Artistas, autores, lingüistas, periodistas... El sector cultural aglutina numerosas profesiones relacionadas con el trabajo creativo e intelectual. Pese a la alta cualificación de estos trabajadores en España –en 2015 casi ocho de cada diez tenía estudios superiores–, su peso en el mercado laboral del país sigue siendo muy pequeño, con solo un 2,5% de los trabajadores dedicados a este sector. En la Unión Europea de los 28 el porcentaje es casi medio punto superior (2,9%). 

A esto se une que gran parte de los que consiguen trabajar en este ámbito desarrollan su actividad como trabajadores autónomos –37% frente al 17% del total de la economía–. La precariedad habitual que sufren muchos de ellos se ha acrecentado desde el inicio de la crisis, lo que ha obligado a muchos de ellos abandonen la profesión o tengan que complementarla con otras ocupaciones. Como ejemplo, solo el 8% de los actores pueden vivir de su profesión en nuestro país. 

Esta inestabilidad laboral configura un panorama contractual por debajo de la media –tanto de la europea como la del total de trabajadores del país–, con solo el 72% de los profesionales asalariados relacionados con el sector de la cultura con un contrato indefinido. En la UE este porcentaje asciende hasta el 77%, mientras que el en el conjunto de la población ocupada en España alcanza el 75%

Como ocurre en la mayoría de las variables relacionadas con el empleo, la desigualdad de género también se reproduce en este ámbito: las mujeres solo representaban un 43% del total de trabajadores del sector cultural. La situación se agrava si se tiene en cuenta que ellas son el 58% de las personas que cursan carreras relacionadas con la cultura.

-----------------------------

Este artículo ha sido elaborado a partir de lo expuesto en el infodato Ocupación en el sector cultural, publicado en el Observatorio Social de “la Caixa”.