Los Premios Princesa de Asturias se olvidan de las mujeres
Sólo una mujer ha sido premiada en la categoría de Deportes en las últimas 19 ediciones de unos galardones que valoran más la presencia el día de la entrega que los méritos de los aspirantes
Ricardo Uribarri 30/05/2018
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Estamos en plena época de expansión del deporte femenino, tanto en España como a nivel internacional. En nuestro país, sin duda, nunca antes las mujeres habían destacado tanto en diversas disciplinas como en los últimos años. No hace falta más que ver los resultados en las pasadas ediciones de los Juegos Olímpicos, en las que sacaron más medallas que los hombres, para comprobarlo. Sin embargo, nada de eso parece suficiente para el jurado de los Premios Princesa de Asturias de los Deportes, que una vez más y van nueve consecutivas, no ha considerado oportuno darle el galardón a una mujer. Y no será porque no hay candidatas con merecimientos para conseguirlo.
Es evidente que los premiados en la presente edición, los alpinistas Reinhold Messner y Krzysztof Wielicki, tienen valía sobrada para haber sido los elegidos por sus logros y su trayectoria profesional en la montaña. Pero más allá de una elección puntual, lo que llama la atención es la escasa presencia de mujeres en el palmarés histórico de los Premios dentro de la categoría de deportes. Apenas cinco en 32 ediciones: las tenistas Martina Navratilova, Arancha Sánchez Vicario y Steffi Graff, en 1994, 1998 y 1999, respectivamente, y las atletas Hassiba Boulmerka, en 1995, y Yelena Isinbayeva en 2009. Además de que solamente hayan sido reconocidas deportistas de dos disciplinas, tenis y atletismo, resulta doloroso ver que en los últimos 19 años tan sólo haya sido elegida una mujer. Y que en la era dorada del deporte femenino, se hayan encadenado ya nueve ediciones sin que ninguna reciba el galardón.
Además de que solamente hayan sido reconocidas deportistas de dos disciplinas, tenis y atletismo, resulta doloroso ver que en los últimos 19 años tan sólo haya sido elegida una mujer
Según se recoge en su reglamento, los premios Princesa de Asturias, “se otorgarán a aquellas personas y/o instituciones que contribuyen con su trabajo y sus méritos en las áreas científicas, técnicas, culturales, sociales y humanitarias al progreso y bienestar social de manera extraordinaria y ejemplar. La repercusión de este trabajo deberá ser considerada siempre en su más amplia dimensión, entendiendo por ello que sus aportaciones se extienden y/o son conocidas a nivel internacional”. ¿De verdad que sólo ha habido una deportista que haya cumplido con esos requisitos en las dos últimas décadas? ¿Siempre ha habido hombres con más méritos en cada uno de los años?
La realidad es que la preponderancia del hombre sobre la mujer en los Princesa de Asturias, que pasan por ser uno de los premios más prestigiosos que se conceden en nuestro país, no es algo que ocurra solo en la categoría de Deportes, sino que también se repite en las otras siete. Así por ejemplo, en las áreas en las que se han celebrado 38 ediciones (contando las ya concedidas en este 2018), nos encontramos con que en Artes sólo se han premiado a nueve mujeres; en Comunicación y Humanidades a tres; en Cooperación Internacional a ocho; y en Letras a siete. En las que llevan 37 ediciones, vemos que en Ciencias Sociales sólo se ha entregado a siete mujeres; y en Investigación Científica y Técnica, a cuatro. Y en Concordia, que lleva 32 ediciones al igual que Deportes, sólo se ha premiado a cuatro. Es decir, que de 290 galardones entregados desde 1981, apenas 47 han sido para mujeres, el 16,20% del total. Y eso contando con que ha habido algunos galardones en los que se ha premiado a varias al mismo tiempo. Por ejemplo, en 1998 se concedió el de Cooperación Internacional a siete activistas por su lucha a favor de los derechos de la mujer.
