin pena, sin gloria. Por lo visto, y gracias al Procés, esa desplanificación a cambio de beneficios electorales, el Gobierno ha recuperado su capacidad de utilizar, como un virtuoso, el marco violencia. Pueden volver a hacer con su juguete lo que quieran. Por lo visto, quieren volver a criminalizar, a calificar como violencia o violentos, cualquier opción democrática que no coincida con el canon democrático local restrictivo. Me temo que el procesismo –un canon democrático local restrictivo; la Llei de Transitorietat, en ese sentido, es un canto a la democracia local, a la no división de poderes--, si bien es el primero, si bien es el más urgente, no es el más importante.
-MANOLO 4. Con Aznar, la derecha esp descubrió que se podía ganar las elecciones sin Cat. O, incluso, contra Cat. Ahora parece ser que ha descubierto que Cat es prescindible en todos los sentidos. El 155 ha venido a desmitificar una de las rarezas institucionales locales. Te puedes pelar esa cosa tan rara, tan exótica, tan lejana, como es una de las dos instituciones republicanas que se colaron en la CE78. La otra es el Gobierno Vasco. El proyecto es, me temo, reconducir dos instituciones que ya no se comprenden, ni respetan. Y que, por alguna razón, son o serán reconducidas, me temo, por violentas.
-MANOLO 5. Los procesistas lo tienen crudo. Serán 30 años, y todas las dificultades posibles, según reza el auto. Y según reza el sign of the times, lo importante, ese extracto de lo urgente. En la gestión del conflicto controlado que no supieron planificar, ni conducir más allá que electoralmente, los procesistas han abierto la puerta, en su descontrol, a nuevas y novedosas formas de represión. Me temo que para todos. Plas-plas-plas.
-MANOLO 6. El procesismo, además, lo tiene crudo por otra razón. Por su mal asesoramiento. Ha estado mal asesorado en todo momento. Pero también en el momento trena, que por mal asesoramiento no supo prever. Verbigracia/una joya: el abogado de Junqueras, ese profesional que pidió la libertad condicional de su cliente en tanto, sic, era un buen cristiano, el otro día soltaba este tuit: "Demà no hi ha cotxes de lloguer a Madrid i he d'anar a Estremera conduint una furgoneta. Algu sap si amb el carnet de cotxe en tinc prou?"/"Mañana no hay coches de alquiler en Madrid, y tengo que ir a Estremera en furgoneta. ¿Alguien sabe si puedo hacerlo con el carnet de coche?". Socorro. El entrecomillado es un buen epitafio del procesismo, ese cúmulo de incompetencias y de incompetentes.
-MANOLO 7. El drama, el verdadero drama de este drama concreto cat, es que el procesismo no es nada. Irresponsabilidad, propaganda, fantasías esencialistas y derechistas compartidas por algunas izquierdas, una idea esp de democracia vertical, en la que la mayoría puede hacer lo que quiera. Sin embargo, los procesistas serán tratados como José Martí, si lo hubieran pillado. Que te traten como a José Martí no significa que seas José Martí. Es preciso señalar --lo vengo describiendo en esta sección, se llame como se llame-- que no son José Martí, ese lujo intelectual, ese compromiso estético y político con la libertad, incluso contra los de tu propio bando. Posiblemente, sean, de hecho, todo lo contrario. Pero es preciso señalar que los están tratando, en la lógica del siglo XXI, como a Martí, como al Doctor Rizal, como hubieran tratado a Abdel-Krim si no se hubiera ido por piernas. Y eso irá a más. Y a por más objetos aparte del Procés.
-MANOLO 8. El Régimen del 78 se ha recompuesto, y le va la marcha. No olvida, pero no aprende. En su recomposición han convergido varios factores y errores. Pero el Procés se lo ha puesto a huevo. Conviene ir viendo por lo que paga y cómo lo paga, pues lo pagaremos más objetos sociales, me temo.
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Autor >
Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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