Superar etapas en el sistema educativo es una de las principales vías para acceder a mejores cotas de bienestar. Los datos son claros: tanto en Europa como España, cuanto más alto es el nivel educativo de la población, más ingresos se perciben. Pese a la similitud en las dinámicas, en nuestro país esto no asegura un alto nivel de ingresos, o al menos no lo hace en comparación con la Unión Europea. Tanto la educación básica, como la media y la superior suponen en España una brecha mínima de 1600 euros de ingresos para las personas con estos grados educativos con respecto de las medias de la región, según datos de Eurostat.

En el caso de la educación básica, la población española con este grado educativo percibe 2.313 euros anuales menos que la media de la Unión Europea. En el caso de la educación media, la diferencia es de 1.683 euros. La brecha en la educación superior respecto de la media regional llega a los 2.547 euros anuales. 

El correcto funcionamiento del ascensor social de la educación se fundamenta en la idea de que, independientemente del origen social de la población, el acceso a grados de educación superiores repercute profesionalmente y económicamente de las personas. El funcionamiento de la herramienta aún dista de ser perfecto, y ha empeorado durante los años: la educación española se encuentra entre las más segregadoras de Europa, según un estudio de Universitat de València.

Esta desigualdad también se da en el función del sexo de la persona que posee el título educativo. En España, las mujeres con educación básica tienen 262 euros menos de ingresos anuales que los hombres con el mismo grado de educación. En el caso de la formación media, las mujeres perciben 866 euros anuales menos que los hombres. En el caso de la educación superior, la brecha es de 433 euros.

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Este artículo ha sido elaborado a partir de lo expuesto en el infodato Ingresos por nivel de estudios y sexo, publicado en el Observatorio Social de “la Caixa”.