Tecetipo
Aprende a disparar
Aprovechemos antes de que echar una mano de forma organizada pase a formar parte del código penal. Porque pasará
Gerardo Tecé 12/02/2018
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El Ayuntamiento británico de Bournemouth ha retirado las barras antivagabundos que había colocado en los bancos de la ciudad. No lo hace tras un repentino ataque de humanidad, sino por miedo a perder votos. La cosa empezó, por suerte o por desgracia, como empieza casi todo, en 2018, con una foto publicada en Internet. La foto no mostraba nada que no estuviera ya harta de ver la persona que camina con paso analógico por la calle. La imagen era la uno de esos bancos horribles y conocidos, diseñados con especial dedicación para que en ellos descansen personas con vivienda propia o, en su defecto, con el pago del alquiler al día. Uno de esos bancos que, con un trozo de valla insertado, evita que las ovejas que cuenta el pobre no tengan narices de saltar aquello por las noches. La foto la publicó en su perfil de Facebook un artista local junto a un comentario en el que se indignaba por la falta de tacto del ayuntamiento de su ciudad con los sintecho. Tras la foto y la denuncia, le tocaba el turno al efecto magia, ese que en 2018 a veces aparece y a veces no. En este caso apareció y, por algún motivo, eso que era parte de un paisaje normalizado en el mundo de ahí fuera comenzó a ser señalado y difundido en el mundo digital por algunos como lo que es: una agresión analógica. Tras la llegada de varias miles de firmas vía clic, de dentro y de fuera de la localidad, el consistorio decidió volverse humano. En España, esta misma semana conocíamos el caso de un joven de Jaén, condenado tras publicar en Instagram un montaje de su cara insertada en la de un Cristo de la zona. 480 euros. O lo que es lo mismo, un sueldo entero para un recolector de aceitunas en nuestra locomotora económica. A los pocos días de conocerse la noticia, el chaval pedía ayuda para pagar la ofensa al cristianismo, y en cuestión de minutos y a base de pequeños ingresos, la multa estaba pagada. El chaval pudo seguir recogiendo aceitunas en paz con dios.
El futuro en el que vivimos desde hace tiempo nos ha acostumbrado a una situación que no deja de ser curiosa. La de los ciudadanos que tienen que solucionar, con su bolsillo y con los instrumentos a mano, los problemas provocados por representantes y leyes que se empeñan en llevarnos a vivir de vez en cuando a la época medieval. Esa de volver a castigar al pobre o al infiel. El efecto magia, ese que a veces aparece y a veces no, el que embellece bancos del Reino Unido o paga multas de chavales de Jaén, es un arma, como en su época lo eran una espada o un fusil. Esto lo sabemos por la mala fama que en los medios medievales se encargan de darle a las redes sociales, en las que reunirse sin pedir permiso a la delegación del Gobierno y decidir qué hacer, aún no es delito. Aprende a disparar. Aprovechemos antes de que echar una mano de forma organizada pase a formar parte del código penal. Porque pasará.
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Gerardo Tecé
Soy Gerardo Tecé. Modelo y actriz. Escribo cosas en sitios desde que tengo uso de Internet. Ahora en CTXT, observando eso que llaman actualidad e intentando dibujarle un contexto. Es autor de 'España, óleo sobre lienzo'(Escritos Contextatarios).
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