En las que llevan 37 ediciones, vemos que en Ciencias Sociales sólo se ha entregado a siete mujeres; y en Investigación Científica y Técnica, a cuatro
Se entiende que en los primeros años de trayectoria de los Premios, en la década de los ochenta, cuando la mujer vivía una situación muy diferente a la actual, costara encontrar representantes femeninas en algunos campos para ser elegidas. Pero la desproporción sigue siendo abismal. Una institución que pretende ser prestigiosa, como la Fundación Princesa de Asturias, debería intentar corregirla. Y se sigue produciendo. El año pasado, sin ir más lejos, de ocho galardones, sólo hubo uno para una mujer.
A diferencia de otros Premios, donde los miembros del jurado pueden proponer a un candidato, en los Princesas de Asturias se tienen que limitar a escoger entre las candidaturas que les presenta la institución, no pueden salirse de ese marco por mucho que les guste otra alternativa. ¿Quién puede presentar entonces una candidatura al premio? “Los premiados en otras ediciones, los componentes de los jurados siempre que las candidaturas no opten al premio en la categoría de cuyo jurado forman parte, las embajadas españolas, las representaciones diplomáticas de otros países en España, personas e instituciones de reconocido prestigio, y otras personas e instituciones invitadas por la Fundación Princesa de Asturias”.
Una de las cosas que llama la atención de estos galardones es la nula transparencia que existe a la hora de conocer a las personas y organismos que son candidatos a los premios. La Fundación tiene como principio general que “mantiene la confidencialidad sobre las candidaturas que se reciben en su sede. No se hace pública la relación de candidaturas presentadas ni se divulga información sobre las mismas, salvo una referencia al número de admitidas”. Este año optaban al premio de Deportes veintiuna candidaturas de doce nacionalidades. ¿Por qué se produce esta situación? Para evitar polémicas. Los jurados tienen como elemento primordial a la hora de elegir a un candidato el saber si va a poder estar presente en la ceremonia de entrega. Para ello, la institución sondea al protagonista con anterioridad. Y si la respuesta es negativa, se le descarta.
Así ocurrió en 2009, según confiesa un miembro del jurado en aquel año, donde la candidatura del atleta Usain Bolt era la más fuerte, ya que venía de triunfar en los Juegos Olímpicos de Pekín. Sin embargo, el atleta africano comunicó que no podría asistir y finalmente el premio recayó en la rusa Yelena Isinbayeva, la última mujer premiada hasta ahora, por la que abogó bastante Juan Antonio Samaranch, que tenía buenas relaciones con los rusos. Si las candidaturas fueran públicas, la no elección de un deportista determinado, como pudo ser Bolt ese año, provocaría muchos comentarios y la necesidad de dar explicaciones. El problema de la no asistencia a la gala es el motivo por el que no se ha premiado nunca al tenista Roger Federer, deportista que cumple con el perfil idóneo para ser galardonado. Sucede que en las mismas fechas en las que se realiza la ceremonia en Oviedo, en el mes de octubre, el suizo participa todos los años en el torneo de su ciudad natal, Basilea.
Una de las componentes del jurado de los premios Princesa de Asturias a los Deportes, la ex regatista Theresa Zabell, doble medalla de oro en Juegos Olímpicos, reconoce a CTXT que esa causa también ha influido en la ausencia de más mujeres premiadas. “Ha dado la casualidad en los últimos años de que algunas mujeres deportistas no podían venir a recoger el premio y entonces se nos han caído de la lista ya en el último momento. Si llegan a poder venir, habría habido alguna mujer premiada más desde 2009. Pero al no poder asegurar su presencia, tenemos que descartarla. La asistencia es un requisito fundamental a la hora de la elección. Si no pueden estar en Oviedo esa semana, desgraciadamente se tienen que caer de la lista. Hay que tener en cuenta que es un premio que entregan los Reyes y que no aparezca el premiado no queda bien. Puede pasar que en principio te diga que si va a venir y después, por una causa de fuerza mayor, no venga. Pero si ya de entrada te confirma que no va a venir… En el deporte estamos más expuestos a esa situación que en otras áreas, porque la mayoría son deportistas que están aún en activo y muchas veces les coincide con una competición”.
Zabell explica que la ausencia de galardones femeninos en los últimos años ha sido tema de debate este año a la hora de la decisión. “El tema de premiar a una mujer ha estado sobre la mesa, lo hemos comentado todos los miembros del jurado pero al final no ha podido ser. Me encantaría que en la próxima edición si se pudiese premiar a una deportista o a un equipo de deportistas femeninas. Creo que sería un gran momento y muy merecido”.
Otra de las integrantes del jurado, la alpinista Edurne Pasabán, que por sus méritos podría ser perfectamente candidata al premio al ser la primera mujer en ascender los 14 ochomiles del planeta, es todavía más clara. “Este año había una clara candidata y si hubiera podido venir habría ganado seguro. Al 100%. Pero desde el principio sabíamos que no podía acudir. A la final llegó otra mujer también, pero no se pudo llegar a contactar con ella. Yo creo que no ganó por eso”, señala. La montañera confirma un dato importante para entender estas situaciones. “El reglamento recoge que la asistencia es obligatoria para poder entregar el premio a una persona”.
De hecho, está estipulado que a los premiados que no acudan a la gala no se les entregue el premio de 50.000 euros, la escultura de Joan Miró símbolo de los premios, y la insignia correspondiente, aunque hubiesen confirmado su presencia con anterioridad. Sólo recibirán el diploma acreditativo.
Cabe preguntarse entonces si la asistencia debe ser un requisito tan fundamental como para decidir el resultado final de unos galardones tan importantes como estos, hasta el punto de que una persona que tenga méritos para ser la elegida no obtenga el premio por ello y finalmente recaiga en una segunda o tercera elección. Y si debe condicionarse tanto desde un principio la labor de un jurado. ¿Es más importante tener la imagen del premiado con los Reyes que los merecimientos que presente una persona?
Cabe preguntarse entonces si la asistencia debe ser un requisito tan fundamental como para decidir el resultado final de unos galardones tan importantes como estos
Pasabán añade al debate dos puntos importantes que pueden explicar la ausencia de más ganadoras femeninas. “Este año en el jurado de los Deportes éramos siete mujeres sobre un total de 17 componentes. Cada vez somos más y somos las que luchamos por eso. Espero que en próximos años aumente el número”. El jurado se forma por invitación directa anual de la Fundación y, en el caso de la categoría de Deportes, está compuesto por ex deportistas, periodistas, empresarios y dirigentes deportivos. El presidente de este año ha sido el exatleta Abel Antón. Los miembros no reciben remuneración económica por hacer esa labor. En la composición de los jurados tiene mucho que ver la directora de la Fundación, Teresa Sanjurjo, en el puesto desde 2009 y que ha desarrollado toda su carrera profesional en el campo de las entidades no lucrativas.
Otro aspecto a destacar es “la preponderancia de candidaturas de hombres sobre las de mujeres. Son las Federaciones y la gente las que deben presentar un mayor número de candidaturas de mujeres y de diferentes disciplinas para que nosotros podamos escoger. Como ejemplo, te digo que las que había este año hasta el final eran de las mismas disciplinas que ya se han premiado en el pasado (tenis y atletismo). Falta variedad. Y no porque no haya candidatas. Nosotros como jurado no podemos presentar candidaturas a nuestro propio premio, pero uno de mis objetivos es poder buscar y proponer a diferentes entidades y federaciones que presenten a más mujeres para el próximo año. Las mujeres del jurado lo propusimos durante las deliberaciones. Ya toca”, comenta Pasabán.
Puede que los Premios Príncipe de Asturias fueran el reflejo de la sociedad de las últimas décadas del siglo pasado. Pero los Princesa de Asturias (con ese nombre desde 2014), deben empezar a reflejar ya la realidad de la sociedad actual.
Queremos sacar a Guillem Martínez a ver mundo y a contarlo. Todos los meses hará dos viajes y dos grandes reportajes sobre el terreno. Ayúdanos a sufragar los gastos y sugiérenos temas
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Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